𝙋𝙍𝙄𝙉𝘾𝙄𝙋𝙄𝙐𝙈

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𝕳𝖆𝖈𝖊 𝖚𝖓 𝖆𝖓̃𝖔 𝖆𝖕𝖗𝖔𝖝𝖎𝖒𝖆𝖉𝖆𝖒𝖊𝖓𝖙𝖊
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-Venus comportarte- Repuso su madre

-Llevo en este colegio 3 años mamá y todavía no me he comido a nadie, aunque no estaría mal tomarse un pequeño desayuno mientras espero a que la directora nos haga la charla de cada año.- contestó la chica mientras se llevaba las manos a la barbilla de manera pensativa.

-Venus...- Repuso cansada, quiero que te comportes este año, nada de incendiar la sala de profesores y por favor nada de morder a los del pueblo, se que aún eres joven y tu hambre es todavía algo incontrolable, pero si sigues así no tendremos otra opción que comernos a toda la población y ya sabes como se pone tu bisabuelo con tanta sangre.

-ugh, la última vez que llevamos al abuelo Dracula a Rumania de vacaciones acabó con dolor de estómago. Las peores vacaciones de mi vida- la chica arrugó la nariz en disgusto recordando los incontrolables gases de su abuelo.

- Intentaré no morder a la gente, pero no puedo prometer que haya dificultades por el camino, los mortales se hacen daño constantemente. Se cortan, se caen, incluso algunos se abren heridas o se autolesionan. La sangre me llama y aunque intente mantener a Tom y Jerry sin salir...

-¿Tom y Jerry?- Repuso su madre confusa.

-Mis colmillos mamá, mis colmillos. Tom es el de la derecha y Jerry el de la izquierda. Los llamo así porque Tom le gusta morder mientras a Jerry masticar, te sorprendería el grosor de algunas venas.

Su madre suspiró cansada ante las ocurrencias de su hija, sin embargo optó por darle un abrazo

-Cuídate, y escríbeme si sucede algo. No me fio de las sirenas y menos de los hombres lobo de este lugar, muchos de ellos querrían que estuviésemos a ocho metros bajo tierra y no precisamente durmiendo en ataúdes recubiertos de satén.- le susurró su madre mientras terminaba el abrazo maternal.

-Esta bien mamá no te preocupes, por cierto dale saludos al abuelo, y dile que estaré encantada de ir de caza en primavera, dicen que con el buen tiempo la sangre sabe mejor. Los humanos empiezan a comer de manera saludable y lo creas o no madre, los glóbulos rojos están mejor en primavera.-

Su madre rió y sonrió antes las preferencias de su hija, sin duda alguna la primavera era una buena estación de caza, el buen tiempo y la lluvia hacia que se hiciese más fácil cazar. Podrían provocar un accidente fácilmente o disfrutar del tiempo húmedo y lluvioso. El verano sin embargo era insoportable, demasiada calor y mucho sol.

-Esta bien... por el momento te enviaré bolsas de sangre para que puedas alimentarte correctamente, no me gusta que se le de sangre de animal a los alumnos y menos a vampiros con dieta bipeda, provoca efectos adversos como náuseas y vómitos. Se lo he dicho a la directora pero como siempre prefiere tener buena reputación a hacer lo correcto, como si no fuese suficiente el dinero que donamos anualmente al centro escolar.-

-En fin no te preocupes cielo, tu madre te enviará la comida. - Repuso con una sonrisa.

-Bueno mamá, cuidate y por favor la sangre de tipo B, negativa si puede ser aunque igualmente me gustan todas mientras sea B.- Contestó de forma alegre mientras tomaba su maleta con una mano y se la acercaba.

Su madre le dio un último beso en la frente cuando ingresó al coche, mientras este desaparecia por la salida del centro. La chica recogió sus maletas y menos mal que sus Samsonite tenían ruedas porque sino se quedaría sin poder subirlas a su habitación de lo mucho que pesaban. Mientras se dirigía a las escaleras que daban a las habitaciones no pudo evitar fijarse en la cantidad de alumnos despidiendo a sus padres, puede que ella odiase a la mayoría de personas allí presentes pero le daba cierta alegría ver que había figuras parentales que cuidaban de sus hijos. O eso aparentaba en el caso de una chica de piel morena que se le quedaba mirando.

-Bianca, toma una foto, duran más.- repuso burlona

La chica la miró de arriba a abajo con cara de desagrado mientras fingía que la ignoraba. Venus resoplo cansina de la actitud de la chica, es cierto que el año pasado fue capitana del equipo de esgrima pero es más que obvio que los vampiros tienen más experiencia en el combate cuerpo a cuerpo que las sirenas. De hecho muchas veces intento razonar con ella sobre que cada una tenía puntos fuertes, como ella en natación. Pero de poco sirvió porque igualmente acabo enfadada y no hablemos de su novio el pinta paredes, nunca había hablado con él y siendo sincera ni le interesaba en lo más mínimo hablarle.

Intento subir una de sus maletas por las escaleras cuando una rueda se partió, al menos eso pareció por el sonido que hizo. Suspiró agotada de tener tanta mala suerte cuando una voz la interrumpió.

¿Te ayudo? Preguntó una voz masculina detrás suya.

Se giró la chica esperando que fuese un amigo o conocido suyo pero en cambio se encontró con el pinta murales del instituto.

-¿No tienes alguna pared que pintar? No sé, así nos ahorramos tu acto caritativo del día.- Bufo molesta

-Lo creas o no sólo estoy siendo amable.- Repuso serio

- Ya... claro... y yo soy Lady Diana.-

-en fin chico pintor, ya que estas aquí con "ganas de ayudar", ¿Porqué no me vas subiendo estas maletas a la habitación? Ya sabes la 108, edificio Este.- Repuso irónica, pero ya que estaba aquí había que aprovechar el servicio.

-¿Estás diciendo que necesitas ayuda?- Dijo divertido.

-No, estoy diciendo que ya que estas aquí y en vez de malgastar tu tiempo con tu novia la sardina en lata, podrías ayudarme a subir las maletas a no ser claro que sean demasiada pesadas para ti. No quiero sonar descortés pero lo más pesado que has levantado han sido lápices y pinceles.- dijo sonriente, mientras lo miraba divertida.

El chico se pasó la mano por el pelo molesto mientras pasó por su lado sin hacerle caso y levantó su maleta con el brazo derecho, Venus no pudo evitar fijarse en las venas de su brazo como se tensaban al levantar su maleta y en ese momento le entró hambre. Menos mal que el chico no se dio la vuelta porque sino vería a una muy centrada Venus en su brazo con los colmillos fuera.

Todo el mundo sabe que los vampiros siempre tienen hambre.

𝙒𝙄𝙏𝙃𝙀𝙍𝙄𝙉𝙂 𝙍𝙊𝙎𝙀𝙎 | 𝙓𝙖𝙫𝙞𝙚𝙧 𝙏𝙝𝙤𝙧𝙥𝙚Where stories live. Discover now