CAPÍTULO XIX (CELOSA)

1.2K 111 57
                                    


El inicio del año había resultado excepcional. Compartir mis días con Eddie era simplemente maravilloso. Cada vez que terminaba mi turno en la tienda, él pasaba por mí y nos dirigíamos a la casita detrás del centro comercial. Pasábamos horas juntos, inmersos en nuestra propia burbuja. Escuchábamos música, hablábamos, nos besábamos y, a veces, simplemente nos quedábamos dormidos abrazados. También había tenido la oportunidad de pasar tiempo con los chicos de la banda durante estas semanas. Eran personas agradables y divertidas, y me llevaba muy bien con todos. Jess siempre me expresaba su alegría por Eddie y me decía que nunca lo había visto tan feliz como ahora, asegurándome que yo era quien sacaba lo mejor de él.


Olivia seguía manteniéndose distante, apenas me hablaba, y solo me notificaba cuando la cena estaba lista. Era una situación triste, pero al menos tenía a Diane a mi lado, apoyándome en todo momento. Ella se encargaba de inventar las mejores excusas para evitar que Noah sospechara algo.

Ayer, Eddie me había enseñado una nueva canción en la que estaba trabajando. No quería sonar narcisista, pero estaba convencida de que la canción era para mí. La primera estrofa hablaba sobre una chica de cabello negro que había llegado a su vida en una noche de verano, y sabía que esa chica era yo. Sin embargo, prefería esperar a que Eddie me lo confirmara en algún momento.

Noah me llamaba todos los días y me enviaba fotos de lo que hacía. La semana pasada, en realidad, me facilitó las cosas al estar fuera en unas conferencias sobre surf en Sydney. Eso nos permitió a Eddie y a mí pasar más tiempo juntos. Aun así, la culpa seguía acechándome constantemente. Sabía que estaba haciendo las cosas mal. Incluso Eren, a quien le había confiado mi dilema, se había enfadado conmigo por ello. Lamentaba haber compartido mis problemas con él, pero en su momento pensé que podría darme un buen consejo sobre cómo enfrentar la situación con Noah. Desafortunadamente, eso no ocurrió. En lugar de ello, Eren me reprendió y me hizo ver todos los errores que estaba cometiendo. Lo peor era que tenía razón. Sin embargo, mi amor por Eddie era más fuerte que cualquier consejo o crítica. Tenía la certeza de que cada día que pasábamos juntos, mi amor por él crecía aún más. Me enamoraba de su sonrisa, de su desordenado cabello, de sus ojos marrones perfectos y tiernos, de las comisuras de sus labios y de cómo tartamudeaba cuando estaba nervioso, de sus bromas tontas y sus chistes malos.

Me enamoraba de cada parte de él. Una vez, Olivia me dijo que el amor se trataba de aceptar tanto las virtudes como los defectos de alguien. Ahora, finalmente, comprendía lo que eso significaba, porque Eddie era imperfectamente perfecto. 

Diane me advirtió que estaba en la fase de las "semanas dulces", donde todo era amor, amor y más amor. Sin embargo, me recordó que eventualmente vendrían las peleas innecesarias. Aunque siendo sincera, no me imaginaba peleando con él. La única vez que le hablé bruscamente fue hace tres días cuando se escondió detrás de la puerta y me asustó, provocando que derramara Coca-Cola sobre mí. Pero luego se disculpó y me dio su camisa. Fue tan tierno y amable. No podía visualizarnos en una mala situación. En este momento, todo era perfecto entre él y yo. ABSOLUTAMENTE perfecto.

A excepción de momentos como este, cuando estoy en el auto de Noah, debo admitir que disfruto mucho de su compañía. Noah es divertido y simpático, y aunque lo paso bien con él, no lo hago de la manera en que se supone que debería ser en una relación romántica. En este momento, solo puedo verlo como un gran amigo, un gran amigo al que ocasionalmente debo besar porque estamos en una relación. Una relación que no deseo, una relación que preferiría que fuera simplemente de amigos, de muy buenos amigos.Por primera vez, Noah ha acertado en uno de mis gustos musicales. La canción «People Help the People» de Birdy suena en el auto. Observo por la ventana la noche estrellada mientras Noah conduce con una mano y con la otra toma la mía. Estamos en camino a casa de Jack, como es costumbre cada fin de semana Jack suele dar una fiesta, y siempre me pregunto dónde estarán sus padres. Lleva una vida de lujos y fiestas cada fin de semana, como si sus padres no existieran.

Mi verano en Australia [YA EN FÍSICO]Where stories live. Discover now