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A pesar de haber llorado a cántaros, Jungkopk no se rindió, siguió tratando de encontrar a Jimin. Él era lo que más quería, era lo que más deseaba y amaba, no permitiría que todo lo que tenían se acabará tan rápido y de forma tan repentina, por un error suyo del cual renegaba todas las noches.

Jungkook estaba con el corazón roto, desangrándose en el dolor de su falta y error, pero aún así mantenía las fuerzas que la esperanza pequeña le otorgaba. Sabía que estaba siendo un caprichoso, pero ¿que más podía hacer? Jimin era quien más anhelaba, era el amor de su vida y no dejaría que se le fuera tan fácilmente, no daría su brazo a torcer, si era una guerra Jungkook quería pelear hasta que la última bala perfore su corazón.

No dejaría que Jimin se fuera tan fácil de su vida, por más egoísta y caprichoso que sonará.

Jungkook se sentía como un psicópata siguiendo a su víctima, trataba de encontrar algún momento en el que Jimin estuviera solo para interceptarlo y así poder hablar, una vez más. Le repetiría lo mucho que se arrepentía hasta que le creyera y le perdonara.

El sol era radiante en el cielo, radiante para Jungkook también, pues después de muchos días al fin había podido encontrar a Jimin a solas. Había vuelto a sus entrenamientos de natación, era la oportunidad perfecta para que hablara con él.

Jungkook entro al complejo, saludo a algunas caras conocidas y se propuso buscar a Jimin, no fue difícil después de todo, sabía que estaba en la piscina y que tenía un vestidor propio, con un poco de soborno a los administradores podía conseguir entrar al vestidor.

Y fue así, hizo que el perro bailará con algunos cuantos billetes. Ya dentro del camerino, Jungkook tomó asiento para esperar a Jimin. Durmió una pequeña siesta—llorar todas las noches mientras las lágrimas mojan la almohada le había quitado preciadas horas de sueño—. Hasta que escucho el sonido del seguro y abrió los ojos, viendo una vez más a Jimin, envuelto en una toalla y con el pelo mojado, rodando los ojos al verlo y girando en sus tobillos para salir.

Jungkook se apresuro y lo tomó de la muñeca para detenerlo, cerrando la puerta y parándose frente a él.

"¿Quién te dejó entrar?" Pregunto con un grave tono de molestia. Harto de la constante presencia de Jungkook.

"No importa." Tomó su mano, acariciándola suavemente, había extrañado como se sentía.

"¿En serio vas a seguir humillandote?" Susurro soltandose de su agarre.

"Por ti lo hago, solo por ti." Dijo con los ojos llenos de estrellas de esperanza. Tratando de que alguna estrella le de las razones a Jimin.

"Ya basta, Kook." Volvió a suspirar, retirándose de su lugar para colocarse una sudadera. "Todo terminó. Bueno, no había nada, así que lo que sea que pasó, ya no existe."

"Jimin, por favor, ya te dije mis razones y que la apuesta dejo de valer para mi, te amo."

"Y eso no me importa." Soltó, cerrando su sudadera y colocando su capucha, comenzaba a hacerle frío. "Dijiste lo que querías y ya, yo no tengo porqué olvidar todo y perdonarte solo así por así."

"Por favor...hablemos como adultos."

"No somos adultos, Kook."

"Y aún así te casaras." Soltó, hablando del despecho, hablando de los celos que le tenía a Eunwoo.

"Lo haré." Se encogió de hombros, llevando sus manos a sus bolsillos. "Deja de humillarte, yo no te quiero en mi vida."

"Pero yo si."

"No me importa." Dijo con el mentón en alto. "No me importa si estas enamorado de mi, a ti no te importo mis sentimientos ¿por qué yo tendría que preocuparme por los tuyos? Ahora, déjame en paz, pronto seré un hombre casado y no quiero tenerte rodeandome."

"¿En serio te casaras?"

"Sí." Sonrió de lado, agasajandose del dolor que provocaba en Jungkook.

"¿Cuando?"

"No te importa."

"De todas formas lo sabré."

"No lo creo, nadie cometerá el error de invitar a tus padres." Camino hacía la puerta para abrirla, quería que Jungkook se largarse del lugar, le ponía de muy mal humor.

"Me daré mis modos. No me daré por vencido, Jimin."

"Vete." Señaló la puerta con su cabeza, parándose en el marco para cerrarlo con seguro.

Jungkook camino hacía la puerta, viendo una última vez a Jimin. Contemplando su belleza, sus lunares, sus pecas y sus ojos preciosos, le dolía en el corazón como había perdido a aquel ser tan hermoso y que tanto amaba.Salió del camerino y escucho como el seguro fue puesto, soltó un suspiro antes de comenzar a irse.

Jungkook aún se decía que no había perdido a Jimin, porqué estaba dispuesto a luchar, daría todo por él y lo dejaría todo.

Si tenía que humillarse y dejar su última gota de orgullo el día de la boda de Jimin, lo haría, porque Jimin no podía casarse.

Y no se casaría, estaría en sus manos.









































rellenito para mostrar la desesperación y el capricho de kookie :3

mañana el final¡!

Un corazón sobre la mesa ; km auWhere stories live. Discover now