Capítulo 14.

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—¿Por qué no podemos simplemente pasar el rato en frente de la casa? No es como si tus padres estuvieran allí, no van a ver nada, —se quejó Lexa mientras se recostaba en la arena.

Juliana le había explicado que no quería ir a la playa de los surfistas, ya que ni ella ni Valentina eran realmente aceptadas allí, y no quería que sus padres descubrieran su relación con Valentina.

Lexa se había estado quejando de eso toda la mañana. Entonces Juliana la había conducido a lo largo de la playa, cada vez más lejos de la fila de casas, donde se habían encontrado con Valentina.

La noche anterior su novia y ella se habían planteado por un momento llevar a Lexa a su playa de herradura, pero Juliana había desechado rápidamente esa idea, deseando mantener el lugar sólo entre ellas.

Valentina había parecido muy aliviada, pero le había calentado el corazón que lo hubiera permitido si eso hubiese sido lo que Juliana quería.

—Porque nunca se sabe cuándo van a aparecer, —explicó pacientemente a su amiga, cerrando los ojos a la luz del sol caliente y deseando haber traído sus gafas.

—¿Y qué si lo hacen? Sólo seremos tres chicas pasando el rato. No hay nada malo en eso.

Juliana suspiró, sentándose y mirando a una pequeña colección de piedras que había recogido. —Bueno, ellos no aprueban exactamente que sea amiga de Valentina.

—Me puedo imaginar porqué —murmuró Lexa en voz baja.

—¿Qué se supone que significa eso? —Juliana se volvió hacia su amiga.

—Mírala —Lexa señaló hacia donde Valentina se refrescaba en el mar, las gotas de agua corriendo por su abdomen desnudo. El corazón de Juliana dio un vuelco ante la visión. Parecía bastante perfecta para Juliana. —Quiero decir que parece que está a punto de comenzar una pelea en cualquier momento. Incluso yo puedo ver que es peligrosa.

—No juzgues un libro por su portada, Lexa —advirtió Juliana, molesta con su amiga. ¿Por qué todo el mundo siempre trataba de desmerecer a Valentina? No era justo.

—Juli, puedo ver sus moretones. La chica, obviamente, no tiene miedo de lanzar un puñetazo.

—Sí, y se metió en una pelea para defenderme —espetó, lanzándole a Lexa una mirada ligeramente matadora.

—¿Qué? ¿Por qué diablos ibas a necesitar defensa? —preguntó Lexa, sus ojos abandonando a su novia por un momento. Era como si estuviera tratando de descifrarla.

Juliana suspiró; no había querido hablar de esto... nunca más. —¿Te acuerdas de la amiga de Penélope, Nayeli? —Lexa asintió. —Bueno, tuve que salir con ella y sus amigos al comienzo del verano. Mi madre me arregló una "cita para jugar" como si tuviera cinco años. Como sea, Nayeli trató de emparejarme con un chico, pero no me interesaba. Cuando se lo dije, se puso furiosa y me empujó. Valentina intervino, me dio la oportunidad de salir de allí. Deberías haberla visto después, Lexa; realmente la machacaron. No es que ella se quedó atrás, Nayeli consiguió un increíble ojo morado.

Se rio con el recuerdo y miró con cariño a Valentina mientras salía del agua y caminaban hacia ellas sacudiéndose como un perrito.

—Ella apenas me conocía y aun así me defendió. Así que no la critiques por pelear, ha tenido una vida muy dura.

Lexa no tuvo la oportunidad de responder cuando Valentina se acercó, sentándose detrás de Juliana y tirando de ella hacia atrás contra su cuerpo.

—Ah, Val. Estás toda mojada —se medió quejó Juliana, pero se rio cuando Valentina frotó el cabello empapado contra su cuello.

Deadline On LoveWhere stories live. Discover now