Un corazón sobre la mesa ; km au

43

"¿Ya esta?" Pregunto Jungkook, parándose al lado de Jimin.

"Ya casi." Dijo Jimin en voz baja, concentrado en darle la vuelta a su panqueque.

"Tienes como cuatro panqueques completamente quemados." Rió, señalando los panqueques que se habían consumido en las llamas.

"Es tu culpa." Se encogió de hombros, sacando el panqueque de la plancha. "Y tu te los comeras."

"¿Por qué es mi culpa?" Sonrió de lado, apoyándose en el mesón, tratando de ver a los ojos de Jimin. "No es mi culpa que te desconsentres tan rápido."

"Obviamente me voy a desconcentrar si tienes tu boca metida en mi cuello, imbecil."

"Bien que te gusto." Susurro, arrancando un poco de uno de los panqueques quemados, haciendo un gesto al saborearlo, estaba delicioso pero el sabor de quemado le invadía más, de todas formas se acabó el pedazo que había tomado.

Jimin no dijo más, solo rodó los ojos y en sus mejillas se colorearon dos manzanitas, durante todo este tiempo había aprendido que Jimin era una persona muy fácil de sonrojar, se sonrojaba cuando estaba enojado, cuando estaba feliz y cuando estaban juntos de una forma íntima, era muy tierno.

Jungkook decidió dejar de molestar a Jimin, solo se dedico a observarlo. Miro cada centímetro de su rostro, desde aquellas pecas y lunares que odiaba, hasta a ese diente ligeramente chueco que también odiaba. Podía recordar cada porción en Jimin que odiaba, en el pasado, había encontrado muchas imperfecciones en él, había hallado hasta el mínimo lunar no redondeado.

En el pasado, su repudio por Jimin era enorme, todo el mundo sabía de él, le juzgaba hasta como caminaba; como un gato engreído, le había juzgado hasta la forma de reír; ocultándose en su mano, había observado de lejos tanto a Jimin que solo había encontrado imperfecciones. Pero ahora que lo veía de cerca, contaba sus lunares y pecas, sonreía por el diente chueco, admiraba su porte y encontraba ternura en su forma de reír.

Las cosas habían cambiado, desde odiar unas pecas hasta terminar contándolas.

"Te regalaré una foto, así la observas todo el tiempo que quieras." La voz de Jimin le saco de sus pensamientos, ya había acabado con los panqueques.

"Por mi estaría bien." Dijo Jungkook, apaciguando el que le haya descubierto observandole.

"Pues te regalaré la foto, tranquilo." Sonrió. "Ahora sirve el chocolate, tengo hambre."

"Sí patrón."

"Así me gusta."

Ambos rieron, Jimin acomodo los panqueques en los platos y en el suyo le puso miel, comenzando a cortarlos y saborear su creación, hizo un sonido de placer por la fiesta que se daba en su paladar. La pequeña merienda transcurrió entre risillas y una charla de distintas cosas a la vez, hasta que los panqueques se terminaron en sus estómagos.

Fue entonces que, la curiosidad ganó a Jungkook.

"¿Por qué te casaras con Eunwoo?" Lanzó la pregunta, cual niño curioso de los misterios de la vida.

"Oh." La pregunta tomó de sorpresa a Jimin, bebiendo el último sorbo de su chocolate y dejando su taza en la mesa. "Porque así debía ser."

"¿Según quien?"

"Las circunstancias." Soltó una risilla incomoda, Jungkook la noto. "Así son las cosas."

"Pero, ¿por qué?"

"Pareces un niño." Volvió a soltar una risilla. "Pues es una oportunidad de negocios para mi futura empresa y es beneficiosa."

"O sea, ¿estas de acuerdo con ceder tu futuro a las decisiones de tu padre?"

"¿Qué acaso tu padre no te incluye en sus planes de negocios? Yo se que tu eres su heredero." Dijo, conociendo perfectamente la relación de Jungkook y su padre, pues cualquiera que pasara más tiempo del debido con Jungkook, sabría que el menor de los Jeon tenía una pésima relación con su padre, nunca podía alcanzar las expectativas que su padre tenía en él.

Solo era alguien que buscaba alcanzar aquella estrella en el cielo.

Pero esta vez fue que Jungkook no se lo tomó a mal, porque sabía que Jimin no lo hacía apropósito, solo quería desviar la atención.

"Pues no." Sonrió de forma plana.

"Pues mi padre me incluye en sus planes, vio una mina cuando le confese que era gay." Dijo. "Al principio no quería casarme, siento que soy muy joven, pero con el tiempo lo acepte, después de todo, Eunwoo es un buen hombre, como mi madre dice 'será un buen marido'."

"¿Y entonces por qué no estas con él?" La pregunta no fue hecha con saña o celos, solo salió de su boca, de sus pensamientos y su palpitar.

"Jungkook...."

"Perdón." Tosió aligerando el ambiente. "Tus panqueques estuvieron buenos, aunque me dieras los quemados."

"Te los merecías."

La conversación pasada fue enterrada en la masa de panqueques y los chorros de miel, Jungkook no quería indagar más en las razones por las que Jimin había cedido su vida a beneficios administrativos, pues le daba pena.

Era algo común en su círculo social, bueno, no tanto, la era de piedra había sido superada y las familias de dinero y poder dejaban que sus hijos se casaran con alguien de su mismo nivel que amarán, le dio pena que aquello no haya sido concedido a Jimin.

No se imaginaba tener que amar a alguien que si o si tenía que amar, obligar al corazón a sentir algo.

"Ven aquí." Recorrió la silla de la mesa, palmeando su muslo mientras le sonreía de forma dulce a Jimin.

Jimin rodó los ojos pero acepto, limpio sus labios con la servilleta de tela y camino hacia Jungkook, sentándose en las piernas de Jeon.

Cuando Jungkook le miraba, sentía que su interior ardía y al mismo tiempo florecía, porque había una manera tan especial en la que Jeon le observaba que lograba que todo en él se desmorone. Cuando le miraba con esos ojos redondos y marrones....sentía que Jungkook poseía los mismos sentimientos que él.

"¿Puedo besarte?" Susurro mientras le veía a los ojos.

No hubo respuesta hablada, Jimin solo se avalanzo a él y lo beso. Besos, besos y más besos que incendiaban sus interiores y al mismo tiempo sembraban flores. Una calurosa primavera.

Mientras besaba a Jimin, Jungkook no se lo imaginaba amando a Eunwoo, porque estaba seguro, que Jimin solo lo besaba de esa forma a él.

más tarde habrá otra actualización:3