Capitulo 34

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Cuando llegamos al lugar donde ocultaron el libro, hablo con una de las pertenecientes de ese lugar llamada María.

- Mucho gusto – dice ella luciendo un atuendo de seda, su cabello esta suelto y muy bien arreglado, se le nota su aura una muy pura, pero con rasgos luchadores – el libro estará a salvo lo prometo – dice ella dándome confianza.

- Oye de verdad gracias, pero estoy aquí por otra cosa – le digo muy sincera – hay una organización llamada YUPI esta infiltrada entre los masones y quieren destruir el libro – le digo muy preocupada.

- Entiendo... YUPI siempre ha querido corromper las escuelas, pero no tenemos que permitirlo así que si te tranquiliza nosotros los ayudaremos a terminar el trabajo – dice ella muy dulce.

- No es sencillo – le digo mientras me siento en uno de los asientos del patio que tienen.

- Lo entiendo... - dice ella muy franca – yo también viví una prueba dura cuando entre aquí... me enfrente a una amenaza contra nosotros, pero aquí nos ves aun que no lo creas hemos afrontado luchas bastantes grandes en donde no creerías que hubo – me dijo ella alentándome.

- Así – dije yo restándole importancia a aquellas hazañas que posiblemente pueden ser importantes – el punto es que YUPI es muy grande para mi... - digo mientras entierro entre mis manos mi cara, me siento frustrada las emociones son topadas al mil.

- Si no supiera por lo que estas pasando no te ofrecería ayuda – me dice María mientras me pasa papel pensando que estoy llorando.

- Quisiera que mi padre y mi hermano fueran buenos ... - digo con pesar.

Ella me da unas palmaditas en la espalda y yo volteo a verla.

- A veces piensas que estas sola por que toda tu familia se te ha volteado pero la realidad es que ellos solo son un porcentaje de toda la gente que hay a tu rededor créeme, yo también pase por eso – me dice ella tratándome de alentar.

- Eres muy mala alentando a otros, pero gracias – le digo muy sincera.

- Si no soy la mejor... Pedro si lo era – dice ella con cierta nostalgia.

- ¿Pedro? – pregunto con curiosidad.

- Él es mi novio, pero ahora está lejos... - dice ella con cierta melancolía.

- ¿Está muerto? – pregunto asombrada.

- No... es solo que esta internado en el hospital ahora – dice ella tratando de contener las lágrimas.

Yo le paso el papel que ella me había dado para que ella se limpie las lagrimas y luego de eso me observa me dedica una sonrisa.

- Eres fuerte – dice ella muy segura – de seguro consigues pasar esto sin tanto problema – me dice ella muy segura – ahora vuelvo te traeré algo que te servirá para YUPI – dice ella mientras se levantaba. Mientras ella estaba buscando algo para mí, yo miraba el lugar era bastante tranquilo me cuesta creer siendo sincera algo como que estuviesen en contra de esta escuela, que hasta ayer me entere de su existencia al parecer aquí mi mamá estuvo, pero son excesivamente discretos...

EL chico fantasma se sienta a mi lado, siempre me da ganas de golpearle la cara, pero sé que es difícil ya que contenerme viendo la cara de Romeo lo hace peor, entonces si lo golpeo en la nariz porque es excesivamente merecedor de ello.

- Hasta cuando me vas golpear – refuta el chico fantasma.

- Hasta que te perdone, pero sabes que eso es casi imposible – le digo molesta mientras me levanto.

- Lo lamento estuvo mal haberte secuestrado, pobre Gustavo... - dice el tratando de sonar sincero, pero me cuesta creerle en realidad, extraño a Romeo simplemente me fastidiaba o era a veces dulce pero no era perverso.

En eso llega María con una capa blanca, una caja algo alargada y café tenía curiosidad de saber que había allí.

- Eres un infeliz Mufasa – dice María mientras esta hacia algo para separar el fantasma del cuerpo.

Al principio el fantasma se mantuvo dentro de Romeo, pero después de un rato vi como María hacia algo como un hechizo o algo así que provoco la separación vi como hicieron ello sin embargo Romeo estaba desmayado tirado en el suelo.

- El pertenece a YUPI – le indico a María.

- De acuerdo, yo me encargo de él – dijo ella mientras me dejaba las cosas en la banca donde estaba sentada el cual era de cemento, mientras ella se llevaba a Romeo con esfuerzos no quise ayudarla por temor a que despertara y me observara.

Mire el lugar bien iluminado era excesivamente cálido por los colores que irradiaban en el lugar eran amarillos, café y naranja, dicen que quienes son inteligentes pero creativos tienden a usar mas el color naranja según la psicología del color.

Me percate de lo que me había dejado era una capa, un antifaz y una espada, pero no cualquier espada esta es real, tenía filo brillaba con la luz del sol, observe eso con mucho asombro era impresionante ver algo como ello sin embargo alguien tenía que sacarme de este trance.

- Así que este es tu mundo – dijo entre que suspiro y asombro.

- Unai debemos salvar a la gente de algo como YUPI y aquí están dispuestos a ayudarnos – le digo mientras levanto la espada con mucha dificultad.

- De acuerdo mosquetera – dice Unai entre burla y dándome la razón, como siempre digo Unai es alguien que puedo confiar, pero no siempre va decir lo que a mi me gustaría que digiera en realidad.

- Que te dije de ponerme apodos – le dije molesta.

- Dime que ya se me olvido – dice el sarcástico.

Me saca de quicio que me digan apodos, aquí les digo el contexto de esto, resulta que desde que somos pequeños el se le ha dado muy bien el hecho de poner apodos con cualquier cosa, una vez me puso ornamento y esa vez si me enoje.

Resulta que era algo bonito pero que solo para eso servía, sin embargo, yo lo tome muy mal y sí le pegue una gritada y si lo volvía hacerlo se las viera conmigo así que no me agrada nada que haya decidido llamarme así menos con una espada.

- Una espada si que tengo en mis manos así que te recomiendo que te retractes – le digo muy sería y apuntándole.

- ¿Problemas en el paraíso? – Entonces el tercero en discordia hace unaentrada triunfal. 

Pídeselo a AlmudenaWhere stories live. Discover now