LA CRUDA VERDAD (THE BRUTAL TRUTH) (SUPERCORP)

Capítulo 11

La apuesta de la verdad

 
Lena Luthor no era una mujer a la que le gustara ser negada. Por eso, cuando Véronique Duchamp no solo rechazó los tributos florales de Lena, sino que también le negó una entrevista con el argumento de que los periodistas eran todos cafards (cucarachas) humildes. Kara golpeó su casco metafórico.

"¡Cucarachas!" Lena siseó mientras giraba su silla lejos de la ventana y examinaba a Kara con una fría mirada que bajó la temperatura por lo menos diez grados. "¡Ella me llamó cucaracha!"

"Bueno, para ser justo, eh, Lena, nos llamó a todos eso," Kara dijo en su tono más razonable. "A todos nosotros. Todos los periodistas."

"¿Nosotros?" Lena miró a Kara con cuidado deliberado, su voz sedosa.

Uh oh. Estaba de peor humor de lo que Kara había pensado. "Sí." Ella levantó la barbilla.

"Mm." Lena giró su silla de nuevo hacia la ventana. "Traté de obtener una entrevista con esa mujer cuando era una escritora subalterna en CQ, y luego de vez en cuando en los últimos años. Este año, pensé, tal vez, porque hay conversaciones de sucesión. Su hija puede estar asumiendo el control. Véronique querrá explicar los cambios y cómo afectan a su dinastía. Envié un cuarto lleno de flores en el sexagésimo cumpleaños de esa ingrata criatura. ¡Ahora esto! ¡Cucarachas!"

No es broma. Kara había estado allí por el amor de Dios. Véronique ni siquiera había enviado un agradecimiento. Kara pensó que sabía por qué. Las flores eran lo único que todos sabían que le gustaba a la misteriosa diseñadora. Por lo tanto, Lena se había unido a una fila de todos los demás simpatizantes optimistas, desde Vogue y Elle hasta CQ, usando tributos florales para competir por favores con ella.

Lena miró hacia atrás, atrapando a Kara a medio pensamiento. Su ceja bien formada se alzó. "¿Algo para agregar? ¿Tienes algún pensamiento contrario en ese cerebro febril tuyo?”

"¿Qué?" Kara dijo, sorprendida. El humor de su jefe había degenerado de irritado a modo de perra total.

"Tu cara." Lena agitó su mano. "Eso lo dice todo. ¿Qué es?"

"Yo ... nada."

"Nada," Lena lo repitió hacia ella y le lanzó una mirada penetrante. Ella había estado haciendo eso mucho últimamente. "¿Podrías ser menos honesta? ¿La veracidad es muy difícil? ¿Estoy preguntando al universo?”

¿La veracidad? La gente no quería la verdad. Ella le dijo a Lena tanto.

Lena le dio una mirada contemplativa. "El mundo funcionaría mucho mejor si las personas pudieran dar y recibir la cruda verdad. Sin omisión. Sin astucia ni sonrisas brillantes y falsas."

Kara le lanzó a su jefe una mirada escéptica. Si, claro. ¿Dónde estuvo la cruda verdad en la gala Lancôme hace dos noches cuando Lena le dio una palmadita en el brazo a Jack y le sugirió que ‘echarían de menos las bebidas esta noche’ porque Lena quería reducir el consumo? Kara sabía a qué se refería Lena en el momento en que escuchó las palabras susurradas. Ella quería que él redujera el consumo.

"Tan callada." La mirada de Lena fue desafiante. "Recuerdo un momento en el que estabas más que dispuesta a compartir tus pensamientos pasajeros conmigo. Hubo un tiempo en que me alimentarías con productos caseros y me contarías tus secretos sin una pizca de autocensura."

Había un borde en su voz — especulativa y peligrosa. No había mencionado Nueva York desde el cumpleaños de Kara. Esto era nuevo. Kara la miró. ¿Han cambiado las reglas del juego?

"Me dijiste que esos días habían terminado." El tono de Kara era cauteloso. "Cuando tomé este trabajo."

Lena no dijo nada y dio golpecitos con los dedos el escritorio. Le dio una mirada fría. "Desembucha.¿ Véronique? Tienes un punto de vista contrario. Así que comparte."