CAPÍTULO XXXVI (UNA RAZÓN PARA CONTINUAR)

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Jack, Olivia y yo nos apresuramos en llegar al hospital. Mi única preocupación en ese momento era la posibilidad de finalmente disculparme con Noah, y la esperanza de que se hubiera despertado, listo para retomar su vida y encaminarse hacia el prometedor futuro que le aguardaba. Al llegar, nos encontramos con Kate en la entrada, su rostro mostraba ansiedad y desesperación.

—¿Cómo está? —preguntó mi tía cuando nos acercamos más.

—Antes de que entren necesito hablar con ustedes. —Kate parecía nerviosa, y eso me inquietó.

—¿Noah está bien? —pregunté, y ella soltó un suspiro.

—Como ya saben, cuando Noah cayó, se golpeó la cabeza. Eso resultó en una lesión cerebral traumática que afectó sus funciones cerebrales. Noah despertó con amnesia. —Las palabras de Kate me dejaron en estado de shock; Noah no recordaba nada, y explicarle todo sería una tarea difícil.

—Mierda —murmuró Jack.

—Auden, no puedes decirle nada de lo que pasó —pidió Kate, y me la miré con una expresión desconcertada.

—Noah tiene que saberlo, Kate. Necesito disculparme con él —susurré sin perder la firmeza en mi voz.

—Auden, conozco a mi hijo mejor que a nadie. Créeme cuando te digo que él no te perdonará, y lo último que necesito es que Noah viva enojado con la vida, odiando aún más a Eddie —farfulló.

—¿Y qué le diré cuando me pregunte lo que pasó? —cuestioné, aún dudando sobre si seguir con este engaño.

—Sobre eso, lo último que recuerda es la Navidad del año pasado, así que para él, tú no existes, Auden. Ya le mencioné un poco sobre ti; le dije que eran buenos amigos y que tú salías con Eddie. Él no sabe nada de lo que sucedió entre ustedes. Le dirás que una noche estaban nadando y que a él se le ocurrió la idea de saltar del acantilado y te retó a hacerlo con él. Subieron y se lanzaron juntos, pero él se golpeó la cabeza y quedó inconsciente —explicó la mentira que había construido. Me sorprendió lo rápido con que me lo dijo, casi como si ya lo hubiera estado pensando durante mucho tiempo.

—Cariño, debes hacer lo que te pide Kate —ordenó Olivia detrás de mí.

—Está bien —accedí, aunque no estaba completamente segura de todo esto.

—Gracias.

Entramos en la habitación de Noah. Él estaba sentado en la camilla, mirando hacia la ventana.

—Noah, vinieron a verte —anunció Kate, y el rubio giró su cabeza de inmediato en nuestra dirección.

—Hola Noah —saludó Jack, y se saludaron chocando los puños. Noah sonrió ampliamente al ver a su amigo.

—Hola —saludó el rubio. Volver a escuchar su voz era maravilloso.

—¿Cómo te sientes? —le preguntó Jack.

—Me duele demasiado la cabeza —se quejó Noah.

—Noah, ella es Auden —me señaló Kate.

—La famosa Auden —murmuró el rubio y esbozó una sonrisa.

—Hola Noah —saludé. Me acerqué a él y tomé su mano.

—No recuerdo nada —dijo encogiendo los hombros.

—Lo sé, pero en verdad somos muy buenos amigos —aseguré. No podía dejar de sonreír; volver a hablar con Noah me hacía sentir mucho mejor.

—Mi madre me puso al tanto —dijo y desvió la mirada hacia su madre.

Mi verano en Australia [YA EN FÍSICO]Where stories live. Discover now