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Si había algo que Rosalind no toleraba, era a Shung Chang. ¿Y que peor que Shung Chang? Shung Chang, Kim Leeds y Remus Lupin juntos.
Para su suerte, la navidad estaba a la vuelta de la esquina y solo tendría que soportar verlos juntos un par de días mas.
—¿Crees que un vestido rosa palo sea demasiado?—Preguntó Lily a su lado, mientras masticaba sus uñas con desesperación.—Si, ¿No? Totalmente, demasiado.
Rosalind volteó a verla con una sonrisa divertida, olvidándose momentáneamente de las personas que no soportaba.—A Euphemia no le interesará como te vistas, no es de esas mujeres.
Lily asintió nerviosa, repitiendo las palabras de su melliza como un mantra hasta que James llegó con ellas, despistandola al instante. Pronto, Rosalind sabía que había perdido a su compañera de estudio, así que abandono la biblioteca en cuanto vió que James se acercaba peligrosamente a la cara de su hermana.
Por los pasillos descubrió que Mary Mcdonald se hallaba entre varios Slytherin de séptimo y se encamino directamente hasta allí cuando diviso una pequeña lagrima caer de los ojos de la morocha.
—¡Mary!—Saludó en voz alta, sintiéndose incomoda cuando las miradas de los mayores cayeron en ella.—¿Vamos a Pociones? Te estuve buscando por la biblioteca y no logré encontrarte.
La chica se limpio rápidamente las mejillas y asintió con una gran falsa sonrisa.—S-si, lo siento.
Rosalind entrelazó su brazo con el de ella, en un gesto amistoso y empujó levemente a uno de los Slyherin para pasar, sudando con pánico.
—Ay Evans...—Soltó uno de ellos, Avery.—Deberías de tener mas cuidado con tus brazos, ¿O no? ¿Ustedes que dicen chicos?
Antes de que nadie pudiera contestar, unos ojos azabache lo fulminaron con odio. Sirius Black había tomado lugar entre las dos chicas, abrazándolas en el acto.—Ah, Avery. ¿Tu padre sigue tratándote como una mierda? ¿Quizás por eso sigues jodiendo a los demás?
El rubio apretó sus manos en puños, con una rabia contenida que ni el mismo sabia que tenía. Se removió en cuanto escuchó a sus compañeros sostener una carcajada y fulminó al menor con odio.—Si, como sea. ¿Tus padres siguen odiándote por ser un traidor? Que desperdicio de sangre, juntandote con estas... Cosas.
Sirius se abalanzó sobre el.—No te atrevas a..
Pero antes de siquiera poder llegar a el, una mano le sostuvo el hombro con fuerza. Se giró para encontrarse con los ojos hazel de su amigo, Remus lo miraba casi suplicante.—No lo hagas, Sirius.—Le pidió enderezándose.
Rosalind descubrió que había ganado unos centímetros mas de alto, incluso le pasaba media cabeza a Avery, que ya de por si era alto.
Una cabellera rubia y un uniforme de Hufflepuff se abrió entre los Gryffindor.—A ustedes les conviene irse de aquí, si no quieren que llame a Slughorn, porque ya saben.. Ustedes no tienen la mejor reputación ahora mismo.
