cap 4: Inercia

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Han pasado unos años desde que Jonathan y Dio confesaron sus sentimientos uno por el otro, también han pasado muchas cosas desde entonces, luego de que Dio aceptara que si puede ser medianamente empático con su pareja, dejó de tratar mal a Jonathan, o por lo menos ahora pueden expresar su cariño de una forma más abierta y eso para ellos es más que suficiente. 

Pero todos saben que ellos nunca podrán tener una relación normal, y no sólo era el hecho de que ambos sean hombres, que sean hermanos adoptivos, o siquiera mencionar la época en la que todo se desarrollaba, a decir verdad, a ninguno de ellos podía importarle menos eso, claramente sabían que tenían que disimular para el resto de las personas, pero eso no les importaba, siempre y cuando ellos puedan estar juntos cada que estén solos, pero hay un detalle, un pequeño detalle que le da un giro a todo, Dio.

Nadie realmente conoce su verdadera personalidad, muchos lo llamarían alguien bastante formal, no muy hablador y poco ligado al resto de personas, Jonathan en cambio solo diría que es alguien difícil de describir, sabe a veces puede ser un poco torpe con sus palabras y acciones, pero le gusta que sea así, también últimamente ha sentido que está ocultando algo, pero no le da mucha importancia, jamás podría dejarlo solo por algo que se esté guardando, sabe que todo lo que a Dio le haga feliz, a él también lo hará, y siempre estará a su lado porque es el único para él. Y ese mismo cariño desmedido es lo que despertó la verdadera naturaleza de Dio.

Ha sido un día largo para mí, otra vez esos sujetos volvieron a juntarse para golpearme, ya casi es mi cumpleaños número 15 y no puedo creer que todavía piensen que soy alguien malo o algo así, bueno, creo que ahora lo hacen más por costumbre que por otra cosa, aunque no me molesta que me golpeen, tener moretones en todo el cuerpo se volvió algo trivial para mí, lo bueno es que por fin podré verlo, estuve esperando toda la mañana para esto... Acordamos en vernos en un pequeño bosque cerca de casa, lo llamamos "nuestro refugio" porque ahí nadie puede molestarnos.

Cuando llegué, Dio estaba recostado en el pasto y me senté a su lado en silencio, sentía que no necesitábamos palabras para comunicarnos, o bueno, por lo menos para mí era así, con estar a su lado era más que suficiente, me perdí en mis pensamientos por un momento hasta que Dio comenzó la conversación.

   - ¿Cuánto tiempo ha pasado desde que nos conocemos, Jojo?

Preguntó para luego acercarse mucho a mí y jugar con mi cabello.

   - Unos 3 años talvez... ¿Porqué lo preguntas?

   - ... A veces pienso que sigues teniendo la misma edad que cuando nos conocimos, y a pesar de ser tan fuerte, te sigues viendo frágil e inocente, igual que un niño pequeño... Jojo... Vas a estar a mi lado por siempre... ¿No es así?

   - Sabes que así será Dio, siempre, hasta que dé mi último respiro, e incluso así, nisiquiera muerto podría dejarte.

   - Sé que no me mientes, solo me gusta escucharlo...

Cuando dice esas cosas suelo ponerme algo nervioso, ese tono podría intimidar a cualquiera, pero también lo hace de forma tan dulce que me hace sentir tal y como me suele describir, de alguna forma... Vulnerable, esa sensación se queda rodeando mi cuerpo por un momento hasta que de forma completamente repentina me tomó de las muñecas, y tirándome al suelo se puso encima de mí sin soltarme, apretaba mis muñecas tan fuerte que empezaba a dolerme, pero no iba a quejarme, solo podía sentir mi corazón latir bastante fuerte sin poder moverme.

En ese momento Dio me quitó unos cuantos botones de la camisa que llevaba puesta, la abrió con brusquedad y solo pude ver su ceño fruncir al notar casi todo mi torso cubierto en moretones y cicatrices, sentía que le daban asco, y solo pensar en su desaprobación me hizo voltear a otro lado con bastante pena y vergüenza.

Por TíWhere stories live. Discover now