Es probable que me equivoque

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Capítulo 60: Es probable que me equivoque

Imri.

Era consciente de todo a lo que me afrontaría estando con Lúa. La conozco, en todo el tiempo que nos tratamos, aprendí a hacerlo. Sin embargo, nunca pensé que llegaría a romper todas las barreras de mi entendimiento; ella es del tipo de persona con la que hay que dudar antes de meter las dos manos al fuego, y eso me apena de maneras que no puedo explicar.

No entiendo por qué es tan obstinada cuando desde un principio me he preocupado por su bienestar. No recuerdo algún punto en que me haya hecho caso, siempre termina llevándome la contraria y tal y como dije, no podría ser más frustrante.

¿En serio la conozco? ¿O solo es una ilusión?

Si de verdad la conociera, no me hubiera sorprendido por lo que hizo. Además de peligrarse a sí misma, peligró a mi hijo. Ni siquiera pensó en él antes de actuar, únicamente se dejó llevar por sus impulsos. De continuar, ¿en serio podré estar bien ignorando esa parte de ella? Como no fue hoy, puede acontecer mañana, tal vez pasado.

Hago mal si tolero ese tipo de cosas desde ahora.

¿Qué me dice a mí que no lo volverá a hacer?

Que esté herido no ayuda mucho, ahora me doy cuenta de que, además de sentirlo por dentro, el enojo se puede proyectar físicamente. Siento que la mordida me duele más ahora, soy incapaz de encargarme de mi vida estando vulnerable.

Fue así como sucedió:

Después de marcharme del apartamento de Lúa, me había puesto en contacto con el pequeño grupo de lobos que seguía al Alfa. El llamado fue uno de los más intensos que habíamos escuchado, lo que indicaba que algo malo estaba pasando, y en efecto, así era.

El maldito de Raviv se había aprovechado de la ausencia de los alfas para irrumpir en nuestro territorio y llevarse a mi hermana. El primer deseo que sentí cuando me enteré de eso, fue de agarrar al hombre y matarlo con mis propias manos; si nosotros estábamos enojados, no había que decir mucho del Alfa. Definitivamente, cumpliría su promesa.

Fui el primero en notar que estábamos corriendo hacia lo que parecía una trampa. Recuerdo haber visto como un lobo enemigo, saltó de no sé dónde para, en un movimiento temerario, atacar a papá. Sin pensarlo dos veces me interpuse en medio de ambos y aquí estoy, con la mordida de un maldito en el hombro.

El Alfa y los otros lograron quitarse los enemigos de encima en lo que yo peleaba con aquel infeliz; casi me arranca el hombro.

«Mira como no me equivoqué, mis malos presentimientos nunca fallan».

—Ump— tengo tanto que reflexionar. Me siento mal por tratarla así, ¿pero cómo podía hablarle si no era capaz de controlar el enojo que sentía? Estábamos hablando de Ra, mi Ra.

Notar la presencia de alguien llamó mi atención. Onil, en su forma lobuna, se acercó a mí, y ya dentro del sitio, acogió forma humana.

Debería darle las gracias. Él estaba con Rem y Arissa, cuando escuchó el llamado de Ra. Mientras que siguieron el aúllo, la chica vino a avisarnos lo que ocurría, y ahí fue cuando supe que Lúa, junto con el niño, se había metido en problemas. Quise levantarme e ir yo mismo a buscarlos; sin embargo, me convencieron de que yo no podría hacer mucho estando allá.

—¿Qué quieres?— sí, por más que tuviera pendiente agradecerle, ahora no era el momento —No quiero hablar con nadie— desvío el rostro para el lado opuesto.

—Vi necesario hablar contigo— se va poniendo el pantalón que trajo en el hocico —Es sobre esa mujer, Lúa.

¿Qué?

Soy la mamá de un niño lobo, ¿y ahora qué sigue?Where stories live. Discover now