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La campana sono haciéndome levantar la mirada viendo a la cosa mirarme inmóvil.—Me asustas.—Me regalo una somrisa por pri era vez desde que la conozco causando inteiga en mi.—¿Por que antes no sonreias?.
—¿Tenia motivos?.
—Eso solo lo sabes tú.—Contraataque.
—Es obvio que si no sonreí es porque no tenia motivos.—Se levantó al verme hacerlo y siguió mis movimientos por toda la cafetería hasta llegar al bote de basura y tirar los restos de comida que deje.—No vine a asustar a nadie.
—¿Cual fue tu propósito al venir aquí?.—Hizo justo lo que yo había hecho con sus sobras dejando su bandeja a un lado con las demás.
—¿Por que no lo preguntaste antes?.—Caminamos de vuelta a los pasillos hasta llegar al salon donde seria su siguiente clase.
—No tenia curiosidad.—Me encogi de hombros.
—Eso es extraño. Siempre es lo primero que preguntan.— Paro de caminar al ver que yo lo hice.—¿Tú curiosidad por mi es otra?.
—No se cual sea mi tipo de curiosidad hacia ti, solo pense en lo bien que les fue a los niños en E. T. al tener un ser de otra galaxia.—Me miró claramente juzgandome.—¿Sabes que es E.T.?.—Siguió con esa expresión y solo me dejó ahí entrando al salón.—No digas nada raro.— La vi sentarse en los puesto de delante y acomodando en su mesa el cuaderno que le di.
La salida llegó antes de lo esperado mis ganas de ver a la cosa aumentaron sobre todo después de separarnos en la última hora de clases y haber escuchado las noticias. ¿Quién o quienes pudieron llevarse los restos de aquella nave?, ¿Se habrán ido sin ella?, sí ese fue el caso estaría sintiéndome realmente mal pues gracias a mi ella esta aquí ahora y si la hubiera dejado se hubiera ido de vuelta por donde vino.
Mis pensamientos fueron interrumpidos por un empujón hacia mi persona que me hizo golpearme contra una de las paredes color beige.
—Auch, eso debió doler.—Dante se llevó una mano a su boca sin reprimir las risas.
—¿Me extrañaste?.—Aric volteó mi rostro tomándome de la barbilla para mirarlo.—Los perros miran a sus dueños Jeon, ni se te ocurra bajar la mirada cuando te hablo.—Las risas de los otros dos no dejaron de escucharse.—Hoy haz sido un niño malo. No nos has ayudado con la tarea y no te haz apartado de la chica de Emmet.—Mi ceño se frunció al escuchar lo último.
—No te hagas el tonto, sabes muy bien de quien estamos hablando.—Tocó mi pecho con su dedo índice.—Deberías alejarte, alguien como ella no estaría con alguien como tú.
—No se de quien hablas no he hablado con nadie.—Confundido repasé el día de hoy en mi cabeza una y otra vez intentando encontrar a la persona que fue uno de los motivos de mi paliza de hoy.—No he estado con ninguna chica hoy.—Emmet me miró como si tuviera dos cabezas y bufo acercandose a mi.
