Capítulo 8: La Nueva Reina

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—Hay algo que no me cuadra sobre Rowena—dijo Ludwig—

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—Hay algo que no me cuadra sobre Rowena—dijo Ludwig—. Mi padre nunca habría tomado una decisión tan repentina, en especial con respecto al matrimonio ¿Ustedes que opinan?

Como respuesta, obtuvo un ladrido. Blackie, Berlitz y Aster, sus tres perros y únicos amigos, lo observaban moviendo la cola.

"Necesito amigo reales" pensó el rubio.

Su "conversación" fue interrumpida por un golpe en la puerta. Le permitió el paso a la sirvienta que estaba detrás y ella, con la cabeza agachada, fue a darle un mensaje.

—Su alteza, el rey quiere verlo—le dijo en voz baja.

—Dile que no estoy de humor ahora.

Y no era mentira, después de todo el asunto del compromiso ya no tenía muchas ganas de ver a su padre.

—Es urgente. Algo ocurrió con su primo.

En cuanto escuchó la mención de Roderich, sabía que era realmente preocupante. Aquel noble quejoso siempre se metía en problemas, por lo que ya se habían acostumbrado a ignorarlo. Pero si era necesaria una reunión familiar, debía ser muy importante. Ludwig siguió a la sirvienta, hasta que llegó a una habitación que solían usar para reuniones. Se despidió de ella y procedió a encontrarse con su padre, hermano, y, para su sorpresa, con su futura madrastra.

"¿Qué hace ella aquí?" se preguntó "¿Por qué la trata como si fuese parte de la familia?"

— ¿Qué le ocurrió a Roderich?— dijo inmediatamente, queriendo obtener una respuesta rápida para poderse ir.

—Lud, toma asiento—le dijo su padre.

De mala gana, Ludwig tomó una silla. Rowena lo miraba fijamente. Él evitaba el contacto visual, con esos ojos verdes parecía que podía mirar tu alma.

—Esta mañana, recibimos una carta de tu tía Mathilde—comenzó a explicar—. Nos informó que tu primo Roderich...

— ¿Se cayó de una altura de veinte centímetros?—preguntó Gilbert.

—No—le respondió su padre malhumorado—. Él salió con su sirviente para llegar hasta aquí y...

— ¿Entró en depresión porque no tocó el piano en todo un día?

—No—volvió a responder enojado, en tono más fuerte—. Estaban viajando por el bosque...

— ¿Y se desmayó porque lo tocó una mosca?

— ¿¡Te puedes callar de una maldita vez!?—Gilbert se encogió de hombros. Alaric cerró los ojos y tomó aire para calmarse—. Tu primo ya debería haber llegado al palacio e informado a su madre, la duquesa, de su llegada. Pero no hay noticias de él ni de su sirviente.

Todos se quedaron en silencio. Los hermanos no podían creer lo que acababan de escuchar ¿Acaso los habrían atacado unos bandidos para robarles? ¿Habrían sido asesinados por algún animal salvaje?

[Hetalia] Cuento de Luz y SombraWhere stories live. Discover now