Capítulo 14 - Una mañana de confesiones

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— Hm —.

Gakushū se removió en su lugar al sentir los rayos de sol caer sobre su rostro, cubriendo sus ojos con su antebrazo.

Frotó sus ojos después de unos segundos, abriendo sus ojos y viendo a un lado, notando a un chico pelirrojo que lo estaba abrazando de la cintura, y junto a eso, recuerdos de la noche anterior fueron regresando a su memoria.

Un leve sonrojo apareció en sus mejillas en aquel momento, pero un también un sentimiento que quiso llamar felicidad por el momento.

— Violett — Murmuró el pelirrojo medio dormido, acercando más el cuerpo de Gakushū.

— ¿Q–Qué pasa? — Preguntó ligeramente nervioso y algo avergonzado por el apodo por el cual Karma lo había llamado.

Karma lo atrajo más hacía él haciéndolo cucharita, colocando su cabeza sobre uno de los hombros de Gakushū mientras lo abrazaba más fuerte acercándose a su oído.

— Me gustas — Susurró — ¿También te gustó? —.

Gakushū se sorprendió por la declaración y pregunta tan repentina, pero no tardó en sonreír con tranquilidad.

— Si, también me gustas — Declaró.

Después de unos minutos los dos ya se encontraban más despiertos, así que se sentaron en la cama, siendo Karma el primero en levantarse seguido de Gakushū, aunque hubo un problema con éste último.

Sus piernas comenzaron a temblar en aquel momento, y un agudo dolor recorrió su espalda y piernas, por lo que no tuvo otra opción más que volver a sentarse, también ya siendo consciente de un líquido espeso que estaba dentro de él y que comenzaba a salir.

— Hm —.

— ¿Te duele mucho? — Preguntó el pelirrojo mientras se ponía a su lado, notando también el como Gakushū de manera instintiva se cubrió con las sábanas al verse completamente expuesto ante alguien que mínimo tenía puesto la parte de abajo de su ropa.

— U–Un poco — Respondió avergonzado moviendo un poco sus piernas por la incomodidad que le provocaba el líquido espeso en medio de sus piernas.

Dios, sólo quería morirse en ese momento.

— Comprendo — Se limitó a responder.

Gakushū volteó a verlo después de que un inesperado silencio llegara, siendo sorprendido al sentir como Karma lo volvía a acostar en la cama quitándole las sábanas.

No sabía cuáles eran sus intenciones, y al verse nuevamente expuesto buscó objetar por lo que el pelirrojo había hecho, sorprendiéndose al momento en el que sintió como las manos de Karma pasaban de manera suave y gentil por sus caderas, lo que lo relajó en cierto punto.

Se sentía bien.

Luego de unos minutos donde estuvo recibiendo masajes y mimos de Karma, este pasó uno de sus brazos por debajo de sus rodillas y su otro brazo por su espalda, terminando por cargarlo al estilo princesa.

Gakushū decidió no decir nada al respecto al sentirse cómodo de esa forma –y ciertamente protegido–, y simplemente colocó su cabeza contra el abdomen descubierto de Karma.

~ • ~

Ya pasado el tiempo los dos estaban listos para asistir al instituto.

Podría decirse que fue una mañana tranquila llena de caricias y mimos, pero como se dijo antes "podría", porque al salir de la habitación fue cuando todo regresó a la normalidad dentro de lo que cabe.

No se cruzaron palabras con los padres de Gakushū más que un "Gracias por dejar quedarme en su casa" y un simple "No hay problema", –sólo con su padre debido a que su madre había salido–.

Los dos adolescentes salieron de la casa, caminando juntos algunas calles para después tomar caminos diferentes, no podían arriesgar a que sus máscaras se cayeran.

Debían de regresar a los estereotipos que les habían dado.

Un chico perfecto, y un delincuente, no había nada más que eso.

Pero claro, no hay que olvidar que ellos siguen siendo personas y sobretodo adolescentes, era claro que en algún momento se revelarían ante esos estereotipos.

Amor en la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora