Eᴘɪʟᴏɢᴏ

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𝐍𝐚𝐫𝐫𝐚 𝐆𝐢𝐚𝐧𝐧𝐚

Los años pasaron, ahora tengo 98 años hace 2 años que mi esposo me abandonó para irse a reunir en el reino de su padre, hace 2 meses que a mi me tuvieron que internar por problemas en mi corazón.
Estoy tirada en mi cama de hospital viendo a mis 5 hijos con dificulta, mientras estoy conectada al oxigeno. Una vez hace mucho años de eurodiputados que Nico me dijo que cuando uno se iba a morir lo sentía, y es cierto sentía que esta era la última vez que vería a mis hijos en este mundo, hasta que fuera la hora de ellos de reunirse con su padre y conmigo en el reino de su abuelo.

—Figli miei, sarà l'ultima volta che vi vedrò. (hijos míos, sera la última vez que los vea).—dije débilmente.

—Mamma.—dijo mi pequeña Maria.

—Essere sua madre è stata la cosa migliore che mi sia capitata, ma è arrivato il mio momento di andare da suo padre. Vi amo ragazzi miei. (ser su madre fue lo mejor que me paso, pero llego mi hora de ir con su padre. los amo mis niños.)

Fue lo último que dije para cerrar los ojos, con un último suspiro me fui de este mundo. No supe mis hijos como se tomarían la noticia, pero se que fui buena madre con ellos.
Cuando abrí los ojos, estaba con la espalda recta, vi mis manos ni una arruga en ellas, pero si mi sortija de matrimonio, toque mi cabello suave y de un color castaño, toque mi cara si una arruga. Baje la mirada a mi cuerpo tenía un vestido al estilo griego de color blanco con un escote en V que le encantaba a Nico que usara, toque mi cabeza unas hojas de laurel. Toque mis senos estaban parados, igual a como los tenía a mi 20 años cuando aún no era madre ni había amamantado.
Al frente de mi estaba usa sala de juicio, que vi algunas veces. Supongo que es mi hora de ser juzgada, supongo que Nico estará como juez es lo que espero.

𝐍𝐚𝐫𝐫𝐚 𝐍𝐢𝐜𝐨

Estaba en mi turno como juez, cuando llegue muerto al infierno mi padre fue el que hizo mi juicio lo cual era raro, me colocó como su mano derecha y me dio la "inmortalidad".
Estaba esperando que llegara algún muerto, pero en cambio llegó mi padre, los tres jueces y yo nos levantamos a recibirlo.

—Padre.—dije agachando mi cabeza.

—El próximo juicio seré yo quien lo juzgue.—dijo sentándose en su trono.

Los ahí presentes nos vimos raro, sería el segundo juicio que el dictaría. Nosotros solo teníamos que aceptarlo. Las puertas se abrieron y me levante apenas vi la persona que entró, la persona que llevo esperando por 2 largos años... usaba un bello vestido que me moría por quitar, estaba igual a como estaba a sus 20 años conmigo, me levante de mi asiento y dije.

—Gianna amore mio.—dije viéndolo a sus ojos.

—Nico cara mía.—Me respondió.

Me levante de mía siento y con mi túnica de color negro, baje a donde ella estaba. La abrace apenas la tuve al frente y olí su cabello, al fin estaba conmigo para toda la eternidad.

—Te extrañe tanto, te demoraste tanto en llegar.—le dije al oído.

—También te extrañe.

Iba a besarla olvidando donde estábamos, pero un carraspeo nos interrumpió.

—Ni muertos dejan de cursilerías ustedes dos.—dijo Hades, me quede al lado de mi esposa como si a mi también me fueran a juzgar.

—Suegro, tiempo sin verlo.—le dijo inclinando la cabeza levemente.

—Empecemos con esto.—se acomodó en su trono.—Gianna Di Angelo, bendecida de Persefone reina del inframundo, por matrimonio proclamada reina de los fantasmas. Ayudaste una vez al Olimpo cuando se te necesito, tu junto a tu esposo, mi hijo, pusieron su vida en peligro por lo cual se les agradece. Así que yo Hades rey del inframundo, declaró que ocuparás tu lugar como reina de los fantasmas junto a tu esposo y a ti Nico Di Angelo, te otorgó la al,a de tu esposa, ahora te pertenece por toda la eternidad.

—Gracias de verdad.—dijo ella feliz mientras apretaba mi mano.

—Padre ¿se quedará con sus recuerdos?—le preguntó.

—Con todos y cada uno de ellos, la sentencia a sido dicha. —Se levantó de su trono para irse, pero dijo.—Mocoso tomate unos 3 días, para esta con tu esposa.

Yo no espere para nada esto, pero no perdí el tiempo hice un viaje sombra hacia los campos elíseos donde e estado en estos años.

—Estaremos juntos para siempre.—me dijo colgándose de mis hombros.—Así que ¿ahora te pertenezco?

—Así es, tu alma es mía, siempre has sido mía Gin.—dije moviendo su cabello.

—Sueñas tan domina te, me encanta.

—Lo se, se que amas que te domine. Vamos a nuestra nueva casa, tenemos mucho que hacer.—le dije pícaramente besando su escote.

—Primero bésame esposo mío.

No perdí tiempo para nada, una mano en su cintura y la otra en su nuca. Por fin después de ya to nos besamos con ganas, hace tanto que no teníamos un beso apasionado, solo teníamos beso de amor y delicados cuñado en ejercimos, ahora podemos reponer el tiempo perdido.

—La amo señora Di Angelo.—Dije apenas nos separamos del beso.

—También lo amo señor Di Angelo, mi Rey de los fantasmas.—dijo ella jugando con mi cabello caído a los lados.

Yo baje mi cabeza y la bese con amor y pasión, al fin de cuentas tenemos toda la eternidad para estar juntos ahora.

Fin

Mio Dolce AmoreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora