Capítulo 24.

188 34 1
                                    

16 de Julio de 1945

Ops! Esta imagem não segue nossas diretrizes de conteúdo. Para continuar a publicação, tente removê-la ou carregar outra.


16 de Julio de 1945.

Derek.

Ya pasaron algunos meses desde la última vez que vi a Mica. En las noches sigo soñando sobre el, pensando en la forma cruel en que el destino lo quiso separar una vez más de mis brazos. No he sabido nada nuevo de el, más que está recuperándose en una cama de hospital.

Siento tanta incertidumbre sobre como debe sentirse ahí, claro que tiene a sus amigos, pero ya no tiene a su papá. Pienso que el se siente tan solo como yo, lo necesito a mi lado ahora mismo porque cada día me siento más deprimido.

Un tintineo de la puerta llama mi atención. Ah, es el sargento Talbot. Me siento confiado a su lado ya que el sabe sobre mi relación con Stiles y no nos delató, tiene mente abierta.

- Sargento Primero Hale ¿Ya se ha enterado? - pregunta algo preocupado. ¿Y si tiene que ver con mi constelación? El solo pensamiento me drena el color de la piel.

- No, o bueno... No sé a que te refieres. - pongo mis pies sobre el escritorio. Las cosas han estado calmadas aunque no del todo. Si, Hitler y su esposa se suicidaron y Alemania se rindió; pero no tenemos idea de porque Japón no cede.

- Están haciendo pruebas nucleares en Nuevo México. Y han sido exitosas. - musita con desaprobación.

- ¿Y eso es importante porqué...? - no estoy pensando correctamente aunque sea muy obvio.

- Son bombas nucleares Sargento Primero Hale, ¿Sabe cuánta gente va a morir sí no hacemos algo? - pregunta y el suspenso aumenta.

- ¿Y qué sugiere que hagamos? - yo debería estar sugiriendo planes, pero no tengo ni idea de que hacer.

- Quizá puedas hablar con uno de los líderes del proyecto. A ver si lo convences. - sugiere, es buena idea... Pero no estoy seguro de que lo tomen a bien.

- No pierde nada con intentar. Yo lo haría pero no tengo autoridad. - ríe cabizbajo.

- Veré qué puedo hacer. - digo serio y comienzo a pensar en alguna clase de discurso que valga la pena.



Cada día estoy menos seguro sobre amar mi patria.



Minutos después llega el cabo Vernon, azota la puerta y brinca felíz hasta donde me encuentro. ¿A este que le picó? Hora de averiguarlo, aunque supongo que tiene ver con esos papeles que trae entre manos.

- ¿Por qué tan contento Vernon? - mofo y una sonrisa se ensancha en su rostro.

- Llegaron las cartas, una es de mi chica. - ríe, deja el resto en la mesa y sale corriendo mientras la abre torpemente.

- Gracias. - me quedo con la palabra en la boca. Que efectivo es el V-mail, antes las cartas tardaban meses en llegar... Ahora solo toma un par de semanas.

𝐓𝐞 𝐞𝐬𝐩𝐞𝐫𝐞́ 𝐞𝐧 1945. | 𝐒𝐭𝐞𝐫𝐞𝐤 |Onde histórias criam vida. Descubra agora