Capitulo 19. Segundo Deseo.

Start from the beginning
                                    

Estoy aprendiendo a entender que no necesito a nadie para poder estar bien y con ello a llorar en silencio y sufrir yo sola. Es un tema delicado y muy doloroso, que por el momento me toca llevarlo así, porque se que si todos se enteran de mi estado en las noches que llego al hotel se preocupan más de lo que ya están y eso no lo quiero.

Comenzando por el enfermero que no tengo dudas de que se encuentra pendiente de todo lo mío y es capaz de buscar el número de mis papás y claro que no puede pasar eso.

Lo único que me queda es continuar con esto dentro y ver que sucede, lo bueno es que William me demuestra el lado positivo de las cosas. Así que mi principal falencia por el momento es no poder controlar por las noches mis emociones. Ya que en el día el hombre de ojos azules tiene ese don que logra distraerme de ese hueco donde me estoy metiendo sin quererlo.

—Ali, ¿Estás bien? —pregunta el enfermero que viene conmigo.

Giro mi rostro y me encuentro con esos ojos azules que me miran con un brillo inigualable. Y tan con tan poco lograr transmitir y tráeme paz para todo el sufrimiento que llevo.

—Sí, perdón, solo que recordé algo.

—¿Puedo saber que fue?, es que hace unos minutos te estoy llamando y no respondes, ya me habías asustado —habla con cierto tilde de preocupación y eso es a lo que me refiero a que el parece un ángel

—No fue nada así que tranquilo —miento.

—Entiendo que no quieres hablar, solo te recuerdo que cuando desees estaré hay para escuchar Alison no lo olvides —. Sé que él sabe que hay algo detrás de esto, pero no le gusta obstigarme o molestarme y se lo agradezco.

—Si lo sé Will, no te preocupes. Cuando necesite hablar te diré.

—Confiaré en ti —achica los ojos un momento — entonces continuemos caminando.

Avisa después de examinarme y me doy cuenta de que me había detenido en mitad de unos de los pasillos del hospital, ya comprendo porque se preocupó.

—Si vamos —confirmo me da una sonrisa de las que el solo me sabe dar y continuamos nuestro camino.

Salimos del hospital y en cinco minutos estamos en el hotel. A veces agradezco que sea tan cerca, pero en otras quisiera tener más que caminar un poco más, claro cuando Will no me lleva a comer o pasear algunas veces.

Ahora me encuentro abriendo la puerta de mi habitación.

—En tres horas vengo por ti Ali, descansa un poco y arréglate para que conozcas tu segundo deseo —me dice William recostándose en el marco.

—¿Siempre serás así y ocultándolos? —pregunto y no duda en asentir con la cabeza. Y parándose recto en su lugar.

—Mira, te lo explico. Lo que sucede es que si tu no sabes lo que será o bueno respectivamente lo que toca, puesto que tu fuiste la que escribiste los deseos —en eso tiene razón, de igual forma quedan diecinueve y no soy adivina, pero mejor callo y continúa hablando —. Entonces mi objetivo con todo esto es que lo disfrutes y tengas una primera reacción sincera cada que lleguemos al lugar donde se cumplirá el deseo. Y si te lo contara el chiste y la magia se acabaría, ya que si te lo digo tu te pondrías a pensar mucho en este y al fin cuando estemos cumpliéndolo no será lo mismo —comenta.

Y ni cómo refutar eso, tiene toda la razón, si me lo dijera me pondría a sobre pensar las cosas y al final por más lindo o sorprendente que sea cada momento no lo veré igual porque mi cabeza se imaginara de una forma diferente.

—Sigue siendo injusto —claro que no le diré que estoy de acuerdo con ello, me gusta molestarlo.

—Bueno, lástima que en esto no te pueda complacer Ali no te lo voy a decir, así que mejor alístate que más tarde paso por ti —se acerca y me da un beso en la mejilla con delicadeza que logra que una electricidad llegue por todo mi cuerpo —. Chao, no se te olvide tomar las pastillas y descansar un poco —avisa, me da una sonrisa y comienza a caminar hasta su habitación, que está en el mismo piso que la mía.

MI ÚLTIMO DESEOWhere stories live. Discover now