Capítulo 3.

1.3K 141 7
                                    

Cuando Juliana se despertó, lo primero que notó fue que tenía los ojos arenosos cuando trató de abrirlos. La segunda fue que su espalda y el costado estaban hirviendo, como si hubiese un calentador en su techo. La tercera cosa que notó fue que la cama se movía debajo de su cabeza.

Parpadeó, tratando de despejar la arena. Poco a poco su visión se enfocó y levantó la cabeza... del hombro de Valentina.

—¡Mierda!

Se arrastró hacia atrás, los ojos muy abiertos por la alarma y con un poco de miedo; la chica ruda que se peleó con los chicos más fuertes que ella, aunque le superaban en número, la chica que fumaba lo suficiente para ponerle la voz ronca, la chica que no le preocupaba quedarse toda la noche fuera, la chica que era tan mala que su escuela se había dado por vencida con ella, la chica que... estaba actualmente dirigiéndole una sonrisa muy familiar, diversión brillando en sus ojos azules.

Lo último que recordaba era estar mirando a las estrellas, hablando por lo que parecieron horas, Valentina había hecho algunas preguntas y dejado que Juliana divagara de todo y nada. Caería en la cuenta después que en realidad no habían hablado de Valentina, la otra chica había derivado todos los temas a ella.

—Pensé que no ibas a despertarte nunca —dijo Valentina con una sonrisa, estirando los brazos por encima de su cabeza mientras yacía en la arena y gimiendo felizmente.

Decir que Juliana estaba confundida sería un eufemismo. Había pensado que Valentina estaría enojada de que le hubiese utilizado como su propia almohada personal, pero en su lugar ¿Le resultaba gracioso? ¿Estaba jugando con ella?

—Lo siento —intentó débilmente, mirando a Valentina mientras esta se incorporaba, sacudiéndose la arena de su pelo largo y rubio. —No fue mi intención... —señaló vagamente al hombro de Valentina —ya sabes.

—No, no te preocupes por eso —dijo Valentina con una sonrisa, pero observándole con ojos intensos, como esperando que hiciera algo interesante. Juliana pensó que probablemente podría alterarse un poco más, lo que aumentaría el factor vergüenza y sería muy interesante, pero viendo que Valentina no parecía tener problema con que hubiese dormido sobre ella, decidió que seguiría su ejemplo.

—Está bien —aceptó. Se arriesgó a mirar a otro lado y pasarse una mano por su pelo lleno de arena. Cuando volvió a mirar de nuevo, Valentina estaba poniéndose de pie, sacudiéndose y estirando la chaqueta de cuero negro que nunca parecía quitarse. Entonces extendió la mano hacia Juliana, esperando para ayudarle a levantarse.

Juliana dejó que su mano se deslizara en el cálido agarre de Valentina y que tirara de ella. Recordó que esta había hecho lo mismo el día anterior, seguido rápidamente por una despida grosera. Sólo que ahora entendía que Valentina lo había hecho porque sabía que iba a haber una pelea y no quería que formara parte de ella. La estaba protegiendo.

Tuvo que preguntarse qué era lo que tenía para que esta conocida alborotadora sacara la cara por ella. Estaba empezando a sospechar que Valentina no era tan mala como ella se hacía pasar.

—Estas mirándome de nuevo —dijo Valentina, aunque sonó divertido, y Juliana sintió que le ardía la piel. Se preguntó vagamente si había estado al sol el tiempo suficiente para quemarse o si realmente se estaba sonrojando hasta parecer como un jitomate.

Por la chispa en los ojos de Valentina, asumió que lo último.

—Lo siento, yo sólo... —Valentina levantó una ceja cuando Juliana se fue apagando. —Sólo estoy tratando de descifrarte, supongo.

La forma en que la cara de Valentina se oscureció de repente fue como si el sol se hubiera visto envuelto en nubes de lluvia, toda la cariñosa diversión de antes escondida detrás de las súbitas barreras que descendieron sobre su cara.

Deadline On LoveWhere stories live. Discover now