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Las luces del escenario se encendieron y la playlist comenzó a reproducirse, los trabajadores vestidos y adornados con telas preciosas, brillos y cristales, desfilaron por la mini pasarela que se había armado para incentivar las reservaciones en el burdel.

Un show de gala en el que se invirtió tiempo y mucho dinero, cada uno de los chicos y chicas fueron asesorados con respecto a su imagen, color de cabello, maquillaje, peinado y vestimenta. Tan radiantes que parecían no pertenecer a ese mundo.

Estaban emocionados, durante la semana experimentaron una dieta muy equilibrada para que su piel ese día brille como los diamantes y joyas que llevaban aquellos hombres y mujeres dispuestos a pagar por un momento de pasión con ellos.

En evento fue un éxito, recaudaron mucho dinero solamente con las bebidas y cócteles que pedía el público en el salón, a partir de las doce comenzaba la verdadera guerra por reservar los cuerpos más hermosos, mientras tanto disfrutaban de los talentos de los chicos y chicas que preparaban números para impresionarlos.

Un ejemplo claro era Ji eun, una mujer hermosa con voz de ensueño que tenía las reservas copadas para toda la noche, incluso antes de iniciar la hora de peticiones y reservas.

Eart, con sus veinte años recién cumplidos, uno de los nuevos ingresos a la zona de mayoría de edad, parecía haber encantado a muchos hombres con el traje de perlas moldeado precisamente para su figura, que le fue entregado exclusivamente en persona por el diseñador de los vestuarios.

Su nacionalidad influía mucho en aquellos clientes que preferían variar un poco.

Todo un éxito que significaría muchísimo dinero para JoonSuk, aunque no podría explotarlo demasiado esta vez, dado que era su primer día. Eso significaba que sería subastado al mejor postor y luego de ello tendría que esperar una semana completa para volver a ofrecer sus servicios con regularidad, norma de acoplamiento al trabajo sexual.

Taehyung cambió su cabello a azul según recomendación del estilista y le quedaba magnífico, pero lloró durante todo el día porque no le convencía el cambio tan drástico, por lo que tuvo que usar hielo para bajar un poco la hinchazón y mucho corrector.

—¿Estás seguro de que me veo bien?—preguntó por enésima vez.—Yo pienso que cometí un error en aceptar.

—¡Demonios, cállate!—exclamó el mayor.—Te ves malditamente fantástico, tanto que pensé seriamente en pintarlo igual que tú y ser un par de pitufos juntos, pero eso solo evitaría que nos distingan y pasaríamos desapercibidos.

—¿Entonces, parezco pitufo?

—Si lloras voy a golpearte la cara.—advirtió notando como este aspiraba con fuerza reteniendo sus lágrimas.— Eres precioso, Tae. Tanto que si te pones un apestoso bote de basura en la cabeza, se convierte en una pieza de arte.

El menor corrió a abrazarlo fascinado por sus palabras de apoyo.

—Te quiero, proponme matrimonio o me haré viejo esperándote.—bromeó haciendo que su amigo riera divertido.

—Me temo que dos pasivos no funcionan en la cama.—Reflexionando un poco, no era del todo pasivo, pero no deseaba contárselo a Taehyung porque se había vuelto un poco sensible a todo lo que tuviese que ver con Jungkook.

—Buen punto, somos completamente inútiles.—comentó el peli azul sacándole de su burbuja.—Dime, ¿te gusta tu nuevo color de cabello?—preguntó acercándose a él.

—Este rubio es un par de tonalidades más altas que el que siempre llevé, me gusta.—confesó acomodando su cabello hacia atrás, escuchando el regaño de la estilista de fondo.—Debería usar un tono rojizo en los labios para resaltar un poco esta cara pálida.

Los ojos de la maquillista brillaron al escuchar que tomaría el reto de aplicarse colores fuertes, regularmente los chicos no tomaban como opción labial ni sombras oscuras porque no se sentían cómodos de esa manera.

—¿Qué es lo que desea probar?—pregunto la mujer.

