CAPITULO 37: Fuiste todo para ella

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Doña Lucrecia y yo estuvimos todo el día viendo películas y todas las novelas que ella quería, ambas nos acurrucamos en el sofá con diferentes dulces y postres que habíamos hecho y así continuamos hasta que se hizo de noche. Esa noche dormí con ella en su habitación, ella siempre tenía 2 camas ahí aunque solo durmiera en una, esto con la espera de que algún día regresará a su lado.

Aunque incluso antes de dormir ella no dejaba de hablar sobre lo emocionada que estaba de tenerme de nuevo en su casa, dijo que no le importaba cuánto tiempo fuera si poco o mucho, ella estaba feliz de verme una vez más.

Y yo estaba feliz de volver una vez más.

Seth Cassian

Busque a Briar por horas y al parecer no se esforzó en esconderse, todo lo que utilizó era para que yo pudiera rastrearla, desde su salida del país con su nombre y pasaporte reales, hasta las tarjetas de crédito que utilizo para pagar el Uber que la trajo hasta un pequeño pueblito en la costa.

Bajo del auto en el que llegué y observo la casa donde se supone Briar está.

Dudo en acercarme pero cuando veo alrededor me doy cuenta que ya estoy aquí y no puedo retroceder.

Me acerco a paso lento a la puerta exterior, no veo el timbre ni algo en lo que pueda llamar adentro así que solo gritó su nombre.

- ¡Briar! - exclamé pero nadie salió - ¡BRIAR! - grité

Y así un rostro desconocido de una mujer de la tercera edad se hizo notar. La señora salió con un rostro de pocos amigos y camino lentamente.

- ¿Quién eres tú? - pregunto acercándose

- Usted debe ser la señora Lucrecia - dije con una sonrisa pero ella no parecía contenta - he venido a ver a Briar, ¿Cree que pueda...?

- No, aquí no vive ninguna Briar, aquí solo vive mi hija y yo - dijo

Por un momento creí que me había equivocado de casa hasta que por una ventana en el segundo piso pude verla, era Briar que miraba afuera como si no pudiera creer que yo estaba ahí.

- Señora Lucrecia, se que ella está aquí - dije pero la mujer solo me ignoró y tomo una manguera del suelo - solo necesito 2 segundos y...

No me dejó terminar cuando la señora abrió el grifo y con eso se acercó para comenzar a mojarme con ayuda de la manguera, me empapó a tal punto en que ya no había nada seco en mi.

- Condenado chamaco, haces sufrir a mi niña y todavía vienes con cara de mustia a decir que necesitas hablar con ella, pues sobre mi cadáver la ves - comenzó a decir mientras yo intentaba alejarme para que dejara de mojarme - sácate de aquí

- ¡Doña Lucrecia! - exclamó Briar que rápidamente bajo las escaleras

Briar Arlene

Doña Lucrecia se mantiene firme a su manguera mientras aprieta la salida para que salga el agua con más presión y logré seguir mojando a Cassian. Yo corro abajo y una vez llego junto con doña Lucrecia, ella se detiene y dobla la manguera para que dejara de salir el agua.

- A ver si así se le quita la cara de pendejo - comento

- ¡Doña Lucrecia! - exclamé regañándola por su lenguaje

- No la regañes - dijo Cassian y lo miré - en parte me lo merecía

Doña Lucrecia me miró y se encogió de hombros para después entrar a la casa sin ningún tipo de arrepentimiento.

Exhale frustrada y salí corriendo con Cassian, quite el suéter que llevaba y lo cubrí por los hombros tanto como pude.

- ¿Estás bien? - pregunté tomándolo por el rostro

Él sonrió al verme y asintió. Estaba totalmente empapado, su cabello y ropa goteaban e incluso sus zapatos sonaban cuando caminaba.

- Será mejor que te cambies o vas a resfriarte - comenté mirando a la casa, dudando en si hacerlo entrar o no - espera aquí un minuto, hablaré con ella - dije

Comencé a caminar a la casa pero antes de poder alejarme Cassian se apresuró y me tomo por el brazo, tiro de mí y así me pegó contra su cuerpo para besarme. Lo seguí por unos segundos pero tuve que separarme para mirarlo.

No puedo explicar lo mucho que extrañaba esto.

