Capítulo 12: Desiciones Brutales

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Gran Tumba de Nazarick, Territorio del Reino Hechizero, interior de los territorios de "Rabali", 10:06 de la noche, minutos antes.
Por un lado, en la Gran Tumba de Nazarick, Khāmuvīz esta más que furioso, su rostro tiene una gran expresión iracunda, la suficiente para que todos los guardianes aprieten sus dientes expuestos, den 8 pasos atrás y alzen las manos, con las palmas abiertas, hasta la altura de los codos y moviendolas de derecha a izquierda con un angulo de 45 grados, todo con tal de que uno de sus jefes literalmente no estalle y se desquite con lo primero que vea.

Incluso Ainz y Paulie sintieron su poder, casi bestial y absolutamente demencial, emanando a través de su habitual aura, que ahora cubre toda la sala del tronó, el problema es que ninguno de los presentes sabe que es lo que dio el chispazo para provocarlo.

Si supieran qué es lo que lo puso así, temerian más de las consecuencias de tratar irrumpirlo, unos minutos antes, cuando el Balrog Mayor se coloco en su trono, y tras estar hablando mentalmente con una chica ya conocida para el, sintio un flujo de poderio ya conocido para el, Sauron.

Lo primero que se le vino a la cabeza fue qué el bastardo decidió qué era hora de desenmascarar sus verdaderas intenciones, una apuesta muy real de no ser por un sencillo motivo: No les hizo nada, o almenos, a nadie de la catacumba subterránea qué esta al mando de aquel no muerto de clase overlord.

Dehecho, desecho sin dudar ese pensamiento al instante, ya que no tendría sentido, ese narcisista se encontraba demasiado lejos y en otro continente, estando plenamente seguro de que no tenia ni idea de ellos.

Lo que si detecto es que esa presencia comenzó a combatir en contrariedad de algo igualmente corrupto, pero no en sentido de maldad, sino, en presencia, similar a la que sintió con Melkor, o más bien, Morgoth, solo que menos terrorífico en ese aspecto, ya que hay un enorme trecho de diferencia.

El maiar caido conjuro un hechizo sin pronunciar sus labios hasta abarcar el radio a donde fueron Marcos y su grupo. Detectando a todos en el procesó, desde a las 2 aberraciones encarnadas y sus carnes poseídas, al jedi gris, esos 3 seres angelicales, una cosa que no sabe lo que es, a los 9 ex Nazgûl de Sauron, ademas de su compañero y Shalltear.

Un nimio inconveniente fue qué detectó otra sensación más, la llegada de alguien de su misma especie, un Maiar de menor categoría qué a el no le agrado, Razvan. Al momento, activo un conjunto extra y auxiliado por el Anillo Hegemonico.

Tal brujería era una versión disminuida de algo que los Valar y su primer y único amo hicieron durante la guerra de la cólera. Es bien sabido entre las múltiples deidades de este extraño y disonante universo, que un solo maiar poderoso puede ser un cataclismo insondable para todo un continente, especialmente si esta desatado con toda su fortaleza, en parte por poder modificar la materia, como en manipular su entorno al gustó.

Ya ni hablar de los Valar, que hasta los más blandengues no le tienen nada que envidiar a los 2 primeros hijos del guardián o de su amigo el golem, los 4 en sus épocas de "deidades o dobladores de realidad infantes", en terminos mortales, claro está.

Los mas poderosos pueden seguirle cierto ritmo a esas 4 criaturas cósmicas en sus etapas de niñez, y solo Morgoth y Manwë pueden hacerlo prolongadamente y afirmar que se mantienen a la par que la hija del mismísimo Cthulhu, el padre de Paulie, Atanti-ql-Paneu, uno de los 2 Leviatanes con más apogeo en su campo y descendiente directo de una Abominación Eldricht ya muerta apodada simplemente como el Rey Escarlata.

Quien jamas podra retornar al DangerCraft asegurarse en un 100% qué ese abuelo se quedara bien muerto cuando este último intentó, y casi consiguió, sacarla a patadas de su propio dominio, absorberla con todo y su poder, y usurparla para finalmente continuar, ya regenerado del todo, con su cruzada de destrucción masiva.

Inmolación Cataclismica(Star Wars, Overlord, Juego de Tronos, Fallout, y más)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora