CAPÍTULO 2: ¿Una licencia o una vida?

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La camioneta avanza rápidamente y Lea maneja sonriente con un helado de fresa en sus manos mientras cantamos a todo pulmón la canción que se reproduce en la radio. MAMIII Canción de Becky G y Karol G

– ¡No me vuelvas a llamar, que hasta boté el celular. De lo tóxico que eres, se volvió perjudicial. Lo que se va, se va. Conmigo no te equivoques. De lo tóxico que eres, no te quiero ver más! – cantamos ambas mientras mirábamos las luces de la ciudad y los autos

– A este paso nos quedaremos sin voz – dije bajando el volumen de la radio

– ¡Oye!, Déjame seguir escuchando a mis chicas G – dijo quejándose

– Ya vamos a llegar y créeme que el jefe no espera que lleguemos cantando después de asesinar a alguien… – conteste y Lea hizo un puchero pero aceptando mis palabras

– Que pereza tener que venir hasta acá a estas horas de la noche – dijo Lea mientras daba una curva hacia el monte el pardo, poco a poco nos adentrábamos más de manera en que ya ni siquiera conducimos sobre el pavimento, ahora todo atajos y cruces peligrosos.

Ya era la 1 de la mañana y apenas llegamos, baje en medio del bosque y me acerque a un árbol alto del cual tomé una rama torcida y la tire fuertemente. Mi acción hizo que frente a la camioneta se abriera una escotilla lo suficientemente grande para que pudiéramos entrar, yo regrese al auto y Lea condujo dentro de esta.

Se detuvo cuando llegamos a un gran estacionamiento lleno de algunos autos lujosos, otros casuales y algunos antiguos. Ambas bajamos de la camioneta con nuestro uniforme que constaba de un conjunto negro de cuero y un logo al lado izquierdo que dice AAC (Asociación de Asesinos Contratados) y caminamos hasta dentro de una gran puerta que se encontraba a un costado del estacionamiento.

Al entrar, un lujoso lobby fue lo que nos recibió, un hombre de traje se acerco a nosotras y tomo nuestras pertenencias para evitar que nosotras las cargáramos.

– ¿Evidencias? – pregunto el mayordomo

Asentí – En mi bolso hay unos guantes, deshazte de ellos – dije tomando una botella de agua que otro hombre me dio

– Y en el mío hay una USB con la evidencia del caso, está empaquetado para que tengas cuidado… llévalo a la sala de registro y guárdalo – dijo Lea

– Entendido – respondió el hombre de traje que me dio una carpeta sobre el caso para después alejarse

– Estoy molida… necesito dormir o seré yo la muerta en la morgue mañana – dije mientras caminaba al elevador frente a nosotras

Ambas entramos y Lea presionó el botón -3 llevándonos a la oficina del jefe, en la parte más baja del gran lugar – Deberías pensar en cómo le diremos al jefe que te ayude en la misión

Suspire – No es nada que no pueda arreglar – dije con seguridad mientras Lea me miraba con preocupación

El elevador dejo de descender y las puertas se abrieron a la par, ambas entramos y nos colocamos firmes frente al escritorio del hombre que nos daba la espalda en su silla.

– Llegaron tarde… supongo que no fue trabajo fácil – dijo mientras se daba la vuelta

Mis ojos se encontraron con los del hombre mayor de ojos grises y cara seria.

– Eris presenta sus respectivos reportes del caso – dije acercándome con la carpeta en manos y la coloque frente a el sobre el escritorio

El jefe los miro y ojeo sin interés las hojas, después nos miró a nosotras y se levantó de su silla con ayuda de su respectivo bastón de madera que causaba escalofríos cada que golpeaba el piso con el.

Solo un minuto más Where stories live. Discover now