Sus manos, sus ojos, sus labios y la sonrisa que siempre hacia cada que me besaba.

Y fue cuando supe que me había elegido.

Sonreí y volví a besarlo con fuerza.

Hasta que nos vimos interrumpidos por un manguerazo de doña Lucrecia que tan pronto nos vio, abrió nuevamente la llave y ahora comenzó a mojarnos a ambos.

- ¡A ver si así se les quita la calentura! - exclamó

Sonreí y me gire a ella - ¡Ahora tendrá que hacer algo caliente para ambos o nos resfriaremos!

- Él puede tomar verga - comento furiosa y dejo la manguera

Comencé a reír y Cassian en su inocencia se acercó a mí.

- ¿Qué es eso? - pregunto en voz baja

Lo miré y sin poder contener la risa simplemente lo abrace.

- Yo me encargo de ella - le digo susurrando a su oído - ahora vas a entrar y correrás al segundo piso, ahí te veo

Él frunció el ceño y se alejo - ¿De qué hablas?

Sonreí - Ya verás - dije y con eso lo tomé de la mano para comenzar a caminar a la puerta

Él se detiene y duda un segundo pero yo no le dejo apartarse y lo obligó a entrar. Ambos entramos con cautela y lo comienzo a guiar hasta las escaleras pero justo cuando el pone un pie en ellas, doña Lucrecia se hace presente y nos mira.

- Estos escuincles - murmuró y tomo su sandalia - pero de un chanclazo se me acomodan

- ¡Corre! - exclamé

Cassian abrió los ojos son sorpresa y siguiendo mi orden corrió, yo le seguí y aunque su sandalia termino marcada en mi espalda, logré él llegara intacto.

Al final hice que cambiará con algo de ropa que él tenía en su auto aunque si me lleve un "chanclazo" más, también hablé con doña Lucrecia y así ella acepto que al menos comiera en su casa. Minutos después Cassian y yo bajamos al primer piso y nos acercamos temerosos al comedor donde doña Lucrecia nos esperaba con algo de comida.

- Tú - dijo ella mirando a Cassian - ¿Te gustan los chiles rellenos?

Él me miró confundido - Amm, supongo que...

Se cruzó de brazos - Si no te gustan de todas formas me vale madre, no hay más

- ¡Doña Lucrecia! - le regañe nuevamente - dejé de hablar así o la boca se le hará chicharrón

- Tu metiste a un pelado a mi casa - comento con las manos en la cintura

- ¿Debería ofenderme por todo lo que dice? - pregunto Cassian un poco confundido - aunque puede hablarme así si quiere... de todas formas no entiendo si me está insultando

Suspiré y me acerque con lentitud - Doña Lucrecia, le pido de todo corazón que deje de aborrecerlo por un día...

Ella me miró inconforme pero después solo asintió con lentitud y así se sentó para comer, yo hice que Cassian se acercara y los 3 comenzamos a comer. Seth no entendía mucho sobre el platillo y aunque al final termino rojo por el picor, lo disfrutó.

- ¿Te lo vas a llevar a Guadalajara? - pregunto doña Lucrecia con un tono calmado

Cassian me miró - ¿Guadalajara?

- Anoche mi niña me dijo que se iría a Guadalajara, quería recordar sus días en el orfanato y visitar la playa donde su hermana la llevo por primera vez - respondió doña Lucrecia sin mirarlo

Yo asentí - Ese es mi plan... mi vuelo sale mañana, aunque creo que antes de decidir si irás, tenemos cosas que hablar - mencioné

Él aún no comprendía del todo pero simplemente asintió.

Después de la comida doña Lucrecia subió a su habitación y yo me quedé en la parte de abajo con Cassian, al principio no sabía que decir pero sabía que era momento de hablar. Me levanté de la mesa y fui hasta la parte de atrás de la casa, la cuál daba al jardín trasero y atravesando una cerca de madera, estaba el enorme mar frente a nosotros.

Mire el jardín y las hermosas camelias llamaban mi atención, sonreí gustosa y Cassian se colocó a mi lado.

- ¿Es cierto que las camelias son tus favoritas? - pregunto mirando las flores y yo lo mire con una sonrisa - Cassandra me lo dijo

Reí y asentí - Lo son, ¿Por qué? ¿Me darás flores?

