៛ Capítulo 01 | Goffstrait

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Sus pies pisaron el asfalto en cuanto el taxi se detuvo para que él pudiera bajar y tomar sus maletas, cosa que hizo posteriormente cuando el maletero fue abierto. Miró a su alrededor y respiró aire puro por unos segundos, volteándose hacia el señor taxista para sacar su billetera y pagar su viaje. Tomó su maleta con su otra mano y se dispuso a caminar hacia la entrada del condado, las letras gigantes a su lado demostrando donde se situaba.

Goffstrait.

Un lugar de ensueño. Concretamente de pesadilla en los últimos años.

Pero eso no lo sabía Jeon Jungkook ni tenía por qué saberlo, así que cuando comenzó a caminar por las calles, las personas salieron de sus casas para verle, algunos asomándose por las ventanas como si de una película del viejo oeste se tratara. Frunció el ceño y se miró a sí mismo con el ligero pensamiento de que, muy probablemente, estaría haciendo el ridículo, hasta que una voz gruesa y grave le hizo alzar la mirada a su frente de nuevo.

— Disculpe, ¿puedo ayudarlo en algo?

Al subir su mirada, sus ojos dieron de lleno con un señor grande y regordete, con un fino bigote y de pelo pobre en la cabeza, refugiada en un sombrero con una placa plateada, al igual que su camisa de tono beige. Era el sheriff del lugar.

— Oh, no, sólo paseaba mientras buscaba mi hostal —habló Jungkook sin que su voz temblara en ningún momento, pues, a pesar de estar acompañado por el sheriff, sabía que no encontraría a nadie más en kilómetros a la redonda, más que en ventanas y puertas acobardados—. He venido de vacaciones.

El sheriff alzó una ceja y se cruzó de brazos.

— Es martes.

Jungkook alzó una ceja y asintió poco después, sin terminar de comprender a lo que el sheriff se refería.

— Y son las seis de la tarde, pronto anochecerá.

Jeon volvió a asentir y dejó salir un suspiro, aferrándose a sus maletas con un ligero deje de inseguridad.

— ¿Y qué importa eso, señor sheriff? Disculpe, pero no entiendo lo que me dice.

— ¿No lo sabe? —Susurró el hombre mayor a su lado, inclinándose lo suficiente como si estuviera contándole el secreto más grande de la humanidad—. Es día de caza.

El joven castaño alzó una ceja.

— Oh, ya entiendo, pero se supone que la caza se realiza fuera del condado, en medio del campo. Si tiene miedo a que me alcance una bala perdida o algo así, no tiene por qué preocuparse —el sheriff boqueó sin saber cómo continuar—. No es eso, ¿verdad? ¿Qué ocurre?

El señor miró a ambos lados, tomó el brazo de Jungkook de forma disimulada y tiró de él hasta sacarlo de la diana perfecta en la que se había colocado, llevándolo a un bar cualquiera a principios de la calle, sin dejar de mirar a su alrededor en ningún momento.

— Ahora estamos a salvo —suspiró el mayor, alzó su mano y el barista ya supo lo que tenía que traer—. Verá, este condado está maldito, tiene una maldición viviente.

— ¿Una maldición viviente? —Jungkook se interesó, el señor asintió mientras el barista volvía a acercarse—. Agua con gas, gracias.

— Desde hace algunos años, el condado se ha sumergido en la miseria y la inseguridad de una bestia entre nuestras calles —explicó—. Comenzó haciendo desaparecer a cualquier persona que se le cruzara por su camino, luego siguió con su profecía matándolos y arrojándolos al río y, más tarde, comenzó a dejar pistas sobre sus próximos pasos. Estamos hablando de una verdadera bestia, chico.

A Bloody Song About You ៛ JK x THWhere stories live. Discover now