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- ¿L- Lo hacemos y-ya?

- ¿Quieres dejar de presionarme?

Las manos de Jeonghan se apretaban con fuerza entre sí. El frío de invierno lo estaba congelando. Sus labios no dejaban de temblar y no sabría cuánto tiempo más debía soportarlo. No era como si quisiera hacerlo de todas formas, simplemente quería que terminara de una vez.

- ¡Dense prisa! - gritaron del otro lado de la pared.

Una pequeñísima cerca de ladrillos que los separaba. Su estatura era suficiente para ser cubiertos por un metro y veinte centímetros.

- Oye, ¿Lo hiciste? - gritó una niña - ¡No lo hagas si no quieres hacerlo!

Jeonghan abrió los ojos sintiéndose inseguro.

- ¡Ya cállate, niña boba! - dijo uno de ellos - Él perdió, tiene que besar a Jeonghan.

El castaño se encogió de hombros. Tal vez no era tan buena idea que dos niños se dieran su primer beso. Nunca lo invitaban a jugar, nunca hablaban con él, nunca se involucraban con él, ¿Por qué ahora tenían que estarlo? En una situación tan incómoda...

- Seungcheol - alzó el rostro buscando los ojos del pelinegro.

- Hagámoslo rápido - dijo él sujetando sus hombros.

- ¿Estás seguro? - su voz tembló con todo su cuerpo.

- ¿Tienes miedo?

El pequeño asintió con el rostro.

- Entonces yo lo haré. Cierra tus ojos.

⏳⏳⏳

Seungcheol estaba a punto de besar al niño castaño de sus sueños cuando un almohadazo cayó directamente en su rostro. Despertándolo, literalmente de un golpe.

- ¡Despierta, Choi Seungcheol!

El pelinegro se retorció en la cama sujetando su nariz con ambas manos.

- ¡¿Qué rayos pasa contigo?!

- Se hace tarde para el trabajo - habló el otro vistiendo un elegante traje - No nos mudamos hasta Seúl para llegar tarde el primer día.

Seungcheol suspiró tirándose de espaldas a la cama.

- Tú no vives aquí, Joshua.

- Lo sé. Pero tu hotel queda mucho más cerca y yo no tengo auto - explicó mientras se movía por toda la habitación, aparentemente buscando algo.

- Tu reloj está junto a la lámpara.

- ¡Oh! Gracias.

Joshua terminó de vestirse pero Seungcheol aún no parecía tener intenciones de levantarse.

- ¿Quieres que te haga el desayuno? ¿Prefieres que ordene algo o...?

- Joshua - lo hizo callar mientras salía de las sábanas. Totalmente desnudo.

Caminó hasta él y acarició su mejilla.

- Sólo tenemos sexo. No eres mi esposa.

Le dió un beso en la mejilla y entró directamente en la ducha.

US AGAIN (WONHAN)Where stories live. Discover now