ShipRocked

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Me escabullí hasta la habitación de Noah como pude, ya que yo no debería estar ahí en realidad, pero al diablo, era más peligroso que él fuera a mi habitación, alguien lo reconocería de inmediato y los rumores comenzarían. Toqué un par de veces y él abrió de inmediato.

- Sí pudiste venir. - Me dio un beso.

- Misión imposible, cumplida. - Fingí tener una pistola en la mano y posé con ella. Reímos.

- ¿Cómo están las cosas allá afuera?

- Alocado, todos vomitan por todos lados, beben, fuman, ya sabes...

- Me imagino, ya me quiero ir de aquí.

- ¿Lo dices por el M&G? Sé que fue incómodo, lo siento mucho. - Tomé su mano y besé el dorso de esta. Noah sonrió.

- Está bien, no hablemos de eso. - Me guió hasta la cama y nos sentamos. - Esto del barco me tiene muy mareado.

- Es una lástima. Tanto como no poder estar juntos fuera de esta habitación.

- Lo sé, lo siento. - Noah se dejó caer de espaldas hasta quedar recostado en la cama. Era difícil el mantener nuestra relación oculta, sobre todo en esta ocasión del crucero. La idea era pasarla bien juntos, apenas me dejó acercarme al grupo como su amiga (cosa que soy), y eso porque le rogué por horas, literalmente horas, hasta que se hartó de oírme lloriquear y accedió. Eso me entristeció bastante, a veces sentía que él no quería que la gente supiera de mí por temor a perder fans o algo así, no lo sé.

- Está bien, lo entiendo. - Me recosté a su lado, poniendo mi cabeza en su pecho, escuchando el latir de su corazón. Me esforzaba mucho en no pensar en las razones de Noah para mantener lo nuestro privado, pero con el tiempo eso se volvía más y más complejo. Entendía que después del acoso que sufrió en redes sociales el año pasado no quiso saber nada más de eso, y lo respetaba y hasta estaba de su lado en todo, así que una vez más, eso fue lo que me hizo detener mi creciente molestia con el tema.

- ¿Qué quieres hacer?

- ¿Podemos ir arriba? A la borda, no hay mucha genta ya. Casi todos duermen, no nos verán. 

- Ummm, no lo sé, Lena. ¿Por qué no pedimos servicio a la habitación y vemos una película? - Me preguntó con una sonrisa.

- Noah, para eso mejor nos quedamos en casa. ¡Estamos en un crucero, hay que divertirnos! Ya ni siquiera queda mucho tiempo de eso, regresamos en dos días y luego te irás a Europa tres meses... - Me senté en la cama para verlo mejor, él copió mi acción.

- Perdona, sabes que...

- Sí, que no quieres que nos vean juntos. Hasta cierto punto es entendible, Noah, pero no puedo vivir escondida por siempre, ¿sabes? Yo he sido muy paciente con esto, porque sé que no te sientes cómodo siendo una persona pública, pero ¿has pensado cómo me siento yo? - Y se me salió todo lo que tenía atorado de meses atrás, moría de ganas por decírselo, y de buena manera, justo como lo hice, no quería echarle en cara aquello. Sebastian se puso algo triste con mi reclamo, pero no dijo nada. - Bueno, iré a caminar a la cubierta, quiero pensar... Y creo que tú también deberías hacerlo, sólo te pido eso, ¿sí? - Asintió. Le dejé un beso en la frente y me solté de su mano, pues me había agarrado, quizás para mencionar su punto de vista, pero no lo hizo. 

Salí decepcionada del lugar y caminé a la cubierta del barco con la esperanza de que Noah me alcanzara allí. Yo lo amaba demasiado, pero no sabía si tanto como para tolerar ser más su amante que su novia. Y es que era como si yo fuera la otra cuando era su novia, su pareja, la oficial ante sus amigos, y claro que era lindo, y sí, prefería que las cosas fueran privadas para no tener que lidiar con los fans y la prensa, pero tampoco me merecía el tener que ocultarme y escabullirme entre conciertos para conseguir algo de tiempo fuera de casa con él. A veces Noah no quería ni salir a la esquina conmigo y me lastimaba, me hacía pensar que había algo mal conmigo.

La presión en mi pecho se hacía insoportable conforme el tiempo pasaba. Me vino a la mente el concierto que Bad Omens dio el martes. Yo estuve en primera fila, y no pude evitar llorar mientras tocaban Just Pretend. Es que a veces la relación se sentía así y no me gustaba. Las lágrimas no se hicieron esperar más, lloré silenciosamente. Recargué mis brazos en el barandal y me limpié la cara, pero las gotas no paraban de caer. Mantuve la vista fija en el mar, aunque parecía que el barco iba a la mitad de la nada, pues lo único que brillaba era la luna y las estrellas. La vista me encantaba, al menos me daba algo de paz. Sentí unas manos rodeando mi cintura, me sobresalté y giré de inmediato muy dispuesta a golpear al idiota que me tocaba, pero resultaba que el idiota era Sebastian.