—Una tinta de labios intensa, quiero que lo difumines alrededor. Lo demás podemos dejarlo a tu criterio, pero mi cara debe ser espectacular porque mi cuenta está disminuyendo día con día.

Taehyung río divertido al recordar a Jimin llorando, enojado o lleno de incertidumbre porque se había dado cuenta de su enamoramiento y se negaba a reconocer que la mitad de su cerebro ya no funcionaba como de costumbre.

Aun así, sentía lástima por su amigo porque entre todo su dolor tomó la decisión de olvidarse de Jungkook al punto de invertir los papeles.

Ahora él no respondía sus mensajes. Después de que supuestamente el pelinegro lo estuviese ignorando, recibió una llamada de disculpas argumentando que tuvo que trabajar doble durante toda la semana porque se había enfermado y no estuvo trabajando unos días, los cuales causaron pérdida de un par de clientes y que el dinero para comer se vaya en medicamentos.

Jimin lo entendió, él sabía que decía la verdad, pero tomó el incidente como una excusa propia para evitarlo.

No preguntó cómo se sentía, de que se había enfermado ni mucho menos. Se mordió la lengua y aguantó bien hasta que fue la hora de despedirse, prometiendo conversar a menudo, aunque definitivamente no lo cumpliría.

Llamadas perdidas, notificaciones de mensajes esperando ser leídos y unas cuantas respuestas sin gracia ni un poco esmero en prestar atención a lo que le había escrito.

Claramente, lo hacía, leía muchas veces cada mensaje e imaginaba conversaciones agradables y textos acaramelados, pero ahí estaba su gran amigo, Taehyung, para recordarle su misión.

Llevaba varios días sin contestar un solo mensaje y ya cumpliría un mes de haber vuelto al burdel.

Debía obtener clientes, su estatus bajaría y solo tendría más problemas.

—¿Puedes hacerme un delineado color café?—preguntó Taehyung a una de las maquillistas y ella acudió a él rápidamente.—Quiero alargar un poco mis ojos y darle un poco de color a mis labios. Si deseas puedes aplicar algunos glitters.

—Confía en mí, seguramente amarás el resultado.—comentó la mujer con emoción.

—Son bastante intensas.—bromeo Jimin mientras le preparaban la piel.

—Realmente estamos emocionadas de trabajar con ustedes. Sé que han contratado a otros grupos de maquillistas y estilistas porque son muchas personas, pero el simple hecho de elegirnos precisamente para trabajar con ustedes, es fascinante. Me aseguraré de documentarlo en mi currículum.—afirmó aplicando una crema hidratante en sus mejillas para pasar a esparcirla por todo su rostro.

Finalmente, Jimin quedó sorprendido con el trabajo de las chicas. Su piel se veía perfecta, un acabado muy natural y fresco, los labios resaltaban justo como lo pidió y sus ojos llevaba un delineado delgado color lila afelpado y otro más con gemas circulares adhesivas que marcaban el ángulo de sus ojos perfectamente en una fila que iniciaba en el lagrimal y llegaba al otro extremo pasando por encima del párpado móvil, formando un triángulo que terminaba juntándose con el final de las pestañas.

—¡No!—exclamó Taehyung observando los tonos que le brindaba como opciones la mujer.—Ese glitter parece escarcha, es muy feo. Quiero el blanco que cambia de color, ese glitter grueso en gel.—señaló y ella tomó lo que pidió para comenzar a aplicárselo.

Tan pronto como les entregaron sus vestuarios, se los colocaron con ayuda de unos cuantos estudiantes, nombre que obtenían todos aquellos que aún no cumplían su mayoría de edad y que tenían clases cada día para aprender todo lo que necesitaran antes de serlo.

—Se ve precioso, Jimin.—halagó uno de ellos.

—Supongo que es el maquillaje.—contestó él, ahora rubio, fingiendo humildad.

—Creo que con usted no cae la modestia.

Todos rieron y asistieron corroborando lo dicho por el menor.

A las 11 p.m. tendrían que salir todos los chicos y chicas con las más altas tarifas, faltaba una hora y se sentía impaciente por probarse a sí mismo que podría olvidarse de Jungkook muy pronto.

Que tu cama sea mi hogarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora