Un Último Trato (Bill Dipp)

Capítulo 31

Llega la noche haciendo que los chicos empiecen a cocinar, esa noche ellos quisieron hacerles su especialidad a sus tíos antes de que se vallan, una buena lasaña de carne picante. Dipper mientras cortaba la carne y la mesclaba Mabel amasaba y cortaba la masa en cuadrados.

Después de horas de preparación y cocción, ponen la mesa. Dipper pone los platos mientras que Mabel ponía un florero con unas plantas carnívoras y unas flores rosadas. Al rato los tíos llegan para sentarse a la mesa, La chica saca la lasaña del ornó como toda una chef y Dipper empieza a cortarla y servirla como todo un buen mozo.

Los tíos se miran entre ellos incrédulos, y deciden darle un minúsculo bocado, apenas era la mitad de un cuadradito. Al meterlo en su boca sus ojos brillan, haciendo que se metieran un trozo más grande. Los gemelos chocan los puños bajo la mesa y comienza a comer con una sonrisa victoriosa. Un silencio inundaba el comedor de lo buena que estaba la comida, cuando ésta escatima los gemelos se levantan y comienzan a levantar la mesa.

Mientras Dipper lavaba los platos, frotando con fuerza la esponja que estaba a punto de romperse, para sacar la salsa con carne, mientras que a Mabel le tocaba lo fácil que era secarlos y guardarlos. Al rato Dipper siente como su cuarto de repente se empalidece y la piel de gallina corre por su cuerpo, al terminar de lavar los cuartos se va a su cuarto a recostar un poco, mientras jugaba con su pulserita pensaba en Bill.

Su brazo comenzaba a perder calidez, poniéndose pálido y si fuerza. Piensa con fuerza en el rubio, pero no aparecía por más que gritara su nombre mentalmente. Su hermana entra al cuarto y oculta rápidamente su brazo bajo las sábanas. Ella le sonríe e inmediatamente se cambia, para luego agarrar a Pato y acostarse con él, poniéndolo en su estómago.

Después de jugar un poco con su mascota, cae dormida junto con su cerdo, al rato Dipper se da vuelta y se pone los zapatos para ir con Bill.

El chico sale por el techo y aprovecha de un árbol para bajar. Se limpia el resto de hojas y corre al bosque.

Ya cerca del lago podía ver la cueva del triángulo como era escondida por algunos árboles, entra allí y con algo de miedo traspasa la pared invisible que dividía la entrada de la cueva con el hogar de Bill.

La sala lo recibe, pero el rubio no. Dipper sentía que algo no iba bien, y no sabía si ese sentimiento de duda provenía de él o de Bill. Se adentra un poco más susurrando el nombre del mayor, pero al no oir nada comenzó a gritar su nombre. Al rato no había ni un ruido, ni una carcajada o algún comentario sexista. Nada.

El chico empieza a desesperarse, juega con su pulsera haciendo que se agite, sale del "cuarto" de Bill y llega a la entrada de la cueva, pero se choca contra una persona bastante alta, que precia un gorila cae de culo al piso y levanta la mirada para tratar de ver quien era, pero ese rostro negro cubierto por una capucha colorada le dificultaba saber quién era.

Dipper: ¡¿Q-Quién sos?! ¡Da la cara! - (El hombre le tapa la boca y con la otra le tapa los ojos)

De repente siente como una bolsa le cubre la cabeza haciendo que su vista se vuelva negra, en un momento siente un golpe fuerte entre el brazo y cuello haciendo que se desmaye en los brazos de alguno de los dos tipos.

Después de un largo camino siendo cargado como un saco de papas, los tipos bajan una palanca que simulaba ser una rama, haciendo que el piso baje y valla bajo tierra. Lo ponen en una silla semi reclinada de metal oxidado, lo atan de las muñecas y rodillas con unos cinturones.

Le sacan la bolsa y le tiran un balde de agua fria para despertarlo, éste se despierta del frio y susto, haciendo que quede algo agitado mirando todos lados.

El chico no hablaba, no quería que usaran sus palabras en su contra, algo así como un juicio. A los hombres no se les notaba ni un poco algún rasgo facial, sólo podía notar la diferencia corporal entre ellos; algunos eran más alto y otros eran más rechonchos.