Noah Sebastian Fan Fics

I'm Running Out Of Faith II

Tomé las llaves de mi casa y empecé a caminar sin rumbo en especial, me salí literalmente sin mucho más que las llaves de mi casa y una chamarra. Caminé con la mente en blanco y de pronto me encontré frente a la casa de Folio, que ahora también era la de Noah. Me paré enfrente de la puerta y medité lo que estaba a punto de hacer. No me detuve más y toqué la madera con los nudillos, respirando intranquilamente, deseando que Sebastian apareciese y no por el umbral. Pasé una mano por mi despeinada coleta, muriendo de ansiedad. Tragaba saliva, jugaba con mis manos, movía los pies, revolvía mi pelo y entonces un Noah medio borracho y confundido me observó de pies a cabeza y parpadeó constantemente, como si lo que estuviese viendo fuera nada más un producto de su imaginación. Nos quedamos mirando directamente los ojos del otro por largos segundos, como tratando de descifrar algo. Finalmente reaccioné bajando la mirada y pasando saliva con dificultad cuando noté el moretón en su rostro. Hice una mueca sintiéndome la más estúpida de toda la humanidad.

"¿Quién es, Noah?". Ruff apareció, mirando sorprendido la escena. Saludé con un gesto tímido. "Ah... Los voy a... A dejar solos, sólo, no se golpeen o algo así por favor". Eso me hizo sentir aún peor, le agradecí muy bajito, pero no entré a la casa. Miré a Noah que lucía entre enojado y arrepentido. Me aclaré la garganta.

"¿Puedo...?". No dijo nada, pero se hizo a un lado permitiendome la entrada. Sentía que el corazón se me saldría del pecho en cualquier instante.

"¿Qué haces aquí?". Su tono me sorprendió, nunca me había hablado así. Me dolió para ser honesta.

"Yo, quiero disculparme".

"¿Por gritarme o por acostarte con Cerulli?". Abrí los ojos incrédula de lo que acababa de escuchar. No quería discutir, verdaderamente quería arreglar aunque fuese un poco las cosas, pero Noah no cooperaba. Contuve la calma.

"No me acuesto con Cerulli, si vine aquí fue para pedirte perdón por haberte gritado y echado de la casa, pero ya veo que no estás dispuesto a tener una conversación civilizada, así que me voy". No lo dudé mucho, me encaminé prontamente a la puerta. La verdad es que internamente buscaba una excusa para huir y cualquier cosa parecía esa oportunidad. Una mano me retuvo.

"Lena, ¿por qué él? Es que, no te merece".

"¿De qué estás hablando? Ya te dije que no tengo nada con él, sólo somos amigos, deja de crearte fantasías estúpidas en la cabeza. ¿Cuántas veces te lo tengo qué repetir?".

"No te creo".

"Pues no lo hagas, ni siquiera sé porqué me esfuerzo en hacerte saber que no estoy con nadie". Lo último se lo dije con las lágrimas a punto de salir de mis ojos, pero me negué rotundamente a ponerme a llorar enfrente de él por algo como eso. Supongo que no quería demostrarle que aún lo amaba. Se acercó a mí, pero en silencio. Sólo me analizó de pies a cabeza. Observó con detalle mi rostro. "¿Por qué lo hiciste?". Se me quebró la voz y también el alma al realizar la pregunta. Negó con la cabeza mientras cerraba los ojos, parecía odiarse mucho.

"Yo... No lo sé".

"¿Cómo mierda no vas a saber, Sebastian?". Lo alejé empujándolo suavemente, aunque deseaba aventarlo al suelo porque me hervía la sangre, pero mis ganas de no volver a lastimarlo eran mucho más grandes. Se quedó callado y muy pensativo. Conocía la respuesta, lo sabía por la manera en que me veía, pero no se atrevía a decirlo. "Habla".

"Lena, no".

"Habla. No le des más vueltas al asunto". Se tensó mucho, lo que hacía que mis sospechas crecieran, que todo lo que creí durante estos meses fuera real... Simplemente quiso hacerlo. Respiró pesadamente y habló dificultosamente.