Capitulo 20

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Veo mi mochila, hago espacio y meto mi libro, bueno el libro ahora, el lugar está a punto de cerrar para mi sorpresa, algo más hay en esa librera donde se hallaba el libro era una dirección, me pareció extraño, pero supuse que si investigaba podría esclarecer la duda.

La dirección era en un callejón, aunque suene extraño allí estaba afuera del lugar presentía que algo importante iba a suceder, vi como Romeo lucia cansado, al igual que Unai, entiendo que puede ser cansado caminar 10 cuadras con todos los sentidos para que no nos asalten, pero a mí me llena esto de adrenalina, creo que a ellos un poco también.

A pesar de tener el libro... algo me dice que aquí hay algo interesante, algo que debo saber que es, en eso veo al chico normal, el me observa de pies a cabeza, se acerca a mí con la seguridad más bárbara del mundo, observo a Romeo ponerse alerta, desconfiado de este chico, Unai mientras tanto se ve tan cansado que cualquiera pensaría que estaría de goma.

- Eres tan hermosa – dice el chico con dulzura – te extrañe tanto – me dice el con su mano a punto de acariciar mi mejilla.

En eso Romeo desvía el curso de la mano del chico desviándola con molestia puedo notar en su mirada que no le agrada el chico, a mí me parece de no fiar sin embargo algo en mi tiene curiosidad y no de la buena.

- Que te pasa – dice el chico refiriéndose a Romeo.

- No la toques – dice Romeo fastidiado – nunca te atrevas a invadirla – dijo Romeo defendiendo mi espacio.

- Pues quién eres para decidir eso – dice el chico con menos precio y burlándose de Romeo.

Normalmente él se quedaría callado, sería un silencio luego yo diría algo dándole la razón, pero a la vez me molestaría... eso sería ideal ¿no creen?

- Soy más de lo que tú eres de ella – dice Romeo con total agresividad.

- ¿eres su novio o eres el mejor amigo? – dice el chico como si se tratara de un cliché.

A pesar de que digiera algo improvisado, no pude evitarlo y me le adelante.

- Es mi novio y mi mejor amigo – mentirosa era lo único que pensaba de mí misma – así que no querrás verlo enojado – amenazo – agradezco tu atención con respecto al libro, pero dejame decirte que quitando eso no deseo nada mas de ti – fui fría en ese momento excesivamente materialista y práctica, pero de otra manera hubiera sonado a temor o algo incoherente.

El chico pareció palidecer en el instante, nadie sabe por qué, pero se desmayó, trate de medir sus pulsaciones, pero eran casi nulas, no tenía idea de si llamar a la ambulancia o si iría a prisión o algo parecido, Unai reacciono, parecía borracho así que pregunte.

- ¿Unai bebiste algo? – pregunte desconfiada, mientras media el pulso cardiaco y pedía tener mis dones para revivir al chico, me da mala espina, pero no quería que muera.

- Solo me dieron una Jamaica deliciosa... - dice el algo mareado – sabia un poco diferente pero sabia perfecto – dijo el balanceándose.

Romeo lo inspecciona, a pesar de que no le caiga muy bien Unai estaba allí viendo y analizando.

- Bebió quezalteca – dijo nada más Romeo, luego me ayudo a levantar el cuerpo para ponerlo en una pared – listo – dijo nada más.

No me dijo absolutamente nada sobre, lo que dije antes, pareció que no le importo o entendió que lo hice por sobrevivir además agradezco que no toque el tema me parece algo maduro.

- Oye Almudena... - comienza Romeo – eso que dijiste – creo que me apresure diciendo que era maduro.

- Aja... - digo como si no supiera de que hablaba, era incapaz de verle.

- Olvídalo – dijo el para no enfrentar la situación.

- Almudena ¿Qué vamos hacer el 14? – dice Unai con hipo mientras traza círculos con su dedo sobre el cuello del chico que ni se su nombre, volteo a ver a Romeo quien parece confundido.

- Y dale con el 14 – digo nada más, en mi mente no tenía espacio para lidiar con algo como una convivencia con mis compañeros de clases tenía cosas más importantes.

- Almudena no dejes lo de hoy si puedes hacerlo mañana – se perfectamente que está mal dicho... porque va así no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy, pero la borrachera no le sienta bien a Unai.

- ¿14 de febrero? – dice Romeo entrando a la conversación, ya había tardado, diré más a menudo cosas incomodas para mantenerlo callado.

- Es que en el colegio debemos hacer una actividad y con eso de que soy la presidente de la clase debo organizarlo conjunto a la junta en donde esta Unai como vicepresidente – le digo para que no se preocupe.

Soy un desastre en el amor, ¿lo sabían? Claro que lo saben hagan de cuenta que tengo sentimientos raros... ¿Por qué no quería que se preocupara Romeo sobre el 14? Si no tengo porque rendirle cuentas pienso yo...

En eso noto que el chico que palidece va recuperando algo de color, sin embargo, recuerdo que posiblemente es un ser pervertido con dones, se lo dan a la peor persona es lo único que pienso.

Romeo luce extraño, incomodo y se perfectamente porque, a pesar de suponer que no es real sentirá incomodo, los hombres dicen que son sencillos, pero si algo he aprendido en mi vida es lo contrario justo que son más complejos, son personas con sentimientos que los demuestran a veces de la peor forma, no lloran en teoría, pero si pueden hacerte sentir mal... es por eso que una disculpa o aclaración siempre sirve.

- Romeo necesito hablar contigo – le digo mientras el me da la espalda, veo como su espalda se tensa.

- ¿de qué? – me responde seco, frio y sumamente desconfiado.

- Sobre... - esto es difícil de decir – que somos y que no somos – digo avergonzada.

- ¿novios? – dice. 

Pídeselo a AlmudenaWhere stories live. Discover now