CAPITULO 30: Briar Farrell

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Briar Arlene

Despierto con el reciente amanecer que entra por la ventana del avión.

Observo a mi alrededor y Cassian está frente a mí, lleva un traje algo formal sin corbata y algunos anillos en sus dedos que no le había visto usar, él mira por la ventana pero se ve ansioso, mueve su pierna de arriba a abajo con rapidez.

Y es cuando nota que he despertado, esto hace que cambie su expresión por completo y sonría con calidez.

– Buenos días – dijo

Sinceramente no tenía muchas ganas de hablar así que simplemente asentí sin ánimos.

Comencé a mirar más a profundidad el avión y prácticamente estábamos solos, podía escuchar algunas voces masculinas a lo lejos y eso me ponía los nervios de punta. Sabía que Cassian no dejaría que me hicieran algo pero, el trauma había regresado a mí.

Cassian me miró con detenimiento y notó mi incomodidad así que con un gesto con la mano, llamo a una sobrecargo que estaba algo cerca.

– A sus órdenes – dijo aquella mujer con una sonrisa

– Trae un vaso de jugo de naranja y avisa a los demás pasajeros que no quiero escuchar sus voces – ordenó y yo lo mire algo sorprendida – diles que si los escucho, los tirare del avión – amenazó

La sobrecargo parecía aturdida pero simplemente asintió y se encargó de cumplir con todo. No quería contradecirlo así que me límite a mirar al enorme Dante que se encontraba dormido a mis pies y estiré mi mano para acariciar su cabeza.

– ¿Qué pasará? – pregunté mirando a Dante

Él suspiro – Iremos a mi casa y te resguardare, ¿Tienes algún problema con eso? – pregunto con calidez y yo negué con la cabeza

– Sé porque lo haces – respondí – no quieres volver pero sabes que solo con tu familia estaré a salvo de todos los que querrán que regrese a la agencia… porque ni siquiera tú quieres pisar ese lugar

Cassian sonrió ligeramente – Eres buena – comentó y se hizo para atrás, recargándose en el respaldo de su asiento

Yo hice lo mismo y la sobrecargo al fin llegó, en su mano tenía el vaso con jugo y se agachó para colocarlo frente a Cassian.

– Señor Farrell, aquí está su pedido, he hecho lo que me ha dicho y aterrizaremos pronto – dijo inclinándose

Pude ver sus intenciones y más por el hecho de que noté como algunos botones de su camisa estaban desabrochados, a diferencia de hace unos minutos.

– No es para mí – respondió él sin siquiera mirarla

La sobrecargo borró ligeramente su sonrisa y se giró a mí para colocarlo frente a mí, pero con toda intención, terminó derramando aquel vaso sobre mí.

– ¡¿Qué te pasa?! – exclamé levantándome y así asustando a Dante que se puso a la defensiva

Cassian se levantó de la misma manera pero solo miraba.

– Lo lamento señorita Stephen – se disculpó

Más falsa no puedes ser

Ella tuvo que retroceder al ver cómo Dante caminaba a ella amenazante, pero ni siquiera me preocupé y solo podía sacudir las gotas de jugo de mi ropa.

Mire a Cassian y él suspiro – Sal de aquí – le ordenó a la sobrecargo, cosa que ella hizo – ven conmigo – dijo dirigiéndose a mí

Dante retrocedió al hacerle un gesto con mi mano y regreso a su lugar.

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