TEMP 5: CUATRO

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Habían pasado algunos días desde la jubilación del Todopoderoso, su puesto seguía vacío y vacante para tres ángeles: Amenadiel, Lucifer y Michael.

Para la mala suerte de Amenadiel y Lucifer, el gemelo estaba siendo apoyado por los demás hermanos, mientras que sólo Amenadiel y Remiel apoyaban que Lucifer fuera quien reemplazase a su padre.

— Samara, Samara... Tierra llamando a Samara, tengo gomitas con alcohol. — ni eso la sacaba de su trance pero se ganó una mala y desaprobatoria mirada de la detective. — ¿qué?

— espera. — la menor de las Decker se acercó a ella con una sonrisa maliciosa y la pellizcó, sacándola del trance.

— ¡hey! Trix, eso dolió.

— se supone que debe doler.

— ¿qué pasa?

— dijiste que querías hablar con nosotros, aquí estamos.

— ¿de qué quieres hablar, estrellita?

— ah sí, ¿cómo va a ser la dinámica ahora que papá se convierta en Dios, si es que conseguimos que todos los ángeles o al menos la mayoría voten por él? — ambos se miraron nerviosos, ya habían tomado una decisión pero no se las habían dicho a sus hijas. — ¿qué?

— tu padre no irá al Cielo solo a gobernar.

— la detective y yo... o más bien ella, decidió irse conmigo, a ser mi asesora.

— ¡¿qué?! — soltaron las hermanas.

— primero se va papá, ¿y ahora tú también, mamá? ¿Acaso no piensan en nosotras?

— Sam tiene razón, no pueden irse los dos, de por sí es difícil que Lucifer se vaya, ¿ahora ambos? — Trixie se levantó enojada de su lugar y se dirigió a su habitación, azotando la puerta, lo que sobresaltó a todos.

— mamá, ¿lo pensaste bien? Es... es una estupidez lo que quieres hacer, sé que lo haces por amor pero es una... una completa estupidez, tienes un trabajo en la Tierra, tienes hijas en la Tierra, no puedes abandonarlo así como así.

— y no las abandonaré, tu padre y yo vendremos seguido.

— lo dudo... — ella también se levantó de su lugar. — al menos estamos avisadas que pronto nos abandonarán. — esto último diciéndolo mientras miraba a Lucifer.

— tienes alas, tú puedes ir al Cielo, no sé por qué haces tanto alboroto. — respondió él.

— porque Trixie no es un ángel, ni mitad ángel, ella no puede ir hasta morir y eso si es que al suceder se va al Cielo, se nota que soy la única que piensa en ella. — salió de la casa, necesitaba aire fresco. — mi papá quiere ser Dios y mi mamá quiere acompañarlo para ser su asesora, es una estupidez, ¿no lo crees? — contó completamente ebria en la barra de un bar.

— yo no le veo lo malo, es genial actuar e interpretar a Dios no parece malo. — le respondió el bartender.

— no lo entiendes, eres un simple mortal. — éste la miró confundido por un momento y luego siguió con su trabajo.

— aquí estás.

— ¡Eddie! Ven y toma conmigo.

— creo que ya tomaste demasiado, vamos a tu casa.

— sí sabes que salgo con tu mejor amigo, ¿no?

— sí pero él está en la estación y no pudo venir, sólo te dejaré en tu casa.

— estoy mejor aquí, al final no tengo casa... o más bien un hogar, mis padres nos abandonarán a Trixie y a mí... sólo para ir al Cielo a gobernar, ¿no te parece una estupidez?

Una pequeña diablilla angelical [Lucifer Morningstar]Where stories live. Discover now