Noticia que no se espera es como una oferta cuando ya estabas dispuesto a pagar

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- Señor Arocha - levantó la cabeza y vio ante el a un hombre mayor vestido con esa ropa típica de hospital, su cara debió reflejar el estado en el que se encontraban pues el hombre le puso una mano en su hombro y con un lijero apreton comentó - los dos están bien, la señora Arocha deberá permanecer unos días aquí pues tiene un cuadro anémico, pero eso es normal en su estado... - a John su cabeza se le hizo un lio, debía serciorarse antes que nada que lo este doctor decía, levantó una mano en su dirección pidiendo tiempo, se sintió estúpido pero necesitaba que ese doctor dejará de hablar por un momento para el poder encontrar su propia voz, finalmente el hombre lo hizo y John tomó una gran inhalación antes de preguntar

- ¿Quienes están bien? - el doctor frunció el ceño.

- Su esposa y el feto - John arrugo la cara.

- ¿Celia esta embarazada? - ahora era el doctor quien se hallaba desubicado y John sintio cierta gratificación, que forma más desastrosa de enterarse que seria padre, lo vio asentir, debía admitir que el doctor no tenia la culpa de que el fuera tan despistado, no sabia nada de embarazos pero Susy se habían quejado de cansancio, náuseas y tenia, así como Celia, el apetito descontrolado, era tan evidente ahora, pero después de todo lo que había pasado ¿en que condición estarían los dos? el doctor decía que bien pero eso no era una medida - ¿Cómo están?

- Bi... - John cerró los ojos interrumpiendolo.

- No vuelva a decirme que están bien, quiero detalles, riesgos, resultados de análisis, ecos y verlos, necesito ver verá mi esposa ¿ya lo sabe? - John era consiente de que debía parecer un loco, pero aquello era algo que se procesada con tiempo y en un lugar tranquilo mientras que a él le había tocado un hospital y una esposa desastrozamente golpeada luego de un secuestro, eran tantas las cosas que debía pensar y no sabia que debía racionalizar primero, abrió los ojos y se encontró con la mirada curiosa del doctor.

- Su esposa esta dormida, y le hemos administrado unos calmantes así que lo más seguro es que duerma por unas horas más, puedo traerle el historial una vez que tengamos todos los resultados pero puedo asegurarle que su esposa solo tiene golpes superficiales, lo único que nos preocupaba era una posible contusión pero no hay inflamación así que los analgésicos serán suficientes, sus heridas le tomarán unos días en sanar pero estará bien, el feto esta en perfectas condiciones, le pedire a la doctora especialista en ostetricia que la vea en cuento su esposa este despierta para hablar con ustedes sobre los cuidados del embarazo - John sonrió al oír esa última palabra, aunque duro muy poco, ahora si que debía hallar la forma de que Celia entendiera que las aventuras y locuras debían acabar ella seria madre y el un padre, la sonrisa regreso a su rostro y abrazó al doctor quien se notaba estaba un poco asustado por sus reacciones, lo dejo pasar, el también lo estaría si estuviera en su lugar.

- Entonces puedo ir con ella, la dejare descanzar no se preocupe, todo el tiempo que se necesite - el doctor suspiró y asintió, John le dio una palmaditas en el hombro y se fue hacía donde el hombre le señaló.

Entró a la habitación y su visiblemente maltratada esposa descanzaba en una camilla, agradeció que solo le hubiesen puesto una vía, según le habían explicado el doctor le estaban administrando hierro y vitaminas para su anemia, se acercó hasta ella pero no se atrevió a tocarla, no quería perturbar su sueño pues parecía que no hubiese lugar donde podría acariciarla, todo eran moretones.

Suspiró un par de veces y se sentó, no podía dejar de pensar en la responsabilidad que representaba un hijo, los cambios que de seguro tendrían que hacer y como hacerle entender a Celia que ahora debía cuidarse más que nunca, su forma de alimentarse debían mejorar, y todo ese trabajo y estudio excesivo, sabía que ella sentía una necesidad de demostrarle al mundo o a no se quien, que tenia valor, que era alguien importante, era absurdo darse tanta importancia como para pensar que, el que para el fuera la mujer más inteligente, divertida, tenaz y apasionada que conocía, fuera suficiente, pero sin duda tendría que expresarselo más seguido de forma que le ayudará tal vez de dejar de lado toda esa lucha con el mundo por demostrar quien sabía cuantas cosas, lo otro de lo que debía ocuparse era de su seguridad, necesitaba pensar en la forma de que dejará de ser el blanco de amenazas, golpes, insultos, vejaciones y cuantas cosas le pasaban a ella y aparentemente estaba acostumbrada, era más que obvio por lo que habían presenciado en ese galpón que había perdido el control, cerró los puños con fuerza cuando recordó los gritos desesperados que emitía y la razón por la que dejarán escapar a los delincuentes, cuando finalmente la habia hallado esos pocos segundos en los que no era consiente de nada de lo que pasaba a su alrededor inmersa como estaba en su ataque de pánico, le habían tomado unos agonizantes minutos que enfocará su vista en la de él y fue un gran alivio notar como cambiaba su expresión al reconocerlo, era contradictorio como dos sentimientos tan opuesto se habían apoderado de él, el primero el alivio al ver que era capaz de devolverla al mundo de la razon con sólo sus caricias y su voz y la desesperación al ver como su cara y cuerpo habían sido objeto de los maltratos de esos cobardes, definitivamente eso no volvería a pasar, sobre su espalda descanzaba la responsabilidad de que Celia no fuera en lo que le quedaba de existencia maltratada por nadie.

Lecciones de AmorWhere stories live. Discover now