Él bufó y negó con la cabeza - Ni que fueras abeja, mejor te compro un diamante

- Ni que fuera casa de empeño - conteste entre risas y mire a otro lado

Se estaba haciendo tarde por lo que hacía frío, al igual que el aire soplaba con fuerza. Cassian y yo salimos y me mantuve mirando el mar mientras él se quedaba en silencio a mi espalda.

- ¿De que tenemos que hablar? - pregunto en voz baja mientras daba pasos a mí

Suspiré - ¿Qué hiciste allá? - pregunté y me di la vuelta a él - ¿Qué pasó?

Bajo la cabeza - Renuncié al trono en que mi madre intento ponerme... ella, hizo de todo para que me quedara y...

- ¿A qué te refieres con "de todo"? - le interrumpí

- Ella... me pidió ayuda para asesinar a tu padre - su respuesta me sorprende pero me mantengo en silencio esperando que siga - dijo que una vez él muriera, podría tenerte en mi posesión

Me cruce de brazos - ¿Y por qué rechazar una propuesta tan tentadora?

Pareciera que me gusta ver el mundo arder, pero solo quiero saber que en realidad es lo que piensa.

- La rechacé porque no es lo que quiero... antes la expresión "me perteneces" entre nosotros era una forma de amor, pero yo la transforme en una expresión de poder... y créeme que cuando escape de Irlanda la primera vez, fue porque no quería tener el poder absoluto - sus palabras se veían sinceras pero yo aún no dije nada - cuando ambos lo teníamos era maravilloso, ambos uno al lado del otro mientras nos fortalecimos todo era mejor

- Si tú madre se ha quedado con el trono... matará a mi padre - dije preocupada por lo que pudiera pasar

Él negó con la cabeza - Le deje todo a Cassandra

- ¿Y Stefan? - di un paso a él - Stefan intentara tomarlo

Negó nuevamente - Digamos que justo ahora... está incapacitado - su respuesta me confunde pero antes de que pudiera decir algo, él agarro aire preparándose para decir algo más - sé quién asesino a mi hermano

Mi sorpresa no podía ocultarse más - ¿Quién fue? ¿Fue alguien de la AAC?

- No, no era alguien de la agencia... en realidad fue...

Estaba apunto de decirlo cuando doña Lucrecia salió a vernos.

- ¡Mi niña! ¡Han llamado a mi teléfono fijo, al parecer es para ti! - exclamó

Yo asentí y caminé de regreso a la casa mientras Cassian me seguía.

Seth se veía preocupado - ¿Crees que sea...?

- Mi padre - complemente y ambos nos miramos nerviosos

Seth Cassian

Briar entra y puedo verla sostener el teléfono fijo pero justo cuando estoy apunto de entrar, la señora Lucrecia me detiene y sale junto conmigo a la parte trasera.

- Señora Lucrecia - dije y ella suspiro

Miró hacia Briar para asegurarse que no nos viera y después se volvió a mi.

- No tengo mucho tiempo pero... quiero que si viniste aquí por ella, sea una promesa a qué no vas a dejarla - dijo con un tono serio y cuando intenté responder, ella me interrumpió - a mi no vas a decírmelo... mi niña ha estado sola toda su vida y solo tendrás una oportunidad... o la perderás para siempre

- Créame que yo vine porque realmente estoy enamorado de ella, no quiero perderla y tampoco quiero que me deje, así que puede estar segura de que...

- Cassian - la voz de Briar nos interrumpe y ambos la miramos

Tiene una expresión inquietante que me preocupa al instante.

- Briar, ¿Qué sucede? - pregunté acercándome a ella

- Es mi padre - respondió

¿La amenazó?

Briar se detuvo unos segundos y después sus ojos se cristalizaron - Entro en paro y... está en coma

Mi preocupación llegó de inmediato y me acerque a ella que aún mantenía el teléfono, lo tomé y contesté mientras la señora Lucrecia apartaba y consolaba a Briar.

- Samael - dije en la llamada

- Cassian, Cassian soy Lea, estoy en el aeropuerto de Bogotá y me dirijo a Madrid, tienes que llevar a Briar ahora - contestó y al parecer estaba corriendo, supongo directo a su avión

- ¿Cómo te has enterado? - pregunté mientras miraba a Briar

Briar estaba conmocionada y hablaba torpemente con la señora Lucrecia que trataba de tranquilizarla.

