Pablo Gavi
- Hacemos lo de siempre, ¿no?- preguntó Busi sacando su cartera.
- La duda ofende, venga, tarjetas afuera- Geri tiró su tarjeta de crédito al centro de la mesa.
- ¿A qué se refieren?- me susurró Alaska.
- Siempre que salimos a cenar hacemos una especie de juego, dejamos todas las tarjetas en el centro de la mesa y el camarero es el que tiene que decidir que tarjeta va a pagar- le expliqué
- ¿Os acordáis de lo de Pedri?- y después de decir eso, Ferrán se empezó a reír.
- Oh vamos Ferrán, ¡supéralo ya!- Pedri puso su tarjeta en el centro de la mesa.
- ¿Lo de Pedri?
- Un dia cuando vinimos a cenar y Pedri era uno de los nuevos jugadores. Al ser nuevo como comprenderás, era el más mal pagado ya que era nuevo y pues hicimos este juego y a que no sabes que- le empezó a contar Busi a Alaska.
- La tarjeta que eligió el camarero fue la mia, ya lo he contado, ¿contentos?
Todos los de la mesa nos empezamos a reír por la cara de pocos amigos que puso el canario.
- Al final la cena fue de unos 50.000€ y yo me ofrecí a pagarla ya que Pedri no tenía- dijo Geri mientras se terminaba de comer una galleta.
- Oye- llamé a Alaska- ¿te quieres quedar a dormir en mi casa?
- Gavi tio- Sergiño me tiró un trozo de pan- que todavía sois muy jóvenes para eso- y todos se empezaron a reír.
- Sabéis que en mi casa hay una habitación de invitados, ¿no?- dije mientras sacaba mi tarjeta de crédito, ya que era la única que faltaba.
- ¿En serio vas a hacer dormir a la chiquilla en la habitación de invitados siendo tú el novio?- ahora habló Busi, riéndose.
- Hermano os podéis ir todos un poquito a la mierda- dije y se volvieron a reír.
- Oye Alaska- me llamó Macarena, la hermana de Eric, ya que ella también vino a cenar- no te preocupes, siempre son así. Son unos hijos de puta pero en verdad se les quiere- Eric le dio un golpe flojito a su hermana en el hombro.
- Habla bien, anda.- y Maca rodó los ojos.
- Oye,- me llamó Alaska- a tu pregunta de antes, sí.
- Atentos que llega el momento- nos avisó Nico.
Vimos como el camarero estaba viniendo con a la cuenta en su mano, como era el que siempre nos atendía, cuando llegó no hizo falta explicarle nada ya que sabía que hacer.
- Son 41.563,87€- dijo mirando su cuenta- lo mismo de siempre, ¿verdad?
- Que clase de tradición sería esta si no lo hiciéramos hoy, Alex- dijo Marc.
Estaba mirando todas las tarjetas hasta que por fin cogió una. La que cogió era roja con letras doradas y del banco Santander.
- ¿De quién es esta?- preguntó levantándola.
- Joder, me cago en la puta- dijo Araujo- es mia.
- Hostia, vas a pagar como tres dacias sanderos tío- Eric se burló.
- Anda mira, pero si no sabía que estábamos cenando con Fermin Trujillo- Eric le lanzó un trozo de pan a Pedri.
- Si es tan amable- le dijo el camarero a Ronald- ¿puedes poner el pin?
- Claro.- puso el pin y después de unos segundos salió la factura.
[•••]
- ¡Portaos bien!- nos gritó Pedri cuando salimos del coche.
- No grites tío- le dije- que es la una y media, hay gente que duerme- mi amigo solo rodó los ojos.
- Adiós mis niños, papá os quiere- Pedri nos lanzó besos volados y después de eso se fue.
- En estos meses que conozco a Pedri, cada vez me doy más cuenta de que no es normal- habló mi hermana llegando a la puerta de nuestra casa.
Saqué las llaves de mi casa y se las di a mi hermana para que abriera la puerta. Al ver que Alaska estaba muy callada, le pasé el brazo por encima del hombro y comencé a hablarle.
- ¿Estás bien?- ella asintió.
- Sí, solo que tengo frío.
- Es normal, estamos en diciembre- yo reí.- tranquila que ahora te doy un pijama con el que no te de frío, ¿vale?- ella asintió.
Paola abrió la puerta y Alaska y yo subimos a mi habitación. Ya allí, ella seguía con mi chaqueta porque seguía teniendo frío. Saqué del armario un pantalón y una camiseta de pijama y se lo di.
- Allí está el baño- le señalé una puerta- puedes ir a cambiarte allí si quieres.
- Vale- me dio una sonrisa y se fue al baño.
Mientras que Alaska estaba en el baño yo cogí un pantalón largo de pijama y me lo puse. No me puse ninguna camiseta porque así es como suelo dormir la verdad.
Alaska salió del baño con su ropa en la mano y le dije que me la diera, me hizo caso y la guardé en mi armario.
- Ahí está la chaqueta que me dejaste antes.
- Si quieres te la puedes quedar- dije sentándome en mi cama.- ¿vamos a dormir?- ella asintió.
Me acosté y ella imitó mi acción. Como hacía algo de frío, nos tapamos con la manta.
- Buenas noches- le dije.
- Hasta mañana.
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superstar | pablo gavi.
Short StoryDurante toda su vida, Alaska Sikora ha soñado con ser una actriz reconocida en el cine, por lo que desde que emigró a España desde Polonia, con tan solo 15 años, comenzó a ir a todos los castings que veía. Un año después, cuando recién cumple 17 le...