Capitulo 8

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- Pero hay más el medico me dijo que ha visto eso antes ese especie de milagros, pero solo con una persona – me dice él mientras busca en su pantalón de lona algo.

- ¿espera milagros? – le digo totalmente sorprendida.

- Si milagros – dice al mismo tiempo que me entrega la tarjeta del médico.

- ¿Frausto? – digo totalmente sorprendida me limito a seguir leyendo – Traumatólogo, especialista en parapsicología – luego de leerlo me quedo en un silencio unos segundo y le devuelvo la tarjeta.

- Además, me dijo el médico que a ese Frausto le ha pasado cosas impresionantes, como una vez estaba en un banco con él y había un asaltante y que por alguna extraña razón el vio como esos atacantes no asaltaron vieron el banco y en un par de segundo desaparecieron – me dice el como si te tratara de un cuento de ficción – es algo increíble – dice el recostándose en la cama.

- Vaya – digo mientras observo mis manos con asombro – creo que tendré que hacerle una visita a este médico – digo mientras reviso en mi celular las redes y noto que han votado mis compañeros por jugar ahorcado.

- Así que delegada de tu grado – me dice Romeo sacándome de mi agobio.

Suspiro derrotada para luego verlo y dedicarle una sonrisa y asintiendo algo cansada.

- La verdad es que no quería serlo bueno al menos ya no... - me tomo una bocanada de aire para seguir – pero como nadie quiere pues a mí me tocó serlo – le digo con una sonrisa derrotada.

- Quien te ve – me dice el sorprendido.

- ¿Por qué dices eso? – le digo tratando de sonar divertida, mientras cierro las aplicaciones y mi celular.

- Eres una excelente patinadora eres bastante ruda y cumples con las promesas no entiendo porque te toman como última elección – me dice el sorprendido y realmente suena sincero.

- Si, pero eso no es lo que agrada en mi instituto y no soy así siempre – le digo algo cansada y algo deprimida. – además a ti tampoco te caigo bien que digamos. – le digo muy sincera.

- Pues tenía otra imagen de ti – me dice el serio – yo pensaba que eras de esas chicas que le cae bien a todo el mundo, de esas como divas, pero amiguera por todos lados y quería ser tu excepción porque no me agrada la gente que aparentabas ser – me dice el muy sincero.

Realmente me sorprende como me tiene el visto, no sé si en otras circunstancias me diría eso, pero sin duda es algo que lo tendré en mi mente un buen rato.

- Pues mira no soy más que otra chica del montón que no tiene amigos, que el mundo atacá sin si quiera pensarlo y está envuelta en embrollos como estos – hago una pausa – surrealistas – enfatizo y veo directamente a los ojos a Romeo.

Romeo me observa sorprendido de mi actitud a lo mejor sea porqué estaba esperando otra chica, una que se creyera una interesante o un simple cliché para consuelo de tontos, pero no señores yo no busco un consuelo de ese tipo, soy lo que soy y sin duda no soy especial como me gustaría serlo... pero mis manos parecen que quieren cambiar lo que soy... o al menos dejare de ser una del montón a ser un misterio que nadie dude de que no lo soy.

- Pues al parecer me equivoque al juzgarte – me dice el como si reflexionara ante su supuesto juicio sobre mí.

- Si al parecer te equivocaste – le digo dejando salir una risa y luego taparme la boca.

- Ya te he visto reír antes no te preocupes no es nada nuevo tu fea risa – me dice el muy seco.

Le saco la lengua burlándome de él y me dejo reír como una desquiciada, él se desespera y se propone parar mi risa acercándose a mí y tratándome de agarrar para tapar mi boca y que deje de emitir sonidos escandalosos, pero yo me pongo juguetona y corro por toda la habitación hasta que Romeo me detiene y rodea con sus brazos mi cuerpo yo me pongo nerviosa al sentir su tacto no estoy acostumbrada a él y mucho menos de la forma que lo hace.

Su tacto se siente tierno, para nada grosero y como si tratara de ser delicado respira profundo y me acerca a escuchar sus latidos en el corazón, al escucharlos me relajo enormemente y dejo de reírme luego de estar más de 8 segundos me suelta tratando de no ser tan brusco como yo esperaría.

Me siento avergonzada por lo que acaba de pasar, es muy raro y al parecer para los dos es nadie nos ve, pero sentimos como si lo hicieran, lo veo detenidamente el ambiente se puso algo tensó... al parecer ando algo roja de tanto reír, pero podría creer que es porque ya siento que es por algo más allá.

- Eso fue raro – le digo rompiendo el silencio.

- Es que no dejabas de reír – me dice el muy molesto – solo mis latidos pueden tranquilizarte – dice el arrogantemente.

- Claro... - le digo sarcástica – te vas a dormir o tendré que usar mis manos para hacerte dormir – digo divertida mientras le señalo la cama.

- Claro... - dice el tratando de imitar mi tono – correcto – dice él mientras se recuesta en la cama – anda duérmeme – me reta el... esto va ser una noche muy larga.

Me acerco a él con cierta cautela, siento nervios al acercarme a él demás siento como si me volviera vulnerable y no hay peor sentimiento para mí que esté. Una vez sentada a su lado, a él se le ocurre molestarme o saber qué cosa estaba pensando que puso su cabeza en mis piernas, yo suspiro molesta le indico que se quite de ahí no me hace caso entonces no me queda de otra que molestarle.

- Veo que estas tan perceptivo a la magia – le digo mientras maquino mi forma de molestarlo – me sé una forma de dormir a la gente ahora que lo pienso sobre todo si se ponen en mis piernas – le digo como si estuviera cómoda.

- Anda dime – me dice el retadora.

- Dicen que los besos despiertan a las princesas pero que pasa si las princesa besa al dragón se duerme – le digo refiriéndome a él como un dragón.

- ¿Dragón? – me dice el destanteado.

- Si dragón o que sugieres – le digo fastidiada.

El queda un momento pensativo, como si estuviera haciendo el descubrimiento de la gravedad o que se yo.

- Soy más como un hechicero y tu no serias una princesa – me dice el muy serio.

- ¿Quién te dijo que yo era la princesa? – le digo satisfecha – que tierno por creer que soy una princesa, pero no lo soy – le digo muy segura de mí misma.

¿Qué eres entonces? – me dice el muy seguro de símismo.

Pídeselo a AlmudenaWhere stories live. Discover now