Capítulo 45 - ¿Me ves como tú madre?

33 6 0
                                    

Karma y Kohana se reunieron en la cocina, ambos en silencio mientras preparaban un pequeño desayuno improvisado sin dirigirse la mirada, pero sabiendo que había algo mucho más allá que la preparación de un simple desayuno.

— Madre... ¿qué es lo que sucede? — Karma preguntó en voz baja, batiendo la mezcla de huevo con la mantequilla.

— Realmente no lo sé — Confesó, sirviendo agua hirviendo en cuatro tazas — Tu padre se ha comportado extraño en estos últimos días, no me mal entiendas, pero había estado muy insistente en regresar contigo para estás fechas — Declaró sin dirigirle la mirada.

Hubo un breve silencio, donde sólo se escuchaba el sonido de sus pasos o los utensilios de cocina chocando entre sí.

— Él se la pasa viendo su teléfono en todo momento, al principio no quise darle mayor importancia, pero comenzó a buscar información de diversos hospitales de la ciudad, y viendo en internet algunos oficios creados por psicólogos especialistas — Agregó, colocando en las tazas pequeños sobres de té.

— ¿Hospitales y psicólogos? — Murmuró en voz baja, sin aparta la mirada de la mezcla que estaba creando.

En su mente, estaba buscando las razones por las que su padre podría haber adquirido aquel extraño comportamiento viniendo de su persona.

Todo se quedó en silencio nuevamente, ninguno de los dos dijo algo más para seguir con la conversación, aunque tampoco se escuchaba el sonido de los utensilios. Sólo estaban ellos dos, observando lo que antes estaban haciendo, y por más que el silencio podría ser abrumador, sus propias mentes se encargaban de crear el ruido suficiente.

Karma observó fijamente el tazón con la mezcla, como sí fuera lo más interesante que había visto en su vida, observó la textura con detenimiento, luego su mirada viajó a las astas de la batidora, su mente pensando en todo menos en el desayuno que según iba a preparar.

Su madre estaba de la misma manera, sin saber cómo continuar la conversación que según ella, había estado practicando desde días atrás.

¿Por qué ahora todo parecía tan difícil?

Sólo debía de decir unas simples palabras, las cuales llevaba ensayando días, y no comprendía por qué justo en ese momento donde era hora de la verdad, parecía algo tan difícil.

Hacer algo que nunca hiciste siempre es difícil.

— Hijo... me gustaría hacerte una pregunta — Mencionó, dejando de lado las tazas con los sobres de té.

Karma tardó unos segundos en procesar la pregunta, dejando de manera un poco brusca el tazón con la mezcla y la batidora sobre la mezcla, como sí el tazón o la batidora fuera algo peligroso que no quería tener en sus manos.

— Claro, madre... ¿qué sucede? — Preguntó, dirigiendo su mirada a Kohana.

— Hm, yo... me gustaría preguntarte cómo has estado — Pasó su mano por su cabello, algo nerviosa mientras su mirada se encontraba con la de su hijo — Sé que no suelo preguntarte eso, pero... quiero saber cómo te sientes con toda esta situación —.

— Pues... me siento bien — Respondió, sonriendo de manera incómoda mientras la miraba, sin saber realmente lo que ella buscaba con esa pregunta.

La tensión se podía cortar con tijeras.

— ¿Por qué preguntas, madre?, ¿acaso sucedió algo? — Cuestionó con inseguridad.

— Karma... desde que te adoptamos, creo que jamás te pregunté cómo te sentías. Perdiste a tus padres y amigos, llevabas sólo semanas en ese orfanato... y aún así jamás te pregunté lo que sentías, lo que pensabas, o al menos cómo estabas... a lo que quiero llegar... quiero disculparme por haber actuado como una ignorante ante toda esta situación —.

Amor en la oscuridadWhere stories live. Discover now