- Hola. - Me miró fijamente a los ojos, bajó la mirada un segundo, el mismo que aproveché para pasar mis manos por mis mejillas para secar las lágrimas. No dije nada. - ¿Puedes perdonarme por ser un completo idiota?

- No eres un completo idiota.

- Claro que sí.

- No eres un idiota por sentirte incómodo en público y pedirme que respete eso.

- Eso lo sé, pero ya se acabó, ya no tendré más miedo, porque ese maldito miedo me hará perder a la mujer que amo y no podré soportarlo, no me lo perdonaría jamás. - Sorbí la nariz y solté una risita, por favor que esto no sea un sueño.

- ¿Estás seguro? No quiero presionarte a nada.

- Lena, estoy completamente seguro de que te irás si no me quito el miedo, y no te culparía, corazón. - Hizo el mechón de pelo que me cayó en la cara a un lado y luego pasó su mano con delicadeza por mi mejilla. Noah tenía mucha razón cuando dijo que me iría si no me permitía acercarme a él en público como lo que soy, es decir, su pareja. Posó sus manos en mi rostro y me besó con ternura. Yo no cabía de la emoción, ¡me estaba besando y no estábamos escondidos! 

- Te amo mucho, Noah Sebastian.

- Yo te amo más. - Me reí, lo dejaría creer que él ganaba. Le di otro beso, pasé mis brazos alrededor de su cuello mientras él me alzaba en sus brazos. Reíamos como locos, me sentía eufórica. Era la mujer más feliz del planeta. - ¿Qué quieres hacer?

- ¿De verdad lo que yo quiera? - Asintió entusiasta. Era como una nueva etapa para nosotros, y lo adoraba, adoraba a Noah y mi vida a su lado, y ahora se ponía mejor todavía. - Bueno, vamos a cenar algo, ¿o aún estás mareado para eso?

- Ya estoy bien, vamos. - Me extendió su mano y la tomé con una sonrisa enorme. Caminamos como dos personas cualquiera ignorando las miradas curiosas del lugar, era de esperarse que tomaran fotos, por eso iríamos al comedor VIP, es exclusivo para los artistas y sus invitados, tampoco quería ir tan rápido con la idea de ser vistos en público. Estaba algo concurrido el lugar, creo que a todos se nos ocurrió ir a cenar a la misma hora. A Noah parecía no importarle, nos sentamos en una mesa para apartarla mientras Sebbe iba en busca de dos platos de fruta para los dos, quien sabe que se nos ocurriría comer después. 

La pasamos bien, de hecho, de maravilla, pero lo mejor fue al día siguiente. Era nuestro último día en el barco y en Puerto Plata. Salimos temprano del barco directo a la bahía para ir a dar una caminata juntos, sólo él y yo, tomados de la mano todo el camino. Después los chicos nos alcanzaron para desayunar todos juntos, no dudaron en preguntar sobre nuestra actitud tan desvergonzada, Noah les dijo que no había problema, que ya no seríamos un secreto. Vincent nos felicitó, finalmente lo conocí, y me sentía completamente alegre con ello, pues conocía a todos los amigos de Sebbe a excepción de Vince. Algunas fans de Bad Omens se acercaron para tomarse fotos con los chicos, pero ellas no dejaban de verme intrigadas, pero nuestros amigos no dejaron que eso me molestara, sólo las ignoraron y me hablaron como siempre.

El día terminó a la perfección. Subimos al barco para ver el atardecer juntos. Fue muy romántico, fue perfecto. Noah, yo, cocteles deliciosos y el atardecer, era como magia, pero lo más increíble era que Sebbe no hubiera dudado un sólo instante de estar conmigo a plena vista. Eso era lo que siempre soñé, un hombre que resolviera lo que ocurría sin hacer un drama, que platicara las cosas antes de tomar una decisión, y él era tal cual, no juzgaba, siempre escuchaba y resolvía, además de que es guapo, sexy y talentoso, Noah lo era todo en un sólo y yo no podría ser más afortunada, agradecía a la vida por ponerme el camino que me llevó hasta él. Y cuando menos cuenta me di, Sebastian tomó una foto de nuestras manos entrelazadas y la subió en una historia de Instagram, Dios, adoraba ese nuevo comienzo. Si Noah no me pedía ser su esposa pronto, yo le pediría a él ser mi esposo.

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Awwwwwwwww, que bonita historia. Una cursi para compensar lo triste de la anterior jeje.

Noah Sebastian Fan FicsWhere stories live. Discover now