Ella suspiro - Me enteré está mañana, según el protocolo cada que un jefe de agencia recae así, todos aquellos agentes entrenados ahí deben regresar, al igual que el heredero principal

Me aleje de Briar para entrar a la casa y contesté - No, no podemos volver, nombrarán a Briar agente mayor

- No tienen opción, es su responsabilidad, además... ya los buscan por desertar, el agente mayor hizo de todo para que no se enteraran que habían desertado... pero si no regresan como es el protocolo, terminarán siendo buscados - respondió y yo solo pude quedarme en silencio - estoy abordando, espero tomes la mejor decisión y nos veremos en unas horas, chao - y así colgó

Me quedé mirando a la nada y aún no sabía que hacer o que decir.

¿Debería solo huir o regresar? Aunque parece que esa decisión en realidad no es mía

Briar entro a la casa y a su espalda estaba la señora Lucrecia que la seguía preocupada. - Tengo que volver - mencionó con una mirada seria, haciéndose la fuerte como es costumbre

¿Tengo?

Fruncí el ceño y me acerque a ella - ¿"Tengo que volver"? ¿Y que pasará conmigo?

Ella agarró aire - Te quedaras aquí, lejos de la agencia

- No, ni lo pienses - dije de inmediato

Ella se acercó - Cassian esto es lo mejor...

Negué con la cabeza - No voy a escucharte

- Solo serán unos días y después...

- Briar - la detuve - no vas a obligarme a estar aquí porque no soy el mismo Cassian que no podía valer por si mismo, esto se trata de ambos y no me interesa lo que tenga o tengamos que hacer... porque yo no voy a volver a separarme de ti

Briar lo dudaba, no estaba conforme pero justo antes de que pudiera decir algo, la señora Lucrecia nos interrumpió.

- Vayan ambos, mi niña - dijo tomándola por su brazo - lo necesitarás y... lo mejor es que estén juntos, la verdad no sé a qué te refieres con la "agencia"... - mencionó

Briar cerró los ojos y fue cuando me di cuenta que la señora Lucrecia no sabe nada de la agencia.

La señora Lucrecia sonrió -... pero sea lo que sea suena peligroso, y que mejor que tenerse el uno al otro

Briar y yo nos miramos por unos segundos y así ella asintió.

- Prepara todo... porque Eris y Samael regresan a Madrid - dijo con seguridad

Briar Arlene

Agarre aire sin creer que regresaría pero aquí estoy, subiendo mis maletas a un auto mientras pienso en todo lo que había hecho para llegar aquí, y que ahora tuviera que volver.

- Doña Lucrecia, no me gusta dejarla así - dije mirándola

Ella negó con la cabeza y tomo mis manos - No te preocupes, está siempre será tu casa y me alegra tanto que me dejaras verte una vez más

Sonreí con tristeza y la abrace con fuerza - Gracias, por absolutamente todo - susurré

Ella agarró aire y asintió con su cabeza en mi hombro - Te amo mucho, mi niña - murmuró con una voz cortada

- Prometo que volveré - mencioné con una sonrisa

- Siempre lo harás, está es tu casa - respondió y con me alejé ligeramente - ahora entra a ese carro y no mires atrás, porque créeme que... estoy tan orgullosa de ti, que es lo único que necesitas saber

Sus palabras me confunden un poco pero solo asiento con una sonrisa. Me dirigí al auto y entre, doña Lucrecia nos miraba con ojos cristalizados y una sonrisa.

El auto comenzó a avanzar y me gire para poder verla, hasta que era demasiado lejos y ella se borró de mi vista.

Me acomode nuevamente en mi asiento y suspiré mientras una lágrima de tristeza y alegría se derramaba. Cassian sonrió y tomo mi mano mientras conducía.

Así que esa misma noche abordamos un avión directo a Madrid.

Creí que podría cumplir aquella orden de Erlik, pero no es así.

Creí que mis días en la agencia se habían acabado, pero no es así.

Creí que volver a México me ayudaría, pero todo quedó en un boleto avión para mí ciudad natal desperdiciado.

