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Hunter.

Nos montamos todos en una furgoneta negra blindada, Levi seguía vivo, le habíamos retirado el cuchillo, no fue muy profundo, pero estaba perdiendo mucha sangre.

Le intentamos taponar la herida, pero era muy difícil, estaba como ido, abría y cerraba los ojos mientras Olivia estaba sentada en el suelo de la parte trasera de la furgoneta cogiéndole de la mano.

No había dado justo en el corazón, pero si al lado, podría habérselo perforado pero mi padre no sabía usar mucho los cuchillos y la práctica hace mucho.

―Levi... ―susurraba Olivia―. ¿Puedes escucharme?

Levi asentía levemente.

―Por favor, no me dejes, ¿recuerdas cuando murió mi madre y nos escondimos en la cabaña del bosque? ―lloraba Olivia―. Dijiste que estaríamos juntos hasta que la muerte nos separase, que los hermanos se cuidaban las espaldas...

Olivia apoyaba la cabeza en la mano de Levi que sujetaba.

―Me has cuidado siempre, has estado cuando nadie más estuvo, aguantando cosas que no debías y a pesar de ver como cambiaba a cada rato, te quedaste a mi lado, siempre lo hiciste ―decía Olivia―. No puedo perderte a ti también, no puedo...

Ver a Olivia sollozar de esa forma me rompía en mil pedazos, toda la situación en sí me rompía de cualquier forma, fui el culpable de la muerte de su madre. Aunque yo no lo supiera, fui yo quien disparó el arma, no puedo olvidar la forma en la que Olivia me miró, en la que estaba rompiéndose.

―Olivia... ―susurraba Levi.

Ella le prestó toda su atención y era comprensible, eran uña y carne, el mejor dúo que podría ver la gente, dudo que haya mucha gente que viera como era Olivia en la intimidad con Levi, como reía con él, como en cierta parte podía soltarse de aquella máscara, como Levi fue un hermano mayor para ella en un mundo de soledad.

―No tengas miedo por perder, eres la reina del tablero ¿recuerdas? ―dijo Levi sin fuerzas―. No sé si aguantaré mucho, si lograrán salvarme, pase lo que pase no puedes permitir que eso te sobrepase ―dijo inspirando para poder seguir hablando―. Tu cabeza va a jugar contigo, pero no vas a estar sola y aunque Malcolm haya confesado aquello... Hunter te sigue queriendo.

Hubo un silencio sepulcral, a Olivia no dejaban de caerle las lágrimas y sacar el tema de su madre no ayudaría en estos momentos, ahora solo estaba centrada en salvar a Levi.

―Jamás he sido tan fuerte como tú ―dijo Olivia sollozando.

―¿Sabes la partida de paintball? ―decía Levi con un hilo de voz.

Olivia asintió apretándole la mano a Levi con sus dos manos, mirándolo fijamente.

―Cuando Hunter te dejó en el suelo, dijiste una frase que jamás se me olvidará: "porque incluso en el ajedrez es la reina la que protege al rey, el rey es la pieza más vulnerable" ―dijo Levi intentando sonreír a duras penas―. Naciste destinada a ser la jodida reina del tablero, a luchar por los tuyos, elige tus batallas y aprende cuando debes retirarte de ellas.

―Controla tú mente antes de que te controle ella a ti... ―dije yo en voz baja, a sabiendas de que todos iban a escucharme.

Olivia se giró para mirarme, las lágrimas caían de sus ojos sin cesar, los labios más rosados de lo habitual y los ojos hinchados de haber llorado tanto en tan poco tiempo.

La furgoneta metió un frenazo, no dio tiempo a asimilar nada porque entre Otis y Ronan sujetaban a Levi para meterlo dentro del hospital, metiendo chillidos y apartando gente, lo tumbaron en una camilla, Olivia iba a ir detrás, seguía cogida de su mano.

EL DIABLO TAMBIÉN VISTE DE SEDA || Bilogía DiabloWhere stories live. Discover now