JUNTOS

128 15 6
                                    

Un Jungkook de veinte años, para ese entonces ya popular, caminaba por los pasillos siguiendo por detrás a un Jin también más joven.

Su jefe le mostraba los alrededores e incluso después de un año de haber llegado a las instalaciones, Jin le seguía mostrando cosas nuevas del lugar.

—Quiero que conozcas a alguien.

Caminaban por los infinitos pasillos de la Zona, Jin señalando y enseñándole un par de cosas sobre cada área que no se ven a simple vista. Desde secretos, consejos y anécdotas hasta ocasionales bromas. Seokjin se ha encariñado con Jungkook este último año de una forma que no ha hecho con ninguno de los otros chicos que ha rescatado hasta ahora.

Desde que lo encontró comiendo de la basura en la calle y robando de una tienda supo que este chico era un potencial desperdiciado. El cariño vino después, y Jungkook poco a poco se lo fue correspondiendo yendo a verlo casi todos los días a su oficina para hablar porque hasta ahora su jefe es quien más puede entenderlo, el único que sabe su historia y su situación. Pronto Jungkook ya estaba casi viviendo en su oficina, pasado horas hablando con él.

Reconoce a Jin como una figura de autoridad, es por eso que ahora lo sigue por detrás sin rezongar pero también es como el hermano que no tuvo y desearía tener; analítico, siempre en control y recatado; con influencia y presencia a donde quiera que va.

Pasaban por detrás de los escenarios, varias chicas revoloteaban alrededor ocupadas vistiéndose y subiendo al escenario.

Anteriormente Jungkook venía preguntando por simple curiosidad el porqué del reciente favoritismo de Jin. Todo el mundo sabe que Jungkook no tiene que atender a tantos clientes como todos los demás y que su jefe le reserva a los más decentes. Jin es completamente culpable, bien sabe que encariñarse aquí no lleva a ningún lado pero con Jungkook no había podido evitarlo, quería que tuviera un techo sin tener que pasar por tanta mierda como todos y es por eso que trató de protegerlo un poco más de lo que lo hace con todos.

—¿Qué eso no te hace perder dinero? —preguntó Jungkook respecto a que si se mete con menos clientes que el promedio, el establecimiento se verá afectado en cifras totales. Tampoco es que se queje.

—Algún día tendrás que entender que no todo en la vida es dinero o sexo Jungkook. —La mirada de Jin iba al frente saludando con la cabeza a algunos miembros del staff que se le acercaron para que firmara cosas.

—Eso es irónico viniendo del casi dueño de un prostíbulo. —Jungkook no lo dijo de forma despectiva ni mucho menos, tanteando el terreno siendo su menor, le gustaría saber cómo piensa Jin respecto a todo esto.

—Talvez, pero no para mí. ¿Ves a esas chicas? —señaló al grupito que estaba apunto de salir al escenario. —Quieren estar aquí, yo nunca podría obligar a nadie a trabajar para mí y sé que tampoco Hyun Su. Como tú, necesitaban y lo único que hice fue darles, lo demás vino después. Son buenas personas.

—Layla me contó su historia, qué horrible. * —Jungkook agachó la cabeza.

—Créeme, muchas de las chicas que conoces han vivido cosas mucho peores, pero míralas, ahora están aquí y que se piense lo que quieran pero esto es diez veces mejor de lo que tenían. Tal vez sea lo más a lo que podrán aspirar algunas pero ahora viven un uno por ciento mejor que las miserias que vivieron antes y si eso las hace sentir un uno por ciento mejor también, por mí habrá valido la pena. —Este era un joven y noble Jin hablando sinceramente sin segundas intenciones, lastima que dos años después las circunstancias tuvieran que cambiar y los planes también.

Jungkook se quedó pensando un poco recordando las palabras que la chica pelirroja le había confesado hace no mucho en un momento de debilidad.

—Dijo que tú la salvaste —musitó.

𝐏𝐫𝐨𝐭𝐞𝐜𝐭 𝐌𝐞 [𝐊𝐨𝐨𝐤𝐯] +𝟏𝟖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora