Hunter.

Si mi padre intimidaba había que ver el porte que traía Hyram, entró a casa de Olivia en traje, sí como me estáis leyendo, con la que se nos venía encima, pero apareció en traje, al contrario que Andrea, que iba vestida cómodamente.

Esta situación era tensa para todos, pero en especial para Ariel y para Olivia, me sabía mal por los dos uno por tener que traicionar y matar a su padre y ella... Olivia ahora mismo era una parte esencial en mi vida, quería quitarle peso de encima, dolor de encima, pero la vida no ponía de su parte.

―Buenos días, supongo ―dijo mirando el reloj de su muñeca―. He traído café recién hecho y churros.

Si no lo mataba Ariel iba a matarlo yo, tremendo hijo de puta.

Miré a Olivia, lo fulminaba con la mirada, pero él no se daba cuenta, entendía que estuviera enfadada y seguramente también querría sacar una de sus bonitas dagas y lanzársela.

―Muy considerado, Hyram ―contestó Ronan.

―Qué menos ―dijo Hyram.

Andrea se dirigió a Olivia para abrazarla y le insistió en que debía desayunar algo, eran las seis y media de la mañana.

―No tengo mucho estómago Andrea... ―decía Olivia.

―Pero va a ser peor si no tomas nada ―decía acariciándole la espalda.

Olivia se sentó en la isla de la cocina, cogió un café y un par de churros bajo la atenta mirada de Andrea, me senté a su lado, haciendo lo mismo, éramos los dos únicos desayunando, pero no importaba.

―Me ha comentado Ariel la situación... ―decía Hyram sentándose en el sofá.

Olivia no le quitaba la vista de encima, debería dejar de ser tan expresiva con su cara y relajarse porque le delataba, le di un codazo y me miró, asintiendo.

―¿Vas a ayudarnos? ―dijo Ronan con poca paciencia.

―No estaría aquí de no ser así, ¿no? ―dijo Hyram juntando sus manos―. Todo sea por quitarme de encima a Malcolm, perdón Hunter.

―No pidas perdón, he estado viviendo en tu casa este mes y medio, ¿cierto? ―dije yo.

―Así es... qué orgullo fue eso, no vamos a mentirnos ―decía Hyram suspirando.

―Hyram, al grano ―decía Ronan.

―He avisado a gente de confianza para que se prepare, no sé cómo queréis hacerlo ―dijo Hyram.

Olivia se levantó de un salto del taburete de la isla de la cocina y se dirigió a Hyram.

―Estoy segura has traído los mapas de casa de Malcolm ―dijo con seguridad.

Hyram se la quedó mirando, sobre todo los brazos, el pequeño detalle de que no pensó en bajarse las mangas de la sudadera.

―Tengo los ojos en la cara ―dijo ella con sequedad.

―Es inevitable ―se intentó excusar Hyram.

―Inevitable son muchas cosas ―decía Olivia―. Hunter, despeja la isla de la cocina.

Despejé los cafés y los churros, pasando un trapo por encima de la isla para dejarla limpia.

―Ya puedes ir dejándolos ahí ―señaló Olivia con el semblante serio.

Hyram negaba con la cabeza riendo y sacó de su bolsa unos mapas acerca de mi casa.

―Este es el principal, aunque Hunter y Ariel se conocen la casa de memoria, tenemos otro ―sacó uno donde se veía la parte subterránea.

EL DIABLO TAMBIÉN VISTE DE SEDA || Bilogía DiabloDär berättelser lever. Upptäck nu