McGonagall los supervisaba por la tarde, luego de asistir a sus clases, cosa que para ellos era desgastante pero amaban aprender hechizos de combate.
James decía que lo hacía sentirse más grande, así que le gustaba participar de todas las lecciones, mientras que a Rosie simplemente le gustaba aprender cosas que más adelante seguramente le serían de ayuda.

—¡Minnie! ¡Eso fue falta!— Se quejó James cuando por un instante se distrajo y Rosalind logró darle.

Minerva alzó la vista y los miró tras esos pequeños lentes que siempre llevaba.—Esto no es quidditch, señor Potter.— Rosalind soltó una risa.—Y además, si llegase a tener algún verdadero enfrentamiento en el futuro no podrá quejarse sobre juego sucio.

—Eso James, deja de quejarte como bebé.

James se alzó de hombros, haciéndole una mueca de fastidio a Rosalind pero enseguida esbozó una sonrisa cuando la música comenzó a sonar en cada rincón de la habitación.
Había deseado que la habitacion tocara música de Elvis, y el gran cuarto lo había obedecido casi al instante.

Minerva, como era de costumbre, tarareaba la letra que había logrado aprenderse en el último tiempo, y ya no protestaba más con el joven Potter, porque había logrado disfrutar de las melodías y la hermosa voz del hombre muggle.

Rosalind, nuevamente y aprovechando que James estaba ocupado pisoteando el suelo al ritmo de la canción, lanzó un hechizo.—¡Incendio!

—¡Rosalind porfavor! ¡Tienes que esperar a que preste atención!



Del otro lado del castillo el resto del grupo charlaba sobre la ausencia de James y Rosie.

Peter había dicho un día que los había visto subir hasta el piso siete, pero que al final los había perdido porque se había encontrado un trozo de queso a mitad del pasillo.

Sirius y Greta no habían podido seguirlos de ninguna forma, siempre se les escapaban por algún pasadizo.

Lily y Remus, además de estar intrigados por las seguidillas de ausencias que ambos chicos tenían, estaban preocupados.
De un momento a otro Rosalind y James parecían haber sido abdusidos por nuevas tareas que ninguno de los dos podia comprender.

Aunque Remus se olía que algo raro sucedía tiempo antes de que los demás pudieran haberse dado cuenta.
Por eso, aquel día por la noche escapó de la sala común de Gryffindor y decidió darle una visita al director, cansado de la constante incertidumbre.

Dobló dos pasillos a la izquierda, bajó unos cuantos pisos y volvió a girar para dar con la estatua que llevaba a la dirección.
Cómo si Dumbledore supiese que el se encontraba allí, la compuerta de abrió, dejándolo pasar.

El director encontró al joven Lupin ansioso, y sabía perfectamente el porqué. El anciano le sonrió, elevando sus ya largos bigotes canosos y haciéndole una seña para que su alumno se sentase.

—Veo que tiene algo para decirme, señor Lupin.

Remus asintió, bajando la vista.—Exijo saber que está ocurriendo con Rosalind Evans y James Potter.

—¿Exije saber, eh?—Remus se sonrojó avergonzado, asintiendo.—¿Porque cree que algo está ocurriendo?

Remus suspiró, frustrado.—Se que están haciendo algo... Extracurricular.—Dijo mientras se frotaba las manos con nerviosismo.—He oido en ocasiones algunas de sus conversaciones... Y James siempre huele a quemado.

Dumbledore no pudo evitar echar una risita.—Veo, joven Lupin, que es muy observador.—Sonrió.—Y no voy a mentirle, próximamente yo iba a proponerle a usted y a los jóvenes que siempre acompaña, que se unieran a la señorita Evans y al señor Potter.—El anciano se levantó y le extendió un papel que hizo aparecer del aire mismo.—Aunque, es algo que debería pensar seriamente.

Remus, intrigado, abrió rápidamente el pergamino que el director le extendía.


Joven Lupin, es usted cordialmente invitado a unirse a la Orden del fenix, una sociedad secreta encargada a combatir y poner fin a la amenaza del innombrable.
Será miembro oficial al cumplir la mayoría de edad, sin embargo podrá unirse a las prácticas que dictamos en esta escuela.



Remus observó el papel, y pudo imaginarse defendiendo a Rosalind, a sus amigos, y a sus padres.
Se le infló el pecho y enseguida asintió hacia Dumbledore, el hombre sonrió complacido, otro valiente alumno que se enlistaba.

Su propósito estaba brindando frutos, y le agradaba que personas de tan corta edad tuviesen incluso más entusiasmo que algunos de sus colegas.

Grandioso jovencito, ¿Sería tan amable de no comentar esto con ninguno de sus allegados?—Remus asintió enseguida.—Genial, porque me fascinaría proporcionarles la información yo mismo.

—Claro, señor—Le dijo.—Seré una tumba.

Lo primero que hizo Remus aquella noche, fue correr hacia su dormitorio y despertar a James para contarle todo y recriminarle por haberle contado. Al día siguiente Rosalind vivió lo mismo, aunque Remus verdaderamente estaba contento de poder participar, sentia que podría llegar a ser un heroe, y sentía que podría ser reconocido por algo más que ser un hombre lobo.























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Nuevo capitulo después de mucho tiempo :/
Espero poder volver a actualizar como antes, ojalá les guste y sigan enganchadxs!
Se vienen cosas gigantes en la historia como el verano, el pase a séptimo año y a la vida adulta y el desarrollo de personajes que van a tener todos¡!

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⏰ Last updated: Feb 15, 2023 ⏰

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𝐋 𝐎 𝐕 𝐄 𝐑  « Remus Lupin »Where stories live. Discover now