Cᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ Cɪɴᴄᴜᴇɴᴛᴀ ʏ Uɴᴏ

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Hasta que la muerte nos separé.

Narra Gianna.

Estresada es como me llamaría, me levante y no había encontrado a Nico a mi lado de la cama, creía que estaría entrenando o en algún lugar, me organice. Iba a levantar a los niños cuando veo la nota donde me caí de rodillas.
Salí corriendo dejando a los niños, fui a la cabaña de Percy que era la más cerca y casi tiré su puerta. El fue a avisarle a quiron y llamó a Jason para que me acompañara, el cuido a los niños mientras yo me organizaba a la carrera, tanto que ni me bañe, ni bañé a los niños.
Estaba en la sala de casa grande, tenía a Luciano comiendo de mi seno sin taparme ni nada, mientras trataba de convencer a los niños que su padre solo se había ido para comprar algo.

—Necesito saber cómo puedo llegar al inframundo.—dije desesperada.

—Eso es complicado Gianna, lo mejor es esperar.—dijo Annabeth.

—Esperar?...ESPERAR ANNABETH.—Le dije gritando.— Puede que no vuelva a ver a mi esposo, puedo quedar viuda y mis hijos sin padres. NO ME PIDES QUE ESPERE.

Todos se quedaron asustado, desde que me conocieron nunca me había visto así, estaba despeinada, sin ducharme y con mi seno afuera mientras mi hijo pequeño comía de mi seno. Nadie sabía que hacer.

—Gianna, Nico solo te quiere cuidar.—dijo Hazel sentándose a mi lado.

—El me quiere cuidar pero no es la manera, esto es junta va a dar su vida dejándome sola, dejando a mis hijos sin sus padres. Ustedes no tiene hijos, ustedes no saben lo que se siente el amor que da una familia. Ustedes solo son novios o prometidos, pero yo llevo 7 años casada y viviendo con el, si se muere yo no se que hacer.—dije poniéndome a llorar en su hombro.

Vi un momento la cara de los demás, ellos simplemente no sabían que hacer. Nunca estuvieron en una situación así. La sala comenzó a enfriarse igual a cuando conocí a mi suegro, luego frente a mi el rey del inframundo se presentó ante nosotros. Vi como todos los mestizos se arrodillaron y quiron se inclinó en sus patas traseras.

—Levántese inútiles, vengo por Gianna.—empezó a caminar hasta quedar frente a mi.—Mi hijo va a hacer una locura, esta que muere sacrificándose en la tumba de cronos, por salvarte a ti y a tus mocosos, te llevaré al infierno así que organízate esa camisa.—dijo frío como siempre.

—Iré, pero mis hijos, ¿con quien se quedarán? —Dije organizándome la camisa.

—Ya lo tengo pensado.

El chasqueo y de las sombras salió un Dios regordete con túnica blanca, su cabello era rubio y tenía una corona dorada en su cabello.

—El es Hypnos Dios del sueño, dormirá a tus tres hijos por 1 día.

—Señora Di Angelo.—dijo el Dios.

—¿Estás de acuerdo?—dijo Hades.

—¿Ellos estarán bien?—Cuestione viendo al dios regordete que sacó una sonrisa y dijo.

—Por supuesto señora, solo dormirán.

—Está bien.

El tocó la cabeza de mis hijos una por una, ellos caían dormidos.

—¿Les puedo encargar a mis hijos?—Dije acariciando la cabeza de mis hijos.—Hazel eres su tía, los podrías cuidar mientras duermen.

—Lo hare, tranquila.

Hades me ofreció su mano, el aire seguía frió yo camine lentamente hacia el, estire mis manos y apenas la toque nos sumergimos en la sombra tal y como lo hacía con Nico, pero la Hades era mucho más aterrador que las de Nico.
Los murmullos de las almas eran horribles, me sentía mariada y tenía miedo de quedarme hay atrapada, esta vez cuando sentí el piso me caí de rodillas, todo me daba vueltas.
Levante la cabeza y vi lo peor del infierno, cuando venía Nico nunca me dejaba salir del castillo, el me llevaba a los campos elíseos pero nunca veía lo que era el infierno de verdad.

Mio Dolce AmoreWhere stories live. Discover now