Madrid, España

Llegué por la mañana a Madrid y tan pronto lo hice, un auto nos esperaba a mí y Cassian al bajar del avión. Ambos entramos y el personal de la agencia subió el poco equipaje que llevábamos.

Yo miraba por la ventana del auto y tomaba mis manos con ansiedad, Cassian logró notarlo y las tomo con calidez hasta que llegamos a la agencia. El enorme bosque nos recibió y con eso mi nerviosismo se elevó, aún pensaba en la noche que escape de aquí y apenas podía respirar con normalidad.

Hasta que al fin llegamos, la compuerta del piso se abrió y entramos al estacionamiento agenciar.

Pude ver qué ya nos esperaban y ahí me encontré con Lea y Sebastián que hablaban entre ellos hasta que nos vieron.

Salí del auto y Cassian me siguió.

- ¿Dónde está? - pregunté sin detenerme

- Abajo, en el hospital interno, habitación 1 - respondió Lea con rapidez

No me detuve y entre casi corriendo con todos ellos a mi espalda, habían muchos agentes en la sala principal que al verme simplemente se apartaron con rapidez. Podía oírlos murmurar pero más que nada hablaban de mi ascenso cómo agente mayor, cosa que les causaba miedo y suspenso.

Llegué al elevador y apreté los botones para bajar con mi padre, Cassian alcanzó a entrar conmigo pero yo no podía mirarlo o hablarle, solo podía pensar en mi padre y ciertamente me culpaba. Había dejado está agencia por cuestiones egoístas y si él muere, no iba a perdonármelo.

Sinceramente no había pensado en su muerte, en su deceso, su funeral o... su salud. Siempre lo asocié como mi condena a esta agencia pero ahora que está pasando, solo puedo ver el hecho de que no quiero perderlo.

Muy hipócrita lo se.

Pero a veces no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes, o en mi caso, hasta que estoy apunto de perderlo.

Abro la puerta de la habitación y ahí está. El imponente padre que conozco estaba postrado en una cama, sus ojos cerrados, sus manos a sus costados y cubierto con una sábana hasta el pecho. Me acerque con lentitud hasta quedar a su lado.

- Padre - murmuré y me senté en una silla que había a su lado, así tomé su mano y sonreí - padre, regresé... estoy aquí - dije en voz baja

El nudo en mi garganta me impidió seguir hablando pero como es costumbre cuando estoy en la agencia, me trague mis sentimientos en el momento que alguien más entro en la habitación.

Era Cassian que entró acompañado de el doctor que atendía a mi padre.

- ¿Cómo está? - pregunté sin mirar al médico

Él suspiro - Se desvaneció en su oficina, lo encontraron y cuando llegué no tenía pulso - comenzó a explicar - tuve que reanimarlo pero lamentablemente entro en estado de coma, lo lamento agente pero... no hay mucho que pueda hacer

Asentí - ¿Cuál es su conclusión? - dije

- Tendrá que despertar por su cuenta y... si no es así, tendrá que tomar una decisión - me gire para verlo y él bajo la cabeza - porque si no despierta, desconectarlo es lo único que quedaría

Me gire nuevamente a mi padre y con un gesto con la mano, simplemente ordene al doctor que se marchara y así lo hizo.

- Pareces tranquila - comento Cassian acercándose

- No lo estoy - respondí en voz baja - pero es algo que aprendí de mi padre... mientras te quemas por dentro, es mejor tener una expresión serena en todo momento

Él asintió - ¿Y ahora? ¿Qué sigue?

Negué con la cabeza - Lo que evité toda mi vida - me levanté de la silla y lo miré - estás viendo a la agente mayor de esta agencia

Él frunció el ceño - Creí que esto era una monarquía... creí que solo te encargarías cómo agente, no como jefe

- Las reglas dictan que mientras en verdadero jefe este incapacitado, debo ser nombrada ya que mi padre me nombró sucesora - respondí

Él sonrió - ¿Eso significa que puedes dar tu puesto a alguien más ahora que tienes el control?

