1.24

12.2K 1.4K 926
                                    

• • ◯ • •

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

• • ◯ • •

Lo único que se supo de Greta y Sirius esa noche es que ambos volvieron a la sala común entre risas. Nada más. No se tocaban más de lo estrictamente necesario, pero conversaban como si nada hubiera sucedido.

A Shun Chang le hervía la sangre cada vez que los veía reír juntos, porque Greta nunca había reído así con él, y porque sentía que había perdido en un juego que hasta ese momento no supo que jugaba. Estaba molesto, como mínimo.

James y Lily pasaban los días en discusión tras discusión. Lily quería cambiar por James y James quería cambiar por Lily.
Era de lo más extraño verlos pelear por estudiar, y mucho más cuando James era el que parecía querer pasarse el día encerrado en la biblioteca.

Peter y Leila estaban más enamorados que nunca. Cada vez que podían pasarlo juntos, lo hacían. Peter nunca se había visto más radiante.

Rosalind y Remus estaban en una nube hormonal, para variar.

Aprovechaban cada segundo de su día para besarse a escondidas de sus amigos, y cuando no podían escapar de ellos, a su pesar, tenían que controlarse.

Rosalind estaba mejor, si a lo físico se referían. Desde el día del ataque no volvió a merodear por los pasillos sola, ni de noche, ni de día. Remus se tomaba la molestia de llegar tarde a varias de sus clases sólo por acompañar a Rosie a las suyas.

—Solo funcionan sintiendo odio hacia la persona que lo utilizas.—Musitó Marlene.—¡Vamos, es facilisimo!

Rosalind se mordió la lengua para no contestar la respuesta correcta. Mientras, Peter se masajeaba la cabeza como si eso lo ayudará a adivinar la respuesta.

—U-uh, no se.. ¿La maldición cruciatus?

—¡SI! ¡Eso Peter!—Lo felicitó James sonriente.

Peter sonrió orgulloso y Leila besó su mejilla con cariño.

Se habían pasado la tarde en la sala común de Gryffindor estudiando para los t.i.m.o, que estaban cada día más cerca. Todos habían estado, aunque ocupados en cada una de sus cosas, estudiando todo lo que podían.

Excepto Peter y Sirius.

Por eso, estaban ayudando entre todos al más pequeño con lo que podían, porque aunque Sirius faltara a cada clase que podía, era muy inteligente y sabía más de lo que aparentaba.

Rosalind sonrió cuando se dió cuenta de que Remus leía del libro de herbología con el ceño fruncido, demasiado concentrado.

¿Podría existir un ser mas hermoso que Remus? Rosalind no lo creía.

Cuando Remus sintió la mirada de alguien sobre él, levantó la vista encontrándose con los ojos verdes de Rosalind. A Remus le parecían los ojos más lindos que había visto nunca.
El chico le regaló una media sonrisa, olvidándose por completo de su lectura y se acercó levemente hasta el oído de la pelirroja.—¿Quieres ir por ahí?

𝐋 𝐎 𝐕 𝐄 𝐑  « Remus Lupin »Where stories live. Discover now