Capítulo 11 - Mi gatito

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Los pasos se iban aligerado, aunque se escuchaban debido al eco que tenía la casa, lo que sólo aumentaba su temor.

Hubo un momento donde los pasos dejaron de escucharse, aunque el ruido que creaban fue reemplazado por el abrir y cerrar de puerta, lamentablemente, la puerta de la sala de estar.

— Finalmente —.

El ruido de la lluvia no lo dejó reconocer la voz, pero gracias a las sombras que creaba la luz de los relámpagos se dio cuenta que se trataba de un chico, que muy posiblemente se estaba refugiando de la tormenta.

Respiró profundo tratando de calmarse, secando en el proceso sus lágrimas y limpiando cómo pudo su rostro.

No se iba a arriesgar a que alguien lo viera así.

Pero como ya se había comprobado tiempo atrás, parecía haber algún dios que estaba en su contra, después de todo, los truenos que habían dejado de escucharse nuevamente comenzaron mientras que la fuerza con la que el agua caía incrementaba.

Y sí de verdad creyera en algún Dios, y no estuviera cegado por el miedo, hubiera dicho: "¡Sí tienes un puto problema conmigo da la cara y arreglemos esto de frente!".

— ¡AAHH! —.

Un grito salió de sus labios al momento de que el ruido se hizo más fuerte, aunque no tardó en tapar su boca con sus dos manos, rezando en sus adentros para que al menos el ruido de afuera sirviera de algo y hubiera callado su grito.

— ¿E–Eh?, ¿hay alguien ahí? —.

Por supuesto, no fue así.

¿Por qué el mundo siempre estaba en su contra?

El miedo por la tormenta lo había paralizado. No podía hacer nada, porque por más que quería hacer algo, –como huir o esconderse por ejemplo–, sus piernas sólo temblaban pero no se movían de su lugar.

Estaba perdido.

— ¿K–Karma? —.

Con temor, volteó a donde había escuchado su nombre.

Ahí estaba, ese chico de ojos violeta, quien lo miraba con sorpresa, shock y algo de conmoción por su actual estado.

De manera instintiva Gakushū trató de acercarse para ver qué era lo que le pasaba, y sin embargo, la mente del pelirrojo le hizo una mala jugada, al ver la silueta de un hombre reflejado en Asano que sonreía con aparente lujuria.

Karma se apartó de Gakushū con una mirada asustada, sin saber cómo sentirse por lo que había visto.

No quería estar en ese lugar.

Asano al darse cuenta del temor de Karma se detuvo, viendo mejor al pelirrojo, y notando como su cuerpo temblaba siendo esto cada vez más notable, al igual de como sus ojos se cristalizaban y mostraban el miedo que sentía.

— Karma... —.

Gakushū en un intento de no mostrarse intimidante o una amenaza, se arrodilló para estar a la altura de Karma, abrazando a este después de unos segundos.

Karma primero tuvo un comportamiento evasivo tratando de apartarlo sin dar resultado, y después de un tiempo, terminó por corresponder el abrazo mientras comenzaba a sollozar y se aferraba más a él.

— Mi gatito... — Murmuró Gakushū inconscientemente mientras comenzaba a acariciar los cabellos rojizos de Karma, quien ahora sólo estaba en silencio ocultando su rostro en el abdomen del contrario.

Y de hecho, la razón de aquel apodo fue porque justamente Karma parecía un gatito asustado por la lluvia.

~ • ~

Había pasado el tiempo y la lluvia ya no era tan fuerte, así que Asano aprovechó el momento para llamar a uno de los chóferes de su familia para que pasara por ellos, además, el pelirrojo parecía haberse quedado dormido por la energía consumida.

El chófer llegó después de 10 minutos, así que Gakushū salió de la casa cargando al pelirrojo y entró al vehículo.

— Llevanos a casa — Ordenó.

El hombre asintió arrancando el automóvil.

Llegaron 20 minutos después debido al repentino tráfico que se formó gracias a los adultos que ya estaban saliendo de sus trabajos.

Su padre no dijo nada cuando lo vio entrar a la casa con el pelirrojo en dormido en sus brazos, y sólo ordenó a algunos sirvientes que lo siguieran para ver qué era lo que se necesitaba en ese momento.

Gakushū fue a su habitación dejando a Karma en su cama, secando lo mejor que pudo sus cabellos y quitandole la chaqueta y camisa. De ahí en adelante, simplemente salió de la habitación y le ordenó a los sirvientes que hicieran el resto mientras que él iba a otra habitación para cambiarse de ropa.

Se suponía que sólo iba a refugiarse de la lluvia, pero terminó viendo al verdadero Karma.

¿Sería una mera coincidencia o algún tipo de mensaje?

Amor en la oscuridadWhere stories live. Discover now