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LUISITA

Faltaba tan solo un día para la primera exhibición de arte que tendría a Luisita como montajista, y la presión que la rubia sentía era tanta que la noche anterior no podía dormir, se movía para un costado y para el otro de su lado de la cama con los ojos abiertos como platos, y no podía evitar pensar en todos los detalles que aún le quedaban por pulir antes de abrir la galería al público. En un intento de despejar la mente y relajarse un poco, bajó al jardín de invierno para terminar aquella obra que había empezado en plena crisis, cuando la despidieron de su empleo en el museo de Málaga. Había hecho un trabajo increíble plasmando una porción del jardín de su casa en el lienzo blanco, se veía precioso y muy colorido con las macetas llenas de flores y los árboles en tonos vívidos pero aún faltaba para que quedara exactamente como ella quería, así que decidió pensar en nada y ocuparse de ello. A las cinco de la mañana, la alarma sonó y Amelia se despertó para prepararse para su turno matutino en el hospital que iniciaría a las ocho, pero se preocupó un poco al no ver a Luisita durmiendo a su lado así que se levantó y fue hasta la planta baja al lugar en el cual estaba casi segura que la encontraría, y no se equivocó. Al llegar a la puerta entreabierta del jardín de invierno se quedó allí de pie, quieta, observándola sin hacer el menor ruido, haciendo foco en el cabello dorado que le caía libre por debajo de los hombros y que parecía estar incluso más largo que la semana anterior, en su bata de raso blanco que apenas se arrastraba por el suelo, en su mano sosteniendo el pincel que parecía tener vida propia. 'Es jodidamente hermosa', pensó, tal y como había pensado casi veinte años antes cuando se reencontró con ella en El Asturiano después de seis años sin verla.

- Parece que alguien no puede dormir... - susurró desde la puerta y Luisita se dio la vuelta 

- No... - hizo una mueca triste - Es que estoy tan nerviosa por mañana... - respondió y dejó su pincel sobre el atril

- Va a ir todo bien, cariño - dijo la morena acercándose a su esposa - Te has esforzado muchísimo y Marta ya te ha dicho que está contenta con tu trabajo... –  

La rubia suspiró esbozando una pequeña sonrisa y se puso de pie para besar a la morena con suavidad, pero rápidamente el beso tomó otro color y Amelia terminó chocando contra la pared con fuerza. – Auch, eso dolió – se quejó la morena y Luisita soltó una risita inocente sin dejar de besarla

- Oye... ¿quieres follar conmigo y ayudarme a liberar esta tensión que tengo acumulada? – susurró la rubia en tono sugerente

- ¿Es una pregunta? - bromeó la morena y su esposa asintió mordiéndose el labio inferior - ¿Por qué me preguntas cosas obvias, cariño? Yo siempre quiero follar contigo –

- Pues entonces cierra la puerta y hazlo –

La morena cerró la puerta con cuidado de no hacer ruido y volvió hasta su esposa que la esperaba con los ojos oscurecidos, pero a mitad de camino se paró en seco y retrocedió para apagar la luz, de manera que lo único que iluminaba ese jardín de invierno era la luz de la luna. Se besaron con ansias de comerse y terminaron en el suelo sin ropa dándose placer la una a la otra por casi una hora.

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La primera exhibición que tuvo a Luisita como montajista salió mejor de lo esperado y, para su sorpresa, el director del Museo del Prado estuvo allí y hasta la felicitó por el orden de las vitrinas y los colores escogidos para los tapices que cubrían la pared libre entre los cuadros. Amelia fue con los niños apenas terminó su turno para acompañarla en la apertura, Devoción asistió unas horas más tarde, y Manolín asistió con Emma, porque de ninguna manera quería perderse aquel gran avance en la carrera de su hermana. La rubia estaba tensa pero feliz por los comentarios positivos del público y del director del Museo del Prado y por poder compartir ese momento con su familia, pero poco disfrutó de esa felicidad efervescente ya que, como buena perfeccionista, se pasó toda la exhibición controlando que cada cuadro y escultura estuvieran en su sitio.

Te amaré por siempreWhere stories live. Discover now