Negué con la cabeza borrando su sonrisa - No puedo nombrar a nadie... si mi padre sigue vivo, yo no puedo ascender a nadie - mire nuevamente a mi padre - pero créeme que no tengo la iniciativa de contradecirlo ahora

- Y no voy a oponerme a eso... es tu decisión y con gusto te apoyaré - dijo y yo asentí mirando al piso

En eso Lea entro a la habitación - Tenemos que hablar - dijo rápidamente

- ¿Qué quieres? - pregunté cruzándome de brazos

No pudo contestar ya que mi celular comenzó a sonar, era un número desconocido así que se lo di a Cassian y él lo tomó.

- Responde por mi, déjame hablar con Lea - dije y él asintió, dejándonos solas y así mire a Lea - no tengo mucho tiempo

- Es sobre Eva, así que espero tengas todo el tiempo necesario - dijo

Su respuesta me toma por sorpresa y con una mirada confundida y llena de incredulidad decidí escuchar.

- ¿A qué te refieres? - pregunté

- Aradia si estaba relacionada con el grupo El infierno en la tierra, pero no como creímos... ella busco refugio en ellos hace 6 años, eso significa que no se sabe su paradero durante 5 años después de que se separaran - respondió y con eso saco una hoja de papel doblada, en la que al abrir pude ver muchas fotografías de hombres de la familia Farrell cerca de el grupo El infierno en la tierra - pero la buscaba la familia Farrell, ellos llevaban tiempo buscándola y para cuando se enteraron que estaba con ellos, la fueron a buscar pero fue demasiado tarde... porque Eva ya había huido

Eso solo puede significar una cosa... ¿Y si Eva fue la asesina de Alex?

Mire con incredulidad pero justo cuando iba a decir algo, Cassian irrumpió en la habitación.

- Briar - dijo al verme con mi móvil en su mano

- ¿Qué pasa? - pregunté al notar preocupación en él - ¿Quién llamaba?

Él suspiro y me hizo un gesto para que saliera de la habitación, yo lo hice y con eso deje a Lea acompañando a mi padre. Cassian me miró y en el pasillo suspiro preparándose para una explicación.

- Era una llamada de México - respondió

- ¿Era doña Lucrecia? - pregunté con una sonrisa - debiste decirme, me hubiera gustado hablar con ella

- No, no era la señora Lucrecia, pero si era sobre ella - respondió y fruncí el ceño sin comprender - era su vecina, una señora llamada María Corral

Me cruce de brazos ya que aún no comprendía - ¿De que hablas? ¿Por qué ella llamaría?

- Llamo... llamó para decirte que el funeral de Lucrecia Rodas será está noche - dijo con un tono serio

- No es cierto - murmure sin creer lo que escuchaba

- Doña Lucrecia tenía un problema cardíaco, se lo detectaron hace 2 años y le dijeron que podría morir en cualquier momento, y aunque no le daban más de 1 año... aún así vivió mucho más de lo previsto

- Cassian no - mis ojos se llenaron de lágrimas al instante - por favor dime qué no es cierto...

Él miro al piso y no se detuvo - Doña Lucrecia era visitada por una vecina todas las mañanas... al llegar entro a su casa y la encontró en su habitación, creyó que estaba dormida así que intento despertarla - negué con la cabeza y Cassian me miró apenado - murió mientras dormía la noche que partimos

- No, no, no Cassian no, dime qué no - murmure - ¡Cassian no! - exclamé sin poder contenerme

- Ella te estaba esperando - murmuró y pude ver una lágrima suya derramarse - solo esperaba el momento que regresaras para partir

- Ella no - dije con un rostro enrojecido y las lágrimas brotaron sin control - se supone que regresaría, se supone que volvería a verla... se supone que le pagaría todo lo que ella hizo por mi

- Y lo hiciste - me interrumpió y tomo mi rostro para que lo mirara - doña Lucrecia esperaba que regresaras una vez más... ella esperaba a su pequeña con alegría... la mujer que la encontró comento que estaba preparando comida, y que todos los días la preparaba esperando que su niña regresará... cocinaba grandes cantidades para el día que fueras... preparaba regalos con emoción esperando que llegara tu cumpleaños... y también lleno su casa y jardines de camelias porque eran tus favoritas, ella realmente vivió solo para verte una vez más

Agarre aire - Fui demasiado tarde - murmuré con una voz quebrada

- Fuiste su esperanza... fuiste su orgullo... fuiste todo para ella...

- Y ella fue todo para mí - dije en voz baja

Gracias por todo...


Solo un minuto más Where stories live. Discover now