TAN CRUDO COMO SUAVE

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Aunque sufrir un evento traumático no era nada nuevo para el subconsciente de Taehyung, parecía que este había sido especialmente duro para su mente sobrellevarlo. Ya no tenía a su abuela para ayudarle a nadar a salvo entre el mar de corrientes angustiosas que le ahogaban desde hacía diecisiete años.

Estuvo a su lado cuando quedó huérfano aunque a sus cuatro tiernos años no entendía lo que pasaba y ahora no recordaba nada. Fue ella quien le explicó que no volvería a ver a su madre pues una terrible enfermedad se la había llevado. En ese entonces no entendía pero fue hasta la adolescencia que se resignó también al hecho de que su padre no lo amó lo suficiente ni le importó dejarlo solo cuando decidió suicidarse esa misma noche yéndose con ella.

Ahora a sus veintiuno trataba constantemente de recordar qué había pasado esa noche que los perdió para no conformarse con el testimonio de su abuela que aparentemente le había mentido pero siempre que intentaba, una ansiedad presionaba su memoria cada vez que cerraba los ojos para meterse en el recuerdo.

Era como si una pesada bruma negra lo sacara de una patada impidiéndole reavivar una sola imagen. Fue hasta que vio ese rojo en la habitación con el cuerpo muerto de su abuela que esas imágenes comenzaron a salir de su caja y lo atacaron abrumando su mente. Desde entonces ese rojo, oscuridad, espesor y un olor nauseabundo a hierro perturbaban su mente cada vez que tenía contacto con alguna de ellas.

Un cuarto de baño que no distingue bien está inundado en sangre paralelamente junto al dormitorio de su mansión. El mismo olor, la misma trágica sensación y un vacío desmoralizador.

Un niño nunca debería presenciar algo así, es por eso que su mente lo protegió haciéndole olvidar por completo lo que había visto esa misma fatídica noche.

Hace diecisiete años exactamente, la vida de Taehyung comenzó a parecerse a la de un chico controversialmente especial de cuatro años de cabello oscuro y ojos sin vida. De hecho, pronto ambos se darán cuenta de que son más parecidos de lo que desean.

A los cuatro inocentes años de Jungkook él perdía más que a sus padres sino a la ilusión de una infancia normal como cualquier niño merece. Cuatro años no son suficientes para conocer, disfrutar y amar a un padre pero no tuvo opción, su padre los abandonó y por años creyó que había sido por su culpa, al menos eso le decía su madre.

Jungkook debería estar agradecido de al menos haber tenido una madre y un hermano, sin embargo, desde pequeño siente que los ha perdido y lejos están de parecer una familia.

«“Mami, tengo hambre”», rogaba un niño azabache cada mañana, cada noche.

«“Mamá, mi ropa huele mal, mamá no tomes eso, te pone rara. Mamá, ese hombre me mira raro”»

Su madre ignora sus tiernos clamores negándose a ser llamada por ese título, —y ahora sabe que lo hizo porque no se lo merecía—. Culpaba a su propio hijo diciendo que su sola existencia había sido un “error” y un “desperdicio” por ser producto de una metida de pata que los llevó a la ruina.

En la adolescencia siguió siendo ignorado, tuvo que aprender a sostenerse solo porque su propia progenitora no estaba dispuesta a hacerlo y sólo respondía para su primer hijo, su hermano. Jungkook fue un fantasma en esa casa, invisible a sus ojos, un simple espacio que pudo haber sido ocupado por alguien más.

«“Mamá, ¿cuándo iré a la escuela? ¿Puedo salir a jugar? ¿Por qué no puedo tener amigos? El vecino dice que tú no me quieres pero es no es cierto, ¿verdad mami?”»

Y nunca obtenía respuestas más que órdenes y reclamos. Hubiera preferido mil veces que fuera del tipo violento y que lo golpeara, al menos así hubiera tenido un poco de su atención.

𝐏𝐫𝐨𝐭𝐞𝐜𝐭 𝐌𝐞 [𝐊𝐨𝐨𝐤𝐯] +𝟏𝟖Where stories live. Discover now