Stigma ‧₊˚. -ZeeNunew

Sixteen;;

Las pequeñas dosis de Melatonina habían afectado a Nunew. Los primeros días, su apetito se redujo causando que consumiera alimentos en menor cantidad pero con altas dosis de Melatonina. Los días que siguieron Nunew dedicaba más tiempo a
leer en su habitación que salir con los demás
pacientes. Zee lo visitaba con frecuencia, diciendo que todo estaría bien. Fue Nunew quien le pidió a Zee que no lo visitará más y en ese momento, el pelinegro se arrepentía de lo que estaba haciendo con la vida de su Nunew.

-Te dije que era mala idea

-Podrías callarte- dijo Zee saliendo de de baño luego darse una ducha -¿No se supone que tendrías que estar en un mejor lugar o algo asi?

-Al parecer todos a los que Kang ha asesinado siguen acá ,y no puedo irme hasta ver a Aof fuera de este lugar.

-¿Por qué eres al único que puedo ver?- preguntó el pelinegro mientras se colocaba su ropa dándole la espalda a Nat.

-Tenías un vínculo especial conmigo, es como si estuviésemos conectados.

-¿Conoces a los otros?

-No, solo a Milk -sonrió Nat -Aunque hay alguien que dice conocerte.

Zee giró su cuerpo para ver al chico sentado sobre su cama, no era posible que alguien lo conociera. Nat era la primera victima de Kang con la que él había tenido una relación cercana.

-¿Sabes su nombre?

-Es curioso, su nombre es parecido a una de las enfermeras.

Sólo existía una enfermera con un nombre similar a alguien que conocía, si la persona que tenía en mente era la correcta, tendría que acelerar su plan y matar a Kang con sus propias manos.

-¿Klov?- sus palabras sonaron como un susurro.

Hola, Zee

Todos estos años Zee había escuchado distintas voces, femeninas y masculinas, todas decían que hacer y algunas veces lo habían llevado a cometer cosas indebidas. Por culpa de ellos su mamá lo había llevado con Kang, pero luego de mudarse a Chiang Rai una nueva voz había aparecido, la única que lo hacía recobrar conciencia, la única que le mostraba como hacer las cosas bien, la única que estaba feliz por verlo feliz junto a Nunew, y se sentía un tonto por no haberla reconocido antes.

-¿Cómo sabías su nombre?-preguntó Nat

Zee miró a Nat y sonrió, si Klov era la persona de la que hablaba, ¿por qué no podía verlo? Quería saber que había ocurrido, aunque siendo víctima de Kang, podía imaginarse a la perfección lo que ese animal le había hecho.

-Nat, ¿podrías ir a visitar a Nunew?

El chico asintió y salió de la habitación. Zee se acostó sobre su cama, cerró los ojos y recordó a su amigo, recordó todos los momentos que había vivido con él y como no fe capaz de despedirse antes de mudarse.

-¿Por qué no puedo verte?

-Deja de pensar en mí, idiota, Nat está a punto de regresar, Nunew ha ido con Kang así que prepárate.
Me verás pronto.

El lobo se llevó al cordero.

El cordero esta triste.

Aquí estamos de nuevo

Nat tardó menos de lo esperado en regresar a la habitación, Aof abrió la puerta de golpe indicando que era hora. El plan marchaba a la perfección, Nunew debía visitar a Kang, Aof se había encargado de reemplazar los sedantes químicos con Melatonina líquida, eso pondría a Nunew a dormir por unos días, reduciendo su ritmo cardíaco, dejándolo tal como Julieta en la obra de Shakespeare.

Siento los químicos penetrar mi piel.

Al llegar fuera de la oficina de Kang, Aof y Zee escucharon algunos gritos, era la voz de Nunew rehusándose a ser inyectado. La voz de Kang resonó por todo el pasillo y luego de un tiempo, silencio.
Escucharon los pasos de Kang cerca de la puerta, se escondieron en la puerta contigua, una de las clínicas de recuperación.

Se esta haciendo más pesado y quiero correr y esconderme.

-Mierda- repetía Kang saliendo de su oficina.

Cuando no hubo rastro del hombre Aof y Zee salieron para dirigirse a la oficina de Kang, Nunew  estaba tirado en el piso, los movimientos de su pecho eran a penas visibles. Zee se acercó hasta estar en el piso junto a Nunew y le pidió a Aof que se fuera, necesitaba un tiempo a solas con Nunew. Aof salió de la habitación a la espera de Kang.

-Ahí tienes a tu Julieta, Romeo

Zee levantó su rostro, observando después de tantos años el rostro de su amigo, tenía la edad de Nat tal vez y supuso que esa era la edad a la que había muerto.

-¿Por qué puedo verte hasta ahora, Klov?

-Te estaba cuidando de no cometer una estupidez, pero aquí estás, frente a lo que prácticamente es el cadáver de tu novio.

No puedo negar el animal que está dentro
de ti.

Antes que pudiese responder la puerta de la oficina de Kang se abrió, dejando ver al monstruo que todo este tiempo lo había estado persiguiendo, sólo que ahora no sabía quien era el verdadero monstruo.