El chico del apartamento 512 •||| YeonBin |||

Episodio 9.

—¿Estás bien, Yeonjun hyung? —Soobin ladeó su cabeza mirando preocupado al aludido el cual seguía con la mirada fija en la cancha de fútbol mientras hacía su mayor esfuerzo de ignorar la presencia del menor— ... sé que siempre hago cosas que te molestan y que siempre te ando preocupando haciendo que gastes tus energías cuidándome pero que recuerde no estabas así de molesto conmigo ayer, ¿Hice algo para que ahora me ignores, hyung?

—... tú no hiciste nada, solo quería pasar un tiempo a solas —contestó sin más negándose a ver al contrario.

Soobin abrió sus labios con la intención de seguir indagando sobre el desánimo del chico a su costado pero pensó que si seguía haciendo preguntas quizá terminaría irritando más al mayor así que prefirió cambiar el tema por el momento y quizá en otro lugar cuando las circunstancias fueran más favorables de nuevo le sacaría el tema que realmente le interesaba saber.

—Te estuve buscando, creí que no te encontraría pero afortunadamente me dijeron que te vieron por estos lados; quería traerte esto, mi mamá lo preparó para ti hyung, dijo que te lo diera en agradecimiento por haberme cuidado ayer y por acompañarme hasta mi apartamento —frunciendo sus labios en una línea recta aún algo incómodo entregó un tupper que tenía tres compartimentos los cuales estaban repletos de la deliciosa comida que había preparado la madre del pelinegro.

—Gracias —habló honesto recibiendo aquel objeto— aunque sabes que lo que hice no lo hice con la finalidad de obtener algo a cambio, ¿Cierto?

—Lo sé hyung pero mi mamá así es, siempre dice que si alguien hace algo bueno por mí entonces debo hacer una buena obra para esa persona —sonrió mientras su mirada se perdía en las nubes grises que se acercaban.

—Bueno entonces me aseguraré de hacer alguna buena obra para tu mamá —soltó una pequeña risa más animado sorprendiendo al menor que regresó a verlo con una mueca en rostro difícil de leer.

—¡No lo decía por eso! Tú no le debes nada a ella, ella te pagó por lo que hiciste conmigo... te lo acabo de explicar~ —se quejó en un puchero frunciendo su entrecejo, gesto que se vió muy tierno desde la perspectiva del mayor.

—Lo sé lo sé, solo bromeaba Soobinnie —siguió riendo mientras limpiaba una pequeña lágrima que amenazaba con caer por su mejilla.

Soobin se le quedó viendo con una mirada de asombro llamando la atención de Yeonjun que no comprendió a qué se debía aquella mirada del pelinegro.

—¿Y ahora porqué me ves así? —inquirió con una expresión divertida.

—Por la forma en la que me llamaste... ¡Nunca antes me habías llamado así, Yeonjun hyung!

En ese momento todo se conectó en la mente del mayor mientras se daba una bofetada mental por no controlar bien sus palabras, ¿Qué fue eso de “Soobinnie”? Se suponía que estaba molesto hace cinco minutos, estaba sientiendo que su mundo se caía en pedazos y que no había nada que pudiera hacer, ¿Entonces porqué ahora estaba tan feliz como lombriz que incluso se le había salido de los labios aquel apodo?

Sintió que se estaba comenzando a volver loco y que por eso ya no podía controlar ni su actuar ni sus emociones.

—E-eso fue... no fue mi intención llamarte así, solo... se me escapó y ya, no lo volveré a hacer —apartó la mirada nervioso mientras se ponía de pie comenzando a huir del contrario bajando de las gradas a grandes pasos para marcharse de ahí, claramente el contrario le siguió.

—¡Hazlo de nuevo! ¡Una vez más! ¿Sí? Nunca antes me habías llamado así~

—Eso es porque te digo que no fue intencional, yo ni siquiera les pongo apodos a mis amigos así que no pidas que te lo vuelva a decir... ¡D-deja de seguirme! —amenazó sin girarse a ver al contrario odiando el hecho de tartamudear al hablar, sabía que si se detenía por un instante el menor vería el tonto rubor que ahora acaloraba sus mejillas y orejas.