3. Saga Cree en mí - Heavy Crown

Diez."Esto no puede volver a ocurrir"

- Si, lo siento. 

Tiré el helado y Austin echó agua en mis manos para que me las lavara y después me las sequé. 

- Gracias.

- No tienes que darlas. - Austin me dio un poco de agua y después él se terminó lo que quedaba de la botella. 

- ¡Austin! - escuché la voz de una chica. Austin se giró y esta saltó a sus brazos. 

Me quedé mirando la escena mientras que la chica hablaba rápido. Diciendo que lo había echado de menos y que esperaba que pudieran salir algún día. Después ella se fijó en mí.

- Oh, hola, ¿Es tu prima? - la chica miró a Austin.

- No, es mi cita.

- Oh, estoy interrumpiendo - murmuró la morena. 

- Un poco - Austin se encogió de hombros. 

- Bueno, espero verte por ahí - tocó su hombro. - Suerte, chica desconocida. Austin a veces suele ser un grano en el trasero. 

Austin la miró mal y yo sonreí mientras la chica reía. - Solo bromeaba mon amie. Soy Caroline - la chica me dio un pequeño abrazo. 

- Soy Alice. 

- Alice. Encantada de conocerte. Nos vemos pronto - esta se despidió con su mano mientras se iba por donde había venido. 

- Está loca - dijo Austin. 

- Es simpática.

- Lo es, pero tengo una amiga loca. - reí negando con la cabeza. 

Austin cogió mi mano y volvimos a caminar. - Quiero que nos montemos en algo, y no acepto un no por respuesta. 

- ¿El qué? - Austin tiró de mi mano hasta que vi un cartel.

Parque lakeside. Carrousel. 5 $ Un viaje. 

- ¿En serio? - lo miré divertida. Austin me sonrió y volvió a tirar de mí.

- Por supuesto, nunca es tarde para volver a ser un niño de nuevo.

Austin pagó nuestros tickets y entramos. El carrusel estaba dentro de un edificio de madera. Allí, padres se montaban con sus hijos y les echaban fotos. Pude ver la sonrisa de los niños, sonrisa que alguna vez fue la mía. 

El caballo subía y bajaba mientras papá me agarraba. - Mira mami - la miré cuando pasamos por la zona donde estaba ella con una cámara. Ella me sonrió y me saludó con su mano. 

- ¿Te lo estás pasando bien? - me preguntó papá. 

- Sí. 

Miré a papá, que estaba mirando hacia el frente mientras el carrusel giraba. Él se quedó mirando con los ojos muy abiertos a alguien. Lo vi asustado. Miró hacia atrás mientras el carrusel avanzaba. Cuando volvimos a ver a mamá esta fue a sonreír pero no lo hizo al ver la expresión de papá. 

- ¿Vamos? - Austin me sacó de mis recuerdos y asentí. 

Le dimos nuestros tickets al hombre de la entrada y subimos. Austin miró por lo caballos y después me miró. - ¿Te da igual en cual montarte?

- Si - él me guió hacia uno blanco. Austin me cogió fácilmente en peso y sonreí. Me sentó mirando para él, de lado. - ¿No vas a montarte? - el carrusel empezó a funcionar.

- No, prefiero besarte. - sonreí. Él podía besarme perfectamente porque mi caballo estaba roto y no se movía de arriba abajo. 

Salimos del carrusel riéndonos. Ya estaba anocheciendo y ya no había tanta gente en el parque. Las farolas se estaban encendiendo y yo me sentía realmente afortunada por compartir momentos como estos con Austin.