Capítulo 29. Noveno deseo.

Start from the beginning
                                    

—Mi luz ¿Qué tienes?

Will deja el libro que estaba leyendo a un lado para poner su atención en mí.

—Nada, solo que me puse a pensar un poco.

—Si es por lo de tus padres, te he dicho que no tienes que traer cosas como esas a tu cabeza, ellos te aman, máximo se encuentran un poco ocupados.

Quisiera pensar que eso es verdad, y no creo que el trabajo por más duro que este les quite toda la mañana, que era el horario en el que hablábamos.

—Lo entiendo, pero sencillamente no logro llegar alguna respuesta de esa forma que me están tratando, cada día lo siento más lejanos.

Digo con cierta nostalgia y no demora en agarrar mis manos entre las suyas dándoles un apretón.

—Alison, en menos de lo que piensas estarán juntos de nuevo como la familia amorosa que me has contado que son.

Esas palabras parecieron más una afirmación que un pensamiento y deseo que se vuelvan realidad los necesito tanto.

—Con la seguridad que lo dices hasta siento que es un aviso.

Río con cierto dolor e hizo una mueca.

—Solo lo dije, para que estés mejor, sabes que no me agrada cuando estás triste —recuerda.

—Como usted diga enfermero estrella.

Nos miramos un momento, para un segundo después no aguantar la risa y soltar la carcajada. Un rato más tarde, todo vuelve a la normalidad, Will toma el libro que ahora lee para los dos y yo continúo esperando que el medicamento sea administrado en mi cuerpo y haga su función completa de matar las células cancerígenas. Cada día es uno menos sobre esta tortura. Pido que las fiestas de diciembre, que son los dos meses mínimos, me dejen descansar.

Qué claro que ni se donde las pasaré.

—Preparada para tu próximo deseo.

William se levanta y llega hasta la bolsa que tiene el medicamento que entra a mi cuerpo.

—No digas nada mejor que lo único que logra es ponerme ansiosa y no quiero.

Lo regaño y ríe, volviendo a su sitio.

—Confieso que me gusta molestarte un poco, pero al final siempre deseo que te sorprendas al verlo.

Me besa la mano. En eso tiene razón que no diga nada es darle más emoción para el momento en el que me entero, se vuelve más mágico y bonito.

—Bueno eso sí.

Desvío mi vista en modo ofendida para que piense que estoy enojada, pero claro que sabe que no es verdad.

—Para que veas que no soy malo, este deseo, te sentirás como si no estuvieras en la tierra.

Comenta y vuelvo mis ojos hacia él, alzó una ceja interesada.

—¿Qué? —pregunto con emoción.

—No te diré más, solo te queda atacar cabos —me dice y toma de nuevo el libro—Ahora mejor te sigo leyendo —curva sus labios en una risa diabólica.

A veces quisiera darle un sartenazo en la cabeza para que deje de ser malo.

—Bueno —contestó porque no seguiré en su juego de rogarle y reanuda su lectura.

Media después terminó mi sesión, salimos al hospital y llegamos al hotel para dormir y descansar.

—Hoy será tarde de películas hasta que te duermas, y ya mañana que estés mejor vamos a celebrar tus nueve meses de lucha.

MI ÚLTIMO DESEOWhere stories live. Discover now