C A P (65)

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Adriano Greco

—Ya era hora de que cumpliera su parte, capitán —dice mi tía Camille con un tono encantador y luego Andreas se coloca junto a su madre, ni siquiera puede verme a los ojos.

Es su madre después de todo.

Aquella que sí cumple bien con su faceta de "madre" e intenta darle lo mejor a él a costas nuestras.

Ya ni siquiera puedo llamarla tía. 

«Mierda.»

Maylin mira confundida la escena y por breves segundos pierde la seriedad. Miro a mi alrededor como si hubiera una sola oportunidad para que pueda escapar y la hay, aunque dudo que acceda a correr sin mirar atrás, confiada de que voy con ella.

Ella nunca obedece a menos que quiera.

Los ojos de mi tía me transmiten ese sentimiento que me agobia.

El hecho de que se parezca a mi madre no significaba que debía ser igual de ambiciosa que ella, pero me equivoque. Los recuerdos de aquella mujer que hizo que mi infancia no fuera asquerosa se está cayendo del pedestal que la tenía.

—Es hora de que lo traslade, capitán —ordena Camille con un tono firme, sin sentirse intimidada por la presencia del hombre de piel olivácea —, y no hablo de explotar el maldito autobús en mitad de la carretera.

El capitán la mira de reojo.

—Usted cumplió con darme información suficiente para la captura de estos delincuentes —dice mirándonos —, y por mi parte ya cumplí con sacar a los líderes para que usted y su hijo ocupen esos lugares.

—Dudo que quiera que su carrera impecable se manche —dice Camille mirándolo a los ojos como si supiera cada cosa de su vida que podría usar en su contra —, oí que sus padres son...

El hombre se contiene y se evidencia que ha sido suficiente para hacerle cambiar de opinión con respecto a reducirnos a cenizas a mitad del trayecto a la cárcel, el cual sería disfrazado como un puto "accidente"

Debería tener dudas de como mi tía sabe sobre la vida de ese hombre, pero luego la bofetada de la realidad me avienta al suelo diciéndome que fue ella quién nos ha traicionado y usado al agente para capturarnos, así que se supone que debe saber todo del tipo.

Un control capta mi atención, ya que el capitán lo saca de sus bolsillos para entregárselos a Andreas.

—Eres tú el que ahora se encarga de esto... —dice con un tono áspero, luce enfadado por haber sido orillado a hacerlo.

Es claro que el "capitán" aún no ha tocado fondo o no es capaz de arriesgar la reputación de su familia adoptiva.

Maylin me mira con una expresión vacía, no comprende lo que está pasando y su mano tiembla, el corte que tiene en ella hace que quite el pañuelo de mi traje y lo envuelva alrededor de su herida.

—Si vamos a perderlo todo que sea peleando. ¿No lo crees? —dice y esta vez alza la mirada, sus ojos están enrojecidos y ya no evidencia confusión, sino aquella con ganas de derramar sangre.

Un sonido potente se desencadena poniendo en alerta a todos y toma de sorpresa a los agentes posicionados cerca de los autos blindados que son destrozados por el impacto del mísil. Andreas saca a su madre con rapidez del lugar para dirigirla a una zona más segura dentro del perímetro.

—¡No dejen que avancen, redúzcanlos! —ordena el capitán y se apresura en ir a ayudar porque están perdiendo gente en segundos, el que tiene un diez en su chaqueta lo sigue detrás.

El cuartel del sur y algunos miembros del norte aparecen dando batalla a los agentes. Maylin baja de inmediato del autobús, ella estira la mano con la intención de que me apresure y lo hago al instante porque me percato de que Leandro intenta aprovechar el momento para atacarla y lo empujo con fuerza.

La Emperatriz Del Bárbaro |+21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora