𝘾𝘼𝙋𝙄𝙏𝙐𝙇𝙐𝙈 𝙄𝙑

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𝕰𝖓 𝖑𝖆 𝖆𝖈𝖙𝖚𝖆𝖑𝖎𝖉𝖆𝖉
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Cuando la joven terminó de comer y de aclararse sus incontrolables pensamientos sobre el joven Thorpe, decidió salir de su habitación y dar un paseo por el campus. El día estaba nublado con lo cual no haría falta bajarse las gafas de sol.

Mientras bajaba las escaleras no pudo evitar buscarlo con la mirada, sabía que lo acontecido en su habitación no era real, era una ilusión que le hizo al chico para reírse de él mientras le provocaba esa clase de efectos. Pero al utilizar su influencia en el no sólo le provocó dichas emociones sino que también las sintió ella. Tendría que mejorar sus habilidades de manipulación y urgentemente si fuese posible.

Al llegar al patio apartó sus pensamientos sobre lo ocurrido anteriormente y se dispuso a buscar a su amiga Emily bloodlust. Otra vampira de buena familia con la cual no había tenido la suerte de haberla encontrado aún.

-Madre mía pero si es Venus Acheronte- Dijo una voz femenina a su izquierda.

Venus se giró y vio a Yoko Tanaka con su típico batido sangriento en la mano.

-¡Yoko! ¿Que tal las vacaciones?- sonrió la joven. Si tenias hambre y no tenias el que comer, Yoko era la persona adecuada. Era mejor llevarse bien con ella que tenerla como enemiga y al parecer a ella le gustaba estar en su compañía, con lo cual no había problema.

-Ya sabes, lo de siempre. Mis padres se fueron estas vacaciones a indonesia mientras a mi me dejaron en casa.- Suspiró aburrida la vampira de gafas de sol.

Venus se fijó en el brebaje que traía consigo y se extrañó porque Yoko no era de las que se desayunaban a Bambi.

-¿Estás a dieta animal?- Pregunto la vampira a su amiga.

-Pues, si. Mis padres me han cortado el suministro humano hasta que no supere la asignatura de herbologia este año.- Bufo molesta la chica.

Yoko era de una estatura media y siempre llevaba unas gafas de sol que la hacían parecer a "Yoko Ono" de los Beatles. Siempre caminaba con elegancia y pulcritud que a muchos le parecía fascinante. Al contrario que ella, Yoko tenía las habilidades más desarrolladas, tenía ese aura atrayente... tan atrayente que los "normies" la seguían como polillas a la luz.

Venus se fijó en una figura masculina bajando las escaleras del dormitorio masculino. Pero Yoko se adelantó en comentar la nueva presencia del alumno en el patio.

-Parece ser que el verano le ha sentado bien a Xavier- Dijo con los ojos aún siguiendo al joven.

Venus miró la figura erguida de Xavier Thorpe mientras se dirigía a donde se encontraba su novia no tan agradable Bianca. Pudo observar como el pelo le había crecido desde el año pasado y sinceramente le parecía atractivo, pero eso era algo que nunca admitiría ni aunque le amenazasen con una estaca pegada al corazón. Al parecer su amiga se dio cuenta de lo absorta que estaba porque la miraba con una ceja levantada, con tal nerviosismo por el escrutinio de Yoko hacia ella que preguntó lo que le rondaba en esos momentos por su mente.

-Oye Yoko, ¿a ti nadie te parece apetecible? Como para comérselo me refiero- Preguntó curiosa la joven vampira.

-Depende a que te refieras con comerse a alguien- Replicó de manera coqueta.

-Me refiero a beber sangre, comerse a alguien, dejarlo seco... Ya sabes... lo que hacen los vampiros cuando tienen hambre.- Intentó especificar pero parece ser que de poco sirvió porque su compañera soltó una gran carcajada.

-Vale, Vale ya paro de reírme- Dijo mientras tomaba bocanadas de aire mientras proseguia hablando.

-Se a lo que te refieres, y si, los vampiros podemos oler a la gente a kilómetros. Es normal que en este instituto te quieras desayunar a alguien, sobretodo por el tema hormonas. Al ser adolescentes cambiamos no sólo de forma física sino también de forma interna cada año, por eso te puede parecer apetecible alguien que antes no sabías ni que existía- Explicó su amiga mientras la miraba expectante.

-¿A quien te quieres desayunar? Por favor dime que no es alguien del grupito de los lobos, estoy segura de que tienen pulgas- frunció el ceño en disgusto y algo de asco.

Venus negó fervientemente. Se negaba a querer desayunarse a un hombre o mujer lobo, eran enemigos aferrimos desde el día en que se creó su especie. Los lobos siempre con su moralidad superior sobre el bien y el mal mientras que los vampiros abogaban más por el libertinaje y el libre albedrío. Algo que a los licantropos no les hacía ni una pizca de gracia.

-Tranquila. Y no, no es un licantropo, es más bien otra persona que cada vez que estamos en la misma habitación tengo unas ganas increíbles de perforar su sistema circulatorio y dejarlo seco.- La chica suspiró impotente sobre si misma, no sabía que hacer con el hambre descontrolado que tenía hacia Thorpe. Pero de algo estaba segura, si mantenia las distancias no ocurriría nada.

-Se te pasará, estoy segura. Solo mantente alejada de esa persona mientras su aroma se vaya haciendo cada vez menos perceptible a tu olfato. Así no te expulsarán por matar a un alumno y aprenderás a controlar tu hambre, como ves son todo ventajas.- Replicó de manera optimista Yoko.

La verdad tenía razón pero tampoco lo diría en voz alta, Yoko era su amiga si, pero también eran algo competitivas en el terreno escolar y no le daría la satisfacción de decirle por centésima vez que estaba en lo correcto, eso era algo que los profesores se encargaban de hacer continuamente. Venus sin embargo sobresalía en asignaturas más prácticas como el tiro con arco y la esgrima, algo que ella carecía de habilidad o no mostraba suficiente interés en dichas asignaturas. Eso no quería decir que era mala estudiante, no era brillante como algunos alumnos pero se conformaba con un notable en sus calificaciones.

Venus se despidió de Yoko prometiendole que se verían después para ir de vuelta a su habitación. Cuando llegó a su trocito de cielo, se tumbó en la cama agotada del viaje intentando dormirse. Sin embargo de poco sirvió porque alguien llamó a la puerta, ella lo ignoró y prosiguió a conciliar el sueño una vez más, pero al parecer esa persona estaba muy enfocada en molestarla mientras descansaba así que no tuvo más remedio que levantarse e ir a abrir la puerta. Cuando la abrió no se esperaba quien estaba esperando al otro lado.

Thorpe.

𝙒𝙄𝙏𝙃𝙀𝙍𝙄𝙉𝙂 𝙍𝙊𝙎𝙀𝙎 | 𝙓𝙖𝙫𝙞𝙚𝙧 𝙏𝙝𝙤𝙧𝙥𝙚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora