Capitulo 11 - Hasta que Cumpla Diez (3)

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Luna y Jin tenían una diferencia de edad de 19 años, lo que no es de extrañar, ya que son el primer y el último hijo de Cyron y Rosa, respectivamente.

Con una diferencia de edad tan grande, hay muchos casos en los que el hermano mayor adora al menor... Pero ese no era el caso de Jin en su primera vida.

Por eso, con la repentina visita de Luna, Jin sintió más pánico que alegría.

«Esto es algo preocupante. ¿Mi hermana mayor ha mostrado alguna vez interés por nuestros otros hermanos?»

A pesar de rebuscar en sus recuerdos, Jin no podía recordar un hecho similar en el pasado.

El apodo con el que el público llamaba a Luna era el de "Ballena Blanca".

Era distante y difícil de contactar, como la "Ballena Blanca" de los mitos. Y como solo había una ballena blanca en el mundo, el apodo también reflejaba sus tendencias antisociales.

—¡Saludos a la dama mayor!—.

—¡Saludos a la dama mayor!—

Todos los caballeros reunidos para el cumpleaños de Jin salieron corriendo y gritaron al unísono.

Aunque aún no había entrado en el castillo, los sirvientes del comedor también empezaron a hacer reverencias por adelantado.

—Bajemos a recibir a mi hermana, nana—.

Gilly se quedó boquiabierta y con la mirada perdida. Tener la oportunidad de conocer a la hija mayor del clan era algo raro, pero a la vez extremadamente enervante.

—Ah, sí, Joven Amo—.

Jin y Luna se encontraron cara a cara en la sala central. Era la primera vez que el niño veía a su hermana mayor desde el Ritual de Selección.

Pelo plateado deslumbrante, piel de porcelana y... Unos ojos profundos que parecían atravesar todo lo que observaban.

La profunda mirada de Luna contenía una inexplicable sensación de peligro y amenaza. Eran los ojos de alguien que había matado a una infinidad de poderosos guerreros de todo el mundo mientras se acercaba lentamente al reino de un emperador de la espada.

Cuando establecieron contacto visual, el corazón de Jin empezó a latir furiosamente.

«Así que esta es la mirada de alguien que está cerca de ser la más fuerte del mundo...»

Sin embargo, Jin no tenía tiempo para admirarla eternamente. No podía dejar de lado la posibilidad de que ella hubiera venido hasta aquí porque de alguna manera había percibido el despertar de Murakan.

Si ese era el caso, Jin tenía que idear una solución para su problema.

Mientras se revolvía los sesos, Luna apaciguó a los caballeros que los rodeaban hablando primero.

—Has crecido mucho—.

Una voz fría y seca. No era un tono adecuado para dirigirse a un hermano que no había visto en ocho años.

Sin embargo, Jin percibió una leve cantidad de benevolencia dentro de esa voz seca. No obstante, era demasiado pronto para que bajara la guardia.

—Gracias por venir hasta aquí. Habríamos preparado un banquete mucho más adecuado si nos hubieras avisado con antelación, hermana mayor—.

—Eso es tierno. Pero no hay necesidad de tanta hospitalidad cuando simplemente estoy visitando a mi hermano menor—.

Contestó Luna mientras acariciaba la cabeza de su hermano.

Pensar que su hermana mayor –con la que apenas había hablado en su vida anterior– le daba palmaditas... Jin no podía entender qué estaba pasando.

EL HIJO MENOR DEL MAESTRO DE LA ESPADAWhere stories